Expresiones de la Aldea, San Luis

ADIÓS A UNA LUCHADORA


Desde el Semanario La Opinión y La Voz del Sud despedimos a Verónica Bailone y acompañamos a su familia, amigos y ciudadanos de San Luis en este triste momento. La mujer, hija, madre, amiga y dirigente concedió una entrevista a nuestros medios y queremos recordarla desde allí. La mujer que tan solo deseaba un azulado futuro para su hijo y para su pueblo…

Soy Ana Verónica Bailone, tengo 35 años (*) y nací en Villa Mercedes. Soy hija de Abel Celestino Bailone, ex boxeador, campeón argentino y sudamericano de los Mediopesados y de Luisa Ana Cerutti, maestra jubilada. Tengo un hermano, Matías, de 38 años que vive en Buenos Aires. Vivo en pareja desde hace 9 años con Pablo, con quien tenemos un hijo, Lisandro, de 1 año y 4 meses.

Mi niñez me remonta al barrio SUPE, el pasaje Mosconi, donde siguen viviendo mis padres. Mi papá solía llevarnos a andar en bici por la dársena hasta el dique Los Filtros, cada unx en su bici. En los veranos íbamos todxs caminando a la pileta del club Aviador Origone, ahí pasábamos tardes enteras. Mi niñez además de amigos, hermano y prima me lleva a mis abuelos Juanita Salinas de Cerutti y Miguel Cerutti, unos abuelos muy presentes que, aunque ya no físicamente, están en cada segundo de nuestras vidas, en el recuerdo vivo y permanente.

Hice la escuela en el Instituto San Buenaventura. Luego estudié Abogacía y Escribanía, ambas carreras en la Universidad Católica de Cuyo. Actualmente estoy haciendo una especialización en Intervenciones Sociales con Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes, en la Universidad Nacional de San Luis. Me incliné por la abogacía porque me apasionan las Ciencias Sociales, y en su momento, era la posibilidad más cierta y alcanzable. Luego, el ejercicio de la profesión liberal nunca me satisfizo demasiado, así fue como empecé a volcar mi tiempo libre en actividades solidarias, voluntariados y desde ese lugar, el salto a la militancia política, más con todos los antecedentes familiares, fue casi natural.

El ejercicio de la función pública lo hice en distintos lugares, empezando por una práctica laboral rentada y luego ascendiendo, hasta ocupar lugares de asesoría legal en distintos ministerios y programas del estado provincial. A la par empecé a ejercer la docencia en el nivel medio, profesión que me apasiona.

Mi vocación es ayudar y servir de puente, especialmente en tiempos tan difíciles para el país, ya que estamos viviendo la crisis económica más grave de su historia. Es en estos momentos complicados donde los políticos tenemos que mostrar sensibilidad social y utilidad pública. Como dice siempre el gobernador, y como lo demuestra él en cada uno de los actos de gobierno. Mi actual momento es haber aceptado esta candidatura a viceintendente de mi ciudad, para poder darle a Villa Mercedes muchas de las reformas que Alberto está generando en toda la provincia. Y frenar la destrucción neoliberal que el gobierno nacional está llevando a cabo en el país. Hay un hecho que recuerdo muy fuertemente y que considero tuvo que ver con mi militancia política: la gran crisis política, social y económica de 2001.

Creo que desde 2003 se empezó a vivir otra etapa, en la provincia y en el país, que me despertaron el deseo de involucrarme, de participar, de no quedarme viendo todo pasar a través de la televisión. Meterse en la historia es comprometerse con el destino de nuestra tierra y el futuro de nuestros hijos. Considero que si no hago algo para cambiar y mejorar nuestros destinos, no tengo derecho a opinar o criticar.

Mi tiempo libre transcurre con familia y amistades, con música y libros. No necesito más que compartir unos mates, un almuerzo, una caminata, me gusta charlar, saber del otro, contarle mis cosas, soy muy charlatana y disfruto mucho de estar acompañada. Me gusta leer libros de historia argentina y sanluiseña. Conocer nuestro pasado es una de las tareas necesarias para poder cambiar el futuro. Me gusta la poesía de Agüero y las novelas de Polo Godoy Rojo. En Villa Mercedes me gusta cómo la poesía de Oscar Sosa Ríos cuenta este pueblo azul y sus pobres pájaros.

De mi padre, siempre lo digo, y se lo digo, valoro su entereza. Es un tipo que nunca noté cansado, nunca noté harto de algo, de nada. Trabajó toda su vida, tuvo reveses no esperados, sin embargo, siempre con una gran sonrisa, viviendo estoicamente cada situación, cada lugar en el que le tocó estar, nunca pidió nada y lo dio siempre todo.

Así es como abuelo, quien siempre tiene ganas de llevar a Lisandro a la vereda, a caminar, a andar en bici. De mi mamá, su dulzura, su amor, su entrega y verla rejuvenecida como abuela me conmueve.

Me emociona el rasguido de una guitarra cuyana, así como el paisaje que inspiró a Antonio Esteban Agüero. Me gusta criar a mi hijo en esta tierra inigualable. Cada rincón de esta provincia es un sinónimo de belleza. Aquí hay buena gente, ante todo. Por eso necesitamos llevar a esta ciudad a su punto óptimo de desarrollo y de comunidad. En esto estamos pensando día y noche con Maxi y lxs compañerxs, queremos dar lo mejor de nosotros, ahora en campaña y mucho más cuando estemos en los lugares de responsabilidad institucional. Ahora mi desvelo es hacer de Villa Mercedes la ciudad donde la generación de mi hijo pueda tener más oportunidades y siempre mucho y azulado futuro.

(*) Esta entrevista fue publicada el sábado 13 de abril de 2019