Reportajes

MARISA CRISTINA PUENTE- 20/12/2020

Somos tres personas las que organizamos el evento Veganópolis, que ya tiene cuatro ediciones, lo realizamos en el Centro Cultural José La Vía. Hay charlas, cine, una serie de actividades. Es importante decir que no es una dieta, muchos se confunden: tiene que ver con el respeto a los animales, la empatía, no aceptar su sometimiento, su muerte para ser comidos por nosotros, también contra el uso de pieles o la experimentación para cosméticos, es el respeto a los animales como seres que sienten y sufren. Sabemos que no necesitamos de ellos para vivir, quizás en el paleolítico sí, pero no hoy, se puede prescindir de ellos como objetos, son seres que sienten. Todo esto está relacionado con mi trabajo anterior y algunas convicciones vienen de la cuna, porque poco tiempo después de recibirme encontré el tema sobre mi trabajo posterior: la agricultura orgánica y ecológica.

Es agricultura sin agroquímicos y respetando la naturaleza, cuidando la tierra, mi trabajo de profesional tuvo que ver con el cuidado de la vida. Actualmente se llama Senasa, antes era un instituto que generó las primeras normas de agricultura orgánica del país, las primeras exportaciones se hicieron gracias a esa norma, entonces no existía la soja transgénica, yo estaba en la vereda opuesta con la agricultura que no quería agroquímicos, fue en 1992. El veganismo tiene un componente ambientalista, porque producir animales para consumo es un gasto energético enorme para el planeta. Se podría alimentar a muchas más personas con esos recursos”…