Expresiones de la Aldea, Notas Centrales

BITÁCORA DE PANDEMIA


Hojear sin juzgar el cuaderno de bitácora de viaje en esta pandemia en el que diferentes y distantes personas escriben reflexiones y sentires de esta historia

La Opinión/ La Voz del Sud

Espiamos el cuaderno de bitácora de la periodista María Evelia Pérez Nicotra: Al leer las primeras noticias del coronavirus, lo veíamos tan lejano como en su momento lo fue el ébola y otros males que afectaron a la humanidad. El brote de enfermedad por COVID-19, fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. Cuando los títulos y las estadísticas comenzaron a ser alarmantes, la OMS comunicaba que estábamos ante una pandemia, la peor que nuestro planeta enfrentaría en su historia. 

Algunas vivencias:

Comenzamos a peregrinar por los medios para indagar, informarnos de este nuevo virus para proteger a nuestras familias y a nosotros mismos. Los países se asesoraban, generando las primeras medidas rudimentarias, mientras la virulencia crecía de manera desmesurada. Hubo contradicciones, tratamientos alternativos, el ruego del lavado constante de manos, el uso del alcohol en gel, ventilar bien las habitaciones, evitar las aglomeraciones, entre otras cuestiones.

Pasamos del ASPO [aislamiento social preventivo y obligatorio] al DISPO [distanciamiento social, preventivo y obligatorio]. Algunos decían barbijo sí, otros que el que barbijo era sólo para el personal de salud, hasta que el ‘tapabocas’, que al principio no se conseguía, ahora parece artículo de moda. Los hay estampados, lisos, con logos y online se pueden adquirir mascarillas de lujo, bordados con Strass swarovski.
Strass swarovski
Strass swarovski

Los laboratorios mejor equipados del planeta, pusieron a sus científicos a investigar para lograr una vacuna. Ahora es una realidad, y estaría por fabricarse en nuestro país.  

En Argentina, se tomaron medidas a tiempo, de manera muy estricta. Se recuperó el Ministerio de Salud, se hicieron hospitales modulares, implementando protocolos consensuados con gobernadores, se entregaron subsidios a las personas más vulnerables, entre otras acciones. Se confeccionaron sistemas de cartillas y clases virtuales para sostener el año lectivo, implementando el work office o trabajo desde casa, algo que ya se usaba en otros países y es muy conveniente, más en estos casos.

Aún hay sesiones legislativas virtuales, y el sector cultural pudo de a poco generar sistemas online para difundir sus trabajos y lograr algún ingreso ante la imposibilidad de hacer shows en vivo.

En San Luis, nunca colapsó el sistema sanitario. El Comité de Crisis, nos manutuvo siempre informados. Hubo dedicación, coordinación y mucho respeto al momento de tomar las mejores decisiones, redactar los protocolos y cuidar nuestra salud. Se realizan testeos gratuitos en toda la provincia y se está vacunando. Pero lamentablemente muchas personas están relajadas, y ni usan tapabocas.

Es casi una utopía, lograr que todos actúen de manera responsable. Hubo fiestas clandestinas, haciendo caso omiso a las advertencias que se difundían, y todos sabían de multas, tanto jóvenes como personas mayores.

Angustias

Hemos naturalizado cifras y estadísticas frías. Aún hay gente que enferma de gravedad, y muere, sus familiares no pueden acercarse por los riesgos por los contagios.

Y además, hay otras patologías que a veces no tienen la atención que merecen porque el COVID-19, es prioritario.

Con el correr de los días, el mundo entero, sin distinciones de ninguna naturaleza, se unificó en un solo pensamiento: sobrevivir.

Aparecieron imágenes que mostraban la precariedad de algunos estados en sus sistemas de salud y el desamparo social en que se encontraban pueblos enteros.

Duele decirlo, pero vimos en los reportes internacionales, hospitales colapsados, familias sin provisiones, ataúdes abandonados en las calles y un sinfín de dolorosas imágenes, imposibles de describir.

El ‘tapabocas’ ahora se convirtió en artículo de moda. Jean Paul Gaultier propuso un barbijo con sus clásicas rayas marineras y una boca pintada de rojo. Foto: IG.

Aumentaron los femicidios y la inseguridad en varias provincias.  Entremedio de todo ese caos y desesperación, médicos, enfermeros, camilleros, y todo un engranaje de personas en el sistema de salud y de seguridad, daban y dan lo mejor de sí, para asistir a cientos de pacientes, intentan a diario salvar vidas con los medios que tienen a su alcance.

Algunos fueron aplaudidos, otros escrachados: Ese yin y yang, en constante dicotomía que a veces duele, pero es inevitable. Todos sufrimos algunas angustias, en especial de no poder cumplir nuestros sueños porque sabemos que este enemigo sin rostro puede alcanzarnos.

Las sorpresas

Apareció en las redes, un video en el que la Dra. Stella Emmanuel, aseguraba haber salvado a 350 pacientes con Zinc y Azitromicina. ‘Este virus tiene una cura y se llama hidroxicloroquina’, dijo.

Entre muchas otras cosas, pasamos por los chistes y memes que nos enviábamos para darnos ánimo, los delivery, las largas esperas para entrar a algún comercio, eclipses, incendios, conjunción de planetas, inundaciones, suspensión de muchas actividades, desocupación, cierre de comercios y la muerte de Diego Maradona que enlutó al mundo deportivo. Hay mucho más para comentar, pero hay que apelar al poder de síntesis.

Aprender a vivir en pandemia

Ahora es el momento de poner a prueba nuestra capacidad de resistir, de superar insomnios, incertidumbres y temores regresando a la vida robustecidos.

Ante la adversidad, decimos que ‘todo pasa’ y ‘esto también pasará’, aunque nada volverá a ser igual. Algunas familias, sufrieron pérdidas irreparables, otros hemos tenido familiares y amigos que nos contaron su experiencia, de qué manera superaron el virus, la preocupación que evidenció el personal sanitario para brindarles la mejor atención y acompañamiento.

Tenemos que aprender a vivir en pandemia, cuidarnos para evitar un rebrote, hasta que todos podamos recibir las  dos dosis de vacuna necesarias, para recuperar el tiempo perdido, para intentar adaptar nuestros proyectos a las circunstancias, con un espíritu solidario, con voluntad, con agradecimiento hacia quienes nos cuidaron y con actitud positiva.

Somos seres sociables, necesitamos abrazarnos, reunirnos en familia y celebrar la vida.