Reportajes

María Candelaria Molina – 7/03/2021

Mi nombre es María Candelaria Molina, nací en Córdoba capital, tengo 38 años de edad y hace ya ocho años que elegimos con mi marido Diego esta provincia, de la cual nos enamoramos y en la que decidimos criar a nuestro hijo, Santos. ¿Por qué?, porque San Luis nos abrió las puertas para demostrar todo lo que tenemos para dar, y principalmente por la seguridad, quería que mi hijo crezca en una provincia segura y con la libertad que debería tener un niño, y así fue como me enamoré de San Luis, la elegí y sigo haciéndolo para vivir.

Crecí en una familia que supo darme todo el amor que necesito, para llevar adelante mi trabajo como coordinadora de la Escuela Provincial de Equinoterapia de San Luis y Villa Mercedes. Tanto mis padres, Pía y Juan, como mis hermanas Dolores, Luz, y Amalia, son un pilar fundamental en mi vida y agradezco a Dios por tenerlos, y a mis bellos sobrinos, que amo profundamente.

Para explicar mi pasión por los animales se me vienen recuerdos a mi cabeza del campo de mi padre, en Potrero de Garay, cuando terminaba la escuela. Lo único que quería era ir al campo los tres meses que tenia de vacaciones. No había un día donde no me despertara y saliera a buscar caballos para montar o pedirle al vecino, Don Jurnades, que me preste de los suyos, o el famoso caballo que montaba mi papá “Látigo”, que solo podía montarlo con él.

Así fui creciendo, rodeada siempre de animales, viéndolos y entendiéndolos, como seres vivos que sienten y me dan su amor de manera incondicional. Me reconozco a mí misma como una “pichichera”, amante y defensora de los animales. Por otro lado, debo lo que soy a mi abuela “mamama”, que hoy no está físicamente conmigo, y no hay un día que no recuerde sus sabias palabras, su generosidad, su amor y fundamentalmente su ayuda al prójimo, tarea que hoy en día mi familia sigue llevando a cabo en honor a ella y para ayudar a la gente que más lo necesita.

Actualmente soy coordinadora de los Centros Públicos de Equinoterapia de la provincia de San Luis, uno situado en Terrazas del Portezuelo, donde por año reciben su tratamiento de manera gratuita aproximadamente ochenta jinetes y amazonas, y en Villa Mercedes la sede La Pedrera, donde aproximadamente se inscriben cerca de treinta jinetes y amazonas.

Soy una apasionada de mi trabajo, lo tomo con mucha responsabilidad y por sobre todo vocación, me permite unir todo lo maravilloso que nos brindan nuestros caballos y la felicidad con la que nuestros jinetes y amazonas disfrutan en cada sesión, verlos crecer año a año, el vínculo que se forma realmente es muy gratificante y siento orgullo por el trabajo que hacemos todos los profesionales que pertenecemos a esta institución. Considero importante la constante capacitación, ya que es una herramienta fundamental de nuestro trabajo interdisciplinario y para seguir logrando excelencia en cuanto al tratamiento que brindamos.

El 2020 lo culminé con una capacitación en formación de Derecho y Discapacidad en Argentina, brindada por Potenciate, y el Diplomado en Acompañamiento y Estrategias de Abordaje de Personas con Discapacidad en Etapa de Pre y Post Natal, brindado por la Fundación Bologna, Mendoza.

En mis tiempos libres, me dedico de lleno a mi familia, recreación, salidas y el infaltable asadito que realizamos de vez en cuando, a poner en orden mi casa escuchando Rihanna o Alicia Keys de fondo, y de a poquito ir avanzando con algún libro de interés, en estos momentos estoy leyendo “Dejar ir” del doctor David Hawkins.

Si tuviese que elegir un hobbie, creo que toda la vida ha sido montar a caballo y destaco que no siempre es montar, muchas veces es estar al lado acariciando y oliéndolos, a los que les gustan los caballos sabrán de lo que les hablo cuando digo su olor.

Mi aporte a la sociedad se orienta más para el área de desarrollo social, nuestro trabajo va de la mano con el desarrollo, el bienestar humano, mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y promoviendo los derechos de los mismos dentro de la provincia.