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Que lo natural sea la Igualdad

La vida académica de los actores sociales de la UNSL se encamina hacia las miradas transversales con perspectiva de género

Gabriela Pereyra        

El imaginario social sobre el mundo académico denominado de “los altos estudios” fue cambiando. Y con ello el rol esperado que “debían” cumplir las universidades en las sociedades.

No hace mucho tiempo se les reprochaba comportarse “como islas”, sin embargo, esa perspectiva muestra algunos saludables signos de integración y acciones de acompañamiento hacia las problemáticas sociales de las cuales las universidades son parte y reflejo.

Prueba de estas decisiones se encuentran en la Universidad Nacional de San Luis, (UNSL). Si alguien que desconoce la institución se acerca a través de la página Web, rápidamente se topa con un cartel que invita a informarse: “Protocolo ante situaciones de violencia de la UNSL”. Al cliquear se abre una explicación de qué es el ETI, Equipo Técnico Interdisciplinario. El mismo se encarga de la aplicación del protocolo de intervención institucional ante situaciones de violencia de géneros, identidad de género y discriminación de la UNSL.

El Protocolo pretende prevenir, detectar, atender, sancionar y erradicar las violencias y discriminación en la Universidad. Para ello ofrecen acompañamiento, asesoramiento e intervención profesional. Los destinatarios son todas las personas que integran la comunidad universitaria. En el mismo espacio se informa sobre un protocolo específico para el tratamiento de las Violencias de Género.

Consultamos sobre las acciones y decisiones transversales con perspectiva de género que sostiene de la Universidad. La Lic. En Ciencias Políticas Silvina Galetto se desarrolla como representante de la UNSL ante la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y Contra las Violencias (RUGE) del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y describe:

“la Universidad es una micro representación de los temas que están insertos en nuestra vida cotidiana, a partir de una decisión política institucional se decide profundizar la perspectiva de género como una forma de trabajar por la igualdad, por la inclusión y por una universidad pública, y de calidad, capaz de dar respuesta a estos tiempos”.

Silvina sostiene con convicción que la perspectiva género evidenciará avances cuando no sea tomada como un “tema de agenda”, sino cuando sea la forma de percibir la institución universitaria. “Deseamos que sea una perspectiva que está vigente permanentemente en los procesos de toma de decisiones, en la construcción en los planes de estudios, en la producción de prácticas, que ya no sea un requisito considerar el cupo de género, sino que sea propio de la vida académica la constitución igualitaria y paritaria.

Este es el camino en el que se encuentra la Institución. El cambio cultural no será de la noche a la mañana porque la distribución de roles en la sociedad y la construcción de esta sociedad desigual tiene cientos de años”.

Como parte de otras acciones de la UNSL, la licenciada detalla que se adhirió en 2019 a la Ley Micaela y a la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias en el marco del CIN. De dicha Red ya son parte 68 instituciones universitarias de todo el país.

Además del ETI se cuenta con el Consejo Universitario de Género. Desde él buscan unificar y definir líneas de acción y de política universitaria para la transversalización de la perspectiva de género.

El Consejo se ha propuesto esté conformado por representantes de las ocho unidades académicas de los distintos claustros. Tiene representación del gremio docente, de los estudiantes y de los no docentes.

Esto era necesario porque es una institución multidisciplinaria. Se unifican así las distintas acciones que estaban dispersas, como el Programa Género, Sociedad y Universidad dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas Jurídicas y Sociales con sede en Villa Mercedes. También hay proyectos de Extensión Universitaria trabajando en territorio con comunidades Trans, por ejemplo. “A la par, la UNSL decide un nuevo canon de construcción, las próximas obras que se inician van a incluir, por ejemplo, la disposición de baños no binarios”, confirma Galetto.

A partir de la reforma del estatuto, en 2018 se incluyó para la redacción de ellos el lenguaje no sexista. “Está la habilitación para la producción de textos académicos, tesis e investigaciones en lenguaje no binario e inclusivo, y no hay definido una normativa sobre el uso de la arroba, la x o el e. Es una definición libre, pero sí se ha definido el uso del masculino y el femenino para la escritura de la normativa, y se promueve la utilización de términos genéricos, suspendimos el uso del alumno, y se utiliza la noción de estudiante”, concluye.

Estos cambios reconocen en sus bases acciones pioneras de mujeres que bregaban por estos espacios y estas escuchas, y un movimiento feminista sostenido en el tiempo que invita a diario a repensarse. La universidad debe ser tan pública, tan gratuita como igualitaria y reivindicatoria.