Expresiones de la Aldea

Libros y medioambiente: ¿hay “Match”?

¿Se puede acceder a la lectura sin afectar al medioambiente (y con poco dinero)? ¿Pueden las prácticas lectoras ser ecofriendly?

Por Eliana Cabrera

A la premisa “hay que leer más…” le suele seguir un “…pero qué caros son los libros”. Y sí, el precio de estos, al menos en Argentina, no es ajeno a la situación económica inflacionaria que se vive desde hace varios años.

Sin embargo, no es la única crisis que se está atravesando: el planeta se encuentra en plena crisis ambiental y sus consecuencias son cada vez más evidentes y graves. Por fortuna, cada vez son más las personas que se informan y toman medidas al respecto modificando sus hábitos, promoviendo cambios en el resto de los habitantes, o convirtiéndose en activistas y difusores a mayor escala.

¿Qué sucede con los libros en este contexto?

La industria papelera es uno de los mayores factores contaminantes que existen. Consume excesivas cantidades de agua y energía eléctrica y, junto con la soja y el caucho, las plantaciones destinadas a la extracción de pasta celulósica son una de las principales razones de desmonte y deforestación: cerca del 40% de la madera total talada es destinada a la fabricación de papel.

Es por eso que algunas editoriales, motivadas por un compromiso genuino o por una demanda social creciente, se encuentran incursionando en la impresión sostenible, también llamada ecoedición. Se trata de evaluar y modificar los criterios de producción de libros para reducir la contaminación y deterioro ambiental, teniendo en cuenta que el mayor impacto tiene que ver con cómo se produce el papel, pero que también es necesario rever el proceso de fabricación del producto (impresión) y su distribución.

De esta forma, algunas empresas exhiben en sus libros sellos de calidad medioambiental como PEFC y FSC que hacen referencia a una gestión sostenible y responsable de los bosques. Penguim Random House cuenta con matrícula propia en FSC, luego de que autoras como Isabel Allende y J.K. Rowling lo exigieran para publicar sus obras. Otras propuestas ecofriendly tienen que ver con el uso de la impresión digital para realizar tiradas más cortas y jugar con la oferta-demanda, en vez de arriesgarse a acumular libros en tiradas excesivamente grandes. Errata Naturae, editorial española, apuesta por más, y sumó la distribución de libros en bicicleta, la eliminación total del plástico y el uso exclusivo de energía renovable en todo el proceso.

Más allá de este compromiso por parte de la industria y el comercio, otra forma de evitar la producción excesiva de papel a la hora de leer un libro es evitar comprar y recurrir a la conocida práctica del trueque (a los fetichistas de biblioteca y acumuladores no les gusta esto).

Al respecto, existe un novedoso proyecto llamado Pila de libros. (@Piladelibros)

¿De qué se trata?

Comenzó siendo una cuenta de Instagram y un podcast de literatura, del mismo nombre, conducido por la cantante, y ávida lectora, Julieta Venegas y Nacho Damiano.

Fue en agosto del año pasado cuando se propuso “que gire una pila de libros”. Básicamente, la idea era usar el espacio de los comentarios de las publicaciones de Instagram para ofrecer uno o más libros  (Tengo…”) a cambio de otros (deseo…), informando el país y ciudad del participante (soy de…). De esta forma, cada quien se ocupaba de rastrear sus intereses y llevar a cabo el trueque personalmente.

Sin embargo, la idea tuvo tanto éxito que se creó una página web donde se dinamizó el proceso de buscar un título o autores entre tantos comentarios.

Piladelibros.com permite crear una cuenta y cargar datos sobre la/s obra/s que se quieren intercambiar. Funciona como un “Tinder[i]” de libros: si te interesa el libro que ofrece una persona y a su vez ella desea uno tuyo, ¡hay “match”! y el intercambio se puede concretar. Además, la actividad es gratuita y no solo participa Argentina sino también otros países hispanohablantes como México, Colombia, España, Chile y Uruguay.

“Un libro solo es un libro mientras está siendo leído, el resto del tiempo se reduce a un amasijo de tinta y papel prolijamente encuadernado”, sostienen en un post de su cuenta de IG.

¿De qué sirve la hiperproducción de libros, con los daños ambientales que eso puede implicar, si van a acumularse en un depósito o una biblioteca llena de polvo? ¿Podrán escapar las prácticas lectoras del consumismo y la sobreexplotación de recursos?

Imagen de Twisted Gypsy Creative.

[i]Popular app de citas que permite chatear y acordar encuentros siempre y cuando haya un interés mutuo.