Expresiones de la Aldea, Notas Centrales

La sexualidad es lo que somos

La Lic. Analía Lilian Pereyra, educadora en sexualidad, plantea la necesidad de trabajarla dentro de la salud y entender las construcciones sociales que la determinaron para derrumbar miedos y estereotipos

Por Majo Corvalán

Muchas afirmamos que este es el siglo de las mujeres y que la revolución feminista la hacemos en las calles, en las redes, en las instituciones y sí, también en la cama. Instagram está lleno de información sobre sexualidad, salud sexual, menstruación y temas de los que antes era inimaginable hablar. Hoy gracias al activismo se replantea e interpela la necesidad de vivir una vida plena, libre e igualitaria.

La licenciada Analía Lilian Pereyra es sexóloga clínica, educadora en sexualidad, diplomada en ESI, diplomada en DDHH y diversidad sexual y magíster en psicología. Se desempeña como docente de grado en psicología, como docente de posgrado en ESI, como docente capacitadora de docentes en ESI, hace consultorio y brinda talleres grupales mientras que también es integrante de FESEA (Federación de Sexológica Argentina). En exclusiva hablamos de todo, sin tabúes ni prejuicios.

-¿De qué hablamos cuando hablamos de salud sexual?

Hablamos de esa sensación de bienestar que tiene que ver con todo lo que somos, no es solo lo genital sino lo que somos en relación a la sexualidad, es el concepto de salud que involucra todas las aristas del ser humano tanto físico, emocional, psicológico y social.

Sexualidad es lo que somos como personas, muchas veces se focaliza en que lo sexual son las relaciones sexuales o los genitales, pero podemos mirar que nuestra salud depende de cómo estamos, cómo nos sentimos, cómo nos conocemos, nos expresamos y lo que también refiere, en sus momentos, con el encuentro sexual. Remarcamos como dice la OMS el concepto de salud integral.

-¿Evolucionó el concepto de sexualidad y su significancia para las adolescentes, jóvenes y mujeres?

La realidad es que la sexualidad como tal es esa construcción que tiene que ver con los momentos y las épocas, con los condicionamientos, lo religioso, lo biológico y lo que tenemos permitido y no las mujeres. En muchas épocas estábamos sesgadas al conocimiento, al goce, al disfrute, y en la actualidad las jóvenas (como me gusta decir) van avanzando en la Educación Sexual Integral y en que se habiliten los espacios para dialogar y expresarse. Pero en la actualidad también se ve una mercantilización de todo y también en la relación con el otro. En lo sexual hay mucho, porque pareciera que hay un utilitarismo del sexo.

-¿Cómo es esto del utilitarismo?

Con esto del auge de las app de citas me encuentro con otro y ya que estoy tengo que tener sexo, por eso hablo de utilitarismo. Se ve también en la mercantilización de todo lo que se ofrece para gozar y las exigencias impuestas. Que se haga uso del cuerpo del otro, y si no me fue satisfactorio lo dejo de inmediato, lo descarto. En esto de “toco y me voy” se hace mucho uso del otro. De hecho en la consulta muchos varones cuentan que sienten que si no se les erecta el pene en un encuentro quedan mal, entonces trato de hacerles ver que los estereotipos de género nos asignan exigencias de estar erecto o tener pene grande. En las mujeres suele aparecer la idea de que no le gusta sino se le erecta.

-¿Cómo se traspasan esos condicionamientos del sistema patriarcal y el rol asignado?

Desde la ESI se intenta que en las escuelas las y los docentes, vayan trabajando con perspectiva de género derribando estos estereotipos y dando la posibilidad de que los roles sean flexibles. También que puedan conectar con el otro/e/a, expresar sentimientos desde la niñez y también trabajar con los adolescentes para que las relaciones sean flexibles, que está bueno expresarse afectivamente y de qué manera relacionarse con los vinculos sexoafectivos pensando qué sentimos, si nos conocemos, y que en un primer encuentro no está mal expresar lo que siento y eso no significa que me vaya a casar.

En la consulta sexológica me di cuenta de que es importante la educación y despatologizar sacando del medio los manuales de diagnóstico para focalizarnos en la perspectiva de derechos.

-¿Existe un mundo más allá del falocentrismo entonces?

(Ríe) Claro, diferenciemos que la sexualidad es todo lo que somos, la construcción individual, la identidad de género, etc. y la relación sexo-erótica-afectiva es esa relación entre dos personas que se gustan o se relacionan. Estas personas pueden decidir tener un encuentro donde se tocan, se miran y entran todos los sentidos. Ese encuentro, para sacarlo del coitocentrismo y de una relación no tan falocéntrica, debe ser flexible, en donde se puedan usar todos los sentidos. Aunque algunos se ríen y creen que ir a la sexóloga es para que les digan que poses pueden usar, todo tiene que ver con dialogar sobre lo que están haciendo y en que como humanos y humanas tenemos toda una piel para sentir, para abrazarnos y tocarnos en una relación sexual. Nos han metido en la cabeza esta idea reproductivista por fuera del placer.

“El nacimiento de Venus” (detalle), por Sandro Botticelli. 1482-1485

-¿Cuánto afecta el porno en el significado y nuestras ideas que construimos de las relaciones sexuales?

Afecta mucho porque todas las personas lo vemos y pensamos que es lo que tenemos que hacer o que está bueno hacer, entonces queremos reproducir eso que está centrado en el pene. Eso es el porno industrial aunque después está el porno ético que involucra la perspectiva de género que incluye todos los sentidos y la masturbación y también está el posporno que es artístico y denuncia el porno industrial.

Pensemos ¿qué cuerpos son los válidos para ser mostrados según lo que muestra el porno industrial?, y también pensemos el deseo, ¿qué deseo es?. Pensemos qué cosas no muestra, como otros cuerpos o las disidencias. Es fácil concluir que quienes no aparecen entonces no son sujetos de deseo.

El deseo es una construcción social, somos personas que vivimos en una cultura y vamos moldeando nuestro deseo. En este porno la mujer está puesta como un objeto y le encanta, lo puedo mirar, puedo reírme, excitarme o usarlo como recurso pero sabiendo que es ficción. Muchas veces en un encuentro la penetración no ocurre entonces también está bueno que puedan tener relaciones sexuales con otra persona sin penetración, usando la boca, las manos y todo el cuerpo.

-Las jóvenas tienen más libertad pero, ¿qué pasa con las mujeres adultas?

Creo que hemos podido avanzar gracias al debate que abren los movimientos feministas, a los contenidos de la ESI y también al hecho de que exista Instagram u otras redes sociales, que son un gran recurso de información para las chicas y chicos…

Hay muchas que avanzamos y muchas que aún no pero tiene que ver con su propia realidad, con condicionamientos, con la familia, la crianza y la escuela .

Hay chicas de 20 que me consultan porque no tienen orgasmos y tienen una vida sexual de dos años, en cambio, hay mujeres de 60 que nunca lo tuvieron y lo desconocen.

Es importante destacar que hay profesionales de la salud que no saben nada del tema y medican la sexualidad u ofrecen cócteles mágicos que no existen para el deseo, porque el deseo nos atraviesa socialmente.

Hay mujeres que llegan a mi consultorio y me plantean la falta de deseo sin considerar que las mujeres estamos cargadas, nos ocupamos de lo doméstico y también hacemos cosas en el afuera. Por eso hablamos de repartir tareas y les digo que busquen un horario donde puedan conectar y tener un encuentro satisfactorio.

-¿Esa desigualdad también se da a la hora de hacer consultas médicas? Las mujeres deben ir de temprano al ginecólogo/a en cambio los varones consultan menos, ¿no?

La realidad es que está el médico especialista en la mujer que es ginecólogo/a que atiende los órganos reproductores de la mujer y en el caso del varón no hay una especialidad porque el urólogo atiende el sistema urinario.

En la pubertad los controles los hace un clínico y si hay una cuestión que consultar puede derivar al urólogo. Suelo tener interconsultas con ese tema. Fijate cómo la sexualidad es algo que cuesta, incluso en el ámbito médico, ya que el clítoris se descubrió a partir del 1998, por eso muchos médicos y médicas no están formados en sexualidad, en perspectiva de derechos, de género y atención a las diversidades.

Lo bueno sería que en la familia y en la escuela les jóvenes tengan un ámbito para dialogar donde se les pueda ofrecer material como la revista del Ministerio de Educación de la Nación que aborda los cambios puberales, las poluciones nocturnas de los varones y otras cuestiones de forma sencilla y clara para no patologizar.

-Abortar es una decisión que hoy está legalizada, ¿cómo crees que se va a trabajar en el ámbito médico con perspectiva de derechos?

Hay una ley y debemos regirnos por las leyes, en Argentina tenemos un hermoso paraguas de leyes, así que hay que hablar de esto, de cómo insertarlo en los contenidos curriculares y cómo hablar del derecho de las mujeres a poder decidir. Es importante poder decidir sobre nuestro cuerpo sin pedir permiso, tener la soberanía sobre nuestros cuerpos, porque pareciera que en algún momento de la historia perdimos esa soberanía y socialmente alguien tomó el mando de nuestros cuerpos y los muestran, los estereotipan. Está bueno reflexionar sobre cómo decidimos y tomar la sexualidad gozando y disfrutando sin la culpa que nos deja lo religioso. Entiendo que va a llevar tiempo pero los profesionales de la salud tenemos el deber de informar sin condicionamientos sobre todos los derechos a nuestros pacientes.

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