La Aldea y el Mundo, Notas Centrales

SEXO Y PODER

ELA relevó instituciones políticas, de economía, sindicatos, sociedad civil, salud, educación, ciencia, cultura y artes, defensa y seguridad, medios y deporte para identificar el lugar que ocupan las mujeres

Por Majo Corvalán

ELA, Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, es una organización de la sociedad civil que desde 2003 se ocupa de los derechos de las mujeres, los derechos humanos y está integrada por un equipo interdisciplinario de especialistas con trayectoria en el Estado, las universidades y centros de investigación, organismos internacionales, práctica jurídica y ONG.

¿Quién manda en Argentina?

Natalia Gherardi, directora ejecutiva, asegura que este es uno de los temas que definen como relevante en relación a la participación equilibrada, igualitaria, justa y democrática de los espacios de poder. Hace diez años hicieron este mismo trabajo de investigación y “Argentina era un país que tenía figuras relevantes en el poder ejecutivo y judicial, pero si mirábamos un poquito más mostraba un panorama distinto. En el primer informe, en 2010, las mujeres apenas estaban en un 15% en lugares de la vida social, política y económica, entonces nos preguntamos, diez años más tarde, después del “Ni una menos”, “la marea verde” y de que muchos movimientos sociales incorporaron la agenda de género, ¿qué pasó en los espacios de poder?”.

Para Gherardi, mientras los espacios de poder sean ocupados mayoritariamente por varones y las mujeres sean tan poco representativas de la diversidad más amplia de la Argentina habrá dificultades en la democracia.

La finalidad del estudio de ELA apunta a pensar en cuáles serán las estrategias de acción afirmativa e invita a construir creativamente “de qué maneras podemos promover espacios de participación con menos violencia y más articulación, que permita la creación de mayores y mejores liderazgos”.

Valeria Bonafede contó en la presentación que hace diez años construyeron un índice para medir la participación de las mujeres en los puestos de la más alta jerarquía para cuatro áreas: política, economía, sindicatos y sociedad civil.

En el 2010 este índice dio como resultado el 16%, es decir que de cada 10 puestos de máxima decisión, menos de 2 eran ocupados por mujeres. En 2020 este mismo índice muestra un 18% en donde las mujeres pasaron a ocupar 2 de cada 10 puestos de decisión.

Si bien hay un crecimiento, este es dispar. Según el informe de ELA “La participación de las mujeres en los puestos de más alto nivel decisional creció a nivel general, a excepción del área de Defensa y Seguridad (Fuerzas Armadas y fuerzas de Seguridad), mientras que en ámbitos de la política, la educación y la ciencia la representación de las mujeres ha crecido sustancialmente. Sin embargo, en sindicatos ese cambio fue mínimo.

“Particularmente notable es el caso de los sindicatos como expresión máxima de bastión masculino, seguido por Deportes y Educación, caso que sorprende porque no sólo casi un tercio de los puestos de segundo nivel son ocupados por mujeres sino que se trata de una profesión altamente feminizada en su fuerza laboral, sobre todo en los niveles de educación inicial y primaria”.

Justicia y partidos políticos

“Dentro del ámbito de la Justicia, resulta particularmente interesante la situación de la justicia nacional electoral, que tiene el objetivo de monitorear los procesos electorales y el funcionamiento de los partidos políticos.

En Argentina, la competencia en materia electoral corresponde a los 24 jueces federales electorales (uno por cada distrito electoral) con un único tribunal de apelaciones con competencia en todo el territorio nacional: la Cámara Nacional Electoral. Esta Cámara está integrada por tres magistrados, todos varones. Ninguna mujer ha integrado este tribunal desde su creación en 1962.

En cuanto a los partidos políticos, cuando se sancionó la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, en el 2017, se introdujeron modificaciones en varios artículos de la Ley Orgánica de Partidos Políticos (23.298) y también de la Ley de Democratización de la Representación política, la Transparencia y la Equidad Electoral (26.571).

La participación de las mujeres en los cargos de dirección todavía se encuentra alrededor de los porcentajes asociados a la anterior legislación que establecía un cupo del 30%. Mientras algunos partidos establecen normas de paridad en sus cartas”.

Mural en Esquel, provincia de Chubut.

Poder legislativo

El Poder Legislativo en el nivel nacional constituye una de las áreas con niveles crecientes de participación de mujeres. Luego de la implementación de la Ley de cupo , la incorporación de las mujeres se recuperó a partir de la sanción de la Ley 27.412 (2017) que reformó el Código Nacional Electoral para establecer que las listas a cargos electivos debían integrarse por un varón y una mujer, de manera alternada.

Poder Ejecutivo

“El Poder Ejecutivo tiende a traccionar los índices hacia abajo ya que todavía existen fuertes barreras al acceso de las mujeres a los espacios de poder, especialmente como titulares de gobierno tanto a nivel provincial como municipal”.

En este sentido el informe refleja que a nivel nacional la vicepresidencia del país está a cargo de una mujer, en el nivel provincial la presencia de mujeres es casi inexistente (sólo dos de las 24 jurisdicciones)  y en el nivel municipal alrededor de 1 de cada 10 autoridades locales es mujer.

“La sociedad civil es el segundo ámbito con mayor acceso de las mujeres a puestos de alta jerarquía entre los espacios incluidos en este relevamiento. Aunque la proporción de mujeres en el primer puesto es menor (42,7%), en relación a las que se ubican en segundo lugar (53,8%), ambos valores se ubican por encima de la media del total de sectores relevados. A diferencia de otros ámbitos, en este caso, no se han requerido ni se requieren medidas de acción afirmativas como, por ejemplo, las normas de cupo o paridad para lograr este nivel de representación femenina”.

Sector salud

El sector de la salud es uno de los ámbitos más feminizados del mercado laboral (67,1%) y representa aproximadamente el 10% de las mujeres ocupadas. Junto al ámbito educativo y al trabajo en casas particulares, integra lo que se conoce como la economía del cuidado. A pesar de su alta feminización, sólo el 32% de los puestos de más alta decisión en el sector salud lo ocupan mujeres. Esto significa que la brecha de género entre participación en el sector y máximas autoridades es de casi 40 puntos.

“Así como la división sexual del trabajo marca que las mujeres serían las más indicadas para realizar tareas de cuidado y por eso vemos tanta participación femenina en el ámbito de la salud, la lógica de la segregación horizontal o de las paredes de cristal también se replica al interior de este ámbito. Las mujeres han sido históricamente mayoría en profesiones como la enfermería, la psicología, o la nutrición y sólo con el paso del tiempo han logrado insertarse cada vez más en el ámbito de la medicina, hasta llegar a ser 6 de cada 10 de quienes estudian y egresan de la carrera de medicina en el país”.

Sector educación

Otra de las tareas que tienen que ver con los roles asignados a las mujeres es la de la educación, en donde el porcentaje de mujeres trabajadoras es superior, sin embargo en el relevamiento de ocupación de cargos jerárquicos los datos no son alentadores.

“Los datos de este relevamiento, que involucran a las máximas autoridades del Consejo Federal de Educación y de las universidades públicas y privadas nacionales, indican que sólo el 14% de las mujeres alcanzan el puesto de máximo rango y alrededor del 30% se ubica en segundo lugar.

Llama la atención sobre todo el dato de las universidades públicas nacionales donde tan solo hay un 8,3% de mujeres rectoras, número que asciende a 14,3% en el caso de las universidades privadas. La enorme brecha también se replica en el ámbito sindical y de representación estudiantil y sólo disminuye cuando se observan los organismos estatales”.

Las mujeres en la ciencia

Las mujeres en Argentina tienen mayor nivel educativo que los varones, “actualmente representan el 57% del estudiantado de nivel universitario y el 59% si sólo consideramos las carreras de posgrado. Asimismo, según registros de 2019, el 54% de quienes investigan en CONICET son mujeres.Esta participación que se muestra robusta en las bases, va decreciendo hasta llegar al 36% en los puestos de más alta decisión del ámbito científico, como indica el presente estudio. Una vez más se evidencia que persisten barreras que impiden que las mujeres puedan llegar a puestos de máxima jerarquía de gestión del ámbito científico”.

Si bien hay muchos más indicadores, el informe también contempla la interseccionalidad y visibiliza que no solo existe la barrera por el solo hecho de ser mujeres sino también todas las otras discriminaciones que nos atraviesan a las mujeres en relación a la raza, etnia, pobreza, discapacidad… Si vivimos en zona urbana o rural, si estamos o no alfabetizadas, etc. Como conclusión afirman que “las instituciones de un país democrático podrán representar mejor los intereses de la comunidad si se nutren de un intercambio de ideas y un debate público donde todas esas voces puedan estar presentes”.

Mujeres que realizan el trabajo poco calificado de empaquetar cigarrillos en una fábrica de tabaco. Archivo General de la Nación de Argentina, ca. 1900-1920.