Por Ana Toledo

 
 Una hoja volada.
 Un pedazo de dolor.
 Una carta vacía.
 Un poema roto.
 Un paisaje abandonado.
 Una caricia furtiva.
 Un beso arrebatado.
 Una sonrisa torcida.
 Una risa que cruje.
 Un labial vencido.
 Un vestido arrugado.
 Los pelos despeinados.
 Los pies en alto. 
 Siento, pienso, desespero.
 No despierto, ni al tercer intento.
 Sopla el viento, 
 pero no llega adentro
 El deseo está firme,
 pero no me esfuerzo.
 La almohada me conoce,
 me consuela en sueños.
 La ducha me abriga,
 ella es mi única amiga.
 La habitación es un escenario
 dónde habita la fantasía 
 de una vida que nunca será mía.