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TERRITORIOS EN ACCIÓN

Las organizaciones de la Sociedad Civil tienen un rol fundamental en pandemia al dar respuesta en salud, alimentación, violencias de género y defensa de derechos

Por Majo Corvalán

Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) son importantes para la gestión y tracción por los derechos de distintos sectores y, en el marco de la pandemia, jugaron un rol indispensable visibilizando, registrando, acompañando y bregando por derechos no reconocidos o vulnerados. 

Según explican en su página web,”Territorios en Acción: las organizaciones hacen frente a la pandemia”, la iniciativa “propone visibilizar el inmenso trabajo que las organizaciones de la sociedad civil vienen desarrollando desde diferentes puntos de nuestro país como respuesta a la emergencia sociosanitaria generada por el COVID 19.

Están construyendo un MAPA COLABORATIVO a escala nacional, basado en la participación de las propias organizaciones sociales en la producción de conocimiento acerca de sus iniciativas”.

El proyecto es impulsado por profesionales del Instituto del Conurbano, Flacso y Conicet con el apoyo de otras instituciones adherentes. 

Sobre las Organizaciones que trabajan cuestiones de género y diversidad se ocuparon:  María Muro, socióloga, Especialista en Educación en Géneros y Sexualidades (UNLP), Master en Sociología: teoría, metodología, ricerca (Roma TRE). Becaria doctoral del CEUR-  CONICET finalizando estudios de doctorado en la UBA. Miembro del equipo de TeA; y Sandra, Hoyos, Lic. en Política Social (UNGS); Diplomada en Géneros Políticas de Participación (UNGS); Psicóloga Social (EPSISAM), Docente e Investigadora UNGS,  Investigadora en  IESCODE  (UNPAZ). Integrante del equipo TEA, militante y activista feminista

La elaboración del informe

El informe presentado sobre las organizaciones, cuya principal tarea es ocuparse de la problemática que atraviesan las mujeres y colectivo LGBTIQ+ en el país durante la pandemia, fue elaborado en base a entrevistas realizadas a referentas de cuatro diferentes Organizaciones de la Sociedad Civil.

“Lo primero que detectamos es que eran las mujeres quienes contestaban los formularios de mapeo y también quienes estaban al frente de las acciones. La pandemia no afectó de igual manera a las mujeres y al colectivo LGTB que a los varones. En este informe relevamos cuatro organizaciones más estudios varios y destacamos cuatro problemáticas iniciales” expone Mauro.

Las problemáticas identificadas son: el incremento de la violencia por motivo de género, aumento de femicidios y transfemicidios, aumento de la violencia doméstica por el aumento de las tensiones en el hogar, los obstáculos adicionales que enfrentan las mujeres para huir o pedir ayuda y la crisis de los cuidados que dejó en evidencia que todo quedó en manos de las mujeres y cuerpos feminizados.

Sobre todo cuando la escuela se volvió virtual, de modo que, somos nosotras quienes absorbemos estas tareas”. A esto se suma que las personas que se dedican  a tareas de cuidado por fuera de su casa se quedaron sin trabajo y perdieron el sustento sin contar con red alguna.

Otras de las problemáticas que surgen de la investigación es la falta o barreras en el acceso a la salud sexual porque se sabe que los esfuerzos en pandemia se dieron a las cuestiones del Covid – 19 y esto afectó los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos en la anticoncepción, Interrupción Legal y , luego de 2020, Voluntaria del embarazo. Frente a estas problemáticas relevadas se entiende que las OSC que ya venían abordando otras cosas se sumaron a atender estas y lo resolvieron de forma situada. 

Las Cuatro

Sandra Hoyos comenta que “nos propusimos ver cómo se trabaja la cuestión de género en pandemia desde las organizaciones y pudimos ver que el  20% de las mapeadas mencionaron esta tarea como su campo principal de abordaje. 

Espacio de género de José Paz

En este grupo y en el resto también, trabajan en diferentes territorios según las características locales.

José C. Paz está ubicado en el municipio con mayor cantidad de casos de COVID-19 de la provincia de Buenos Aires, es decir que tiene determinadas cuestiones diferentes a otros territorios.

Este espacio se dedica a trabajar cuestiones de violencias: como ellas mismas dicen, son una suma de voluntades y saberes. “Este equipo destaca por su capacidad para generar redes comunitarias y porque son un equipo profesional que da cuenta del trabajo estructural”, explica Sandra. “Tiene un abordaje similar al ámbito estatal y muchas veces vienen a resolver lo que del Estado no está disponible o presenta obstáculos para acceder”.

Durante la pandemia también abordaron demandas de salud mental, las que se incrementaron, acceso a salud sexual desde la  consejería pre y pos aborto, que también se incrementó, y  el acceso a métodos anticonceptivos. Cabe destacar que la atención y acompañamiento a veces incluye en casos de violencias por razón de género una asistencia de alimentos y asesoramiento legal, por lo que las integrantes de este espacio hacen un acompañamiento integral y por todo el circuito.

María Muro expuso sobre ADEM, la asociación por los derechos de las mujeres de San Luis, una organización feminista, mapeada y seleccionada para este estudio de investigación.”Hicimos entrevista con su referenta y nos contó que ADEM nace en el 2003 y se referencia en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito en el 2005, fecha desde la cual traccionan en San Luis por los derechos de las mujeres y por la adhesión a la ley de ESI, Educación Sexual Integral, y luego a la aplicación del Aborto no Punible, hoy en día, protocolo de acceso para la Interrupción Legal y Voluntaria de Embarazo”.

ADEM también hace acompañamientos desde el inicio a mujeres, adolescencias y niñeces víctimas de abuso o embarazo forzado, en situaciones de violencias y vulnerabilidad, o en situación de embarazo no intencional con la decisión de abortar. “En 2020 vieron una multiplicación de mujeres que buscaban ayuda alimentaria, en la mayoría de los casos eran sobrevivientes de violencia sin recursos u oportunidades laborales, aunque también atendieron casos de mujeres trans en situación de prostitución que no podían conseguir sustento. Frente a esto lograron gestionar un fondo de acción urgente para la compra de alimentos, productos de gestión menstrual, artículos de limpieza y de higiene personal que fueron distribuidos entre mujeres de toda la provincia”.

Además de las gestiones en la justicia y las áreas para mujer del municipio, la provincia y la Nación. Como las organizaciones anteriores, también siguen acompañando a personas que requieren acceder a la anticoncepción o a un aborto legal, seguro y gratuito en el sistema de salud. 

Mujeres autoconvocadas de Iguazú

Esta asamblea se vuelve organización tras exigir justicia por Vilma, una joven asesinada cuya causa sigue sin resolverse. “Esta organización se conformó a fines de 2019 así que su vida es casi completamente en pandemia. Se ocupan de visibilizar la violencia por motivo de género, grooming, acoso, la denuncia a un docente abusador y también las denuncias a curas abusadores”, cuenta Sandra.

Acompañan a quienes les hacen un pedido de ayuda mediante las redes sociales y lo hacen en ámbitos institucionales y en la justicia, insistiendo para que se atienda esta situación.

Como estrategia trazan alianzas con otras organizaciones y también acompañan la lucha contra la precarización laboral y la falta de agua que les genera gran indignación porque su localidad está rodeada de agua, que se garantiza en las grandes cadenas hoteleras pero no en los barrios.

Mumalá Jujuy

“Mumalá está presente en 22 provincias del país, pero hablamos con la compañera de Jujuy porque es esta provincia la que tiene la mayor tasa de femicidios del país. Están desde el 2015 pero advierten que a partir del 2018 crecieron mucho más”, dice María.

Jujuy tiene un índice alto de feminicidios, casi el triple de la media nacional. En Jujuy el movimiento de mujeres (tras varias movilizaciones de más de diez mil personas) logró que se declare la emergencia en la provincia. La ley prevé un presupuesto para la construcción de refugios, una mesa asesora para la elaboración de políticas públicas, dispositivos electrónicos, etc., pero nada se concretó. Las integrantes advirtieron al Estado que el dispositivo de alerta temprana que se descarga como app en los celulares no es efectivo porque requiere conectividad, en cambio ellas proponen hacer un seguimiento a los agresores para que las mujeres no sean las monitoreadas y sí los violentos.

Entre las conclusiones, las investigadoras destacan que las organizaciones en pandemia han tenido una importante labor dando respuestas de carácter integral: salud mental, alimentación, medicamentos, y denunciando problemáticas locales como falta de conexión a internet, de agua, o déficit en el sistema de salud.

También contribuyeron aportando a la mayor visibilización sobre la violencia de género: movilizaciones masivas, exigencia de tobilleras, acceso a la justicia. 

Fueron, a su vez, superando las dificultades de articulación directa con el Estado/mediatización, monitoreando las instituciones y realizando un trabajo articulado, situado y territorial.