San Luis, Tertulias de la Aldea

¡INDEPENDENCIA! o ¿INDEPENDENCIA?

Por José Villegas (*)

San Luis Pionera

Dos años atrás, en marzo de 1814, el revolucionario morenista Agustín Donado, quien había representado a los puntanos en la Asamblea del XIII con una destacadísima gestión, comunicaba a nuestro Cabildo la designación del “Capitán del Regimiento de América” Don Vicente Dupuy, como Teniente Gobernador de San Luis.  Inmediatamente, Don Juan Martín de Pueyrredón (afincado en San Luis), ofrece sus servicios y su amistad al nuevo mandatario a quién ya conocía por su “hermandad” dentro de la “Sociedad Patriótica” creada por Bernardo de Monteagudo.

Comenzaba a gestarse así el desarrollo del Plan Continental, que terminará de plasmarse cuando su autor, el flamante Gobernador Intendente de Cuyo, a su paso hacia Mendoza allá por 1814, explique la idea en aquella casi legendaria entrevista (reservadísima) de la “Aguadita”. Se trata del Coronel José de San Martín y los dos “iniciados” de la Logia Lautaro.

A partir de ese momento, tanto Dupuy como Pueyrredón, jamás dejarán de asistir al Padre de la Patria en su magna empresa. De esta manera, Pueyrredón vuelve meteóricamente a la vida pública liberado de aquel ostracismo ordenado por Rivadavia, por “sugerencia” de San Martín ante Posadas.

Luego el gran estratega lo propone, o mejor dicho lo impone como Diputado por San Luis ante el Congreso de Tucumán. Este será el primer objetivo, pero luego, en una magistral jugada política, acordada con los congresales lautarinos, logrará que Pueyrredón sea designado como Director Supremo de las Provincias Unidas, sabedor de que aquel hombre juramentado, nunca iba a traicionar su magno plan.

Sin Pueyrredón en el Directorio no había garantías de que el Plan Continental se llevara a cabo, pues no pocos de aquellos actores políticos consideraban inviable la estrategia concebida además de San Martín, por Tomás Guido, el Coronel altoperuano Enrique Paillardelle y otros patriotas.

Y uno de los más firmes argumentos de los “localistas” fue la negativa tajante de disponer de los recursos financieros del Directorio para la consecución de tan “delirante plan”. Así, una vez más, la ciudad puerto negaba la posibilidad de la construcción de una Patria Grande, tal como lo había soñado Mariano Moreno, el iniciador de aquella “utopía”.

Se hace imposible no citar a la otra columna fundamental para el cumplimiento del objetivo Sanmartiniano, el terrateniente y aristócrata salteño “traidor” a su clase y devenido en guerrero gaucho quien, al mando de sus “infernales” supo estar a la altura de las circunstancias con temerario arrojo, lealtad y amor a su gente. Nombrarlo es redimirlo, valorarlo y eternizarlo con enorme gratitud y afecto. Me refiero al revolucionario gaucho General Don Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea, aquel que se despojó de sus títulos nobiliarios, de su riqueza y de su cómodo sillón para entregarlo todo a la causa de la Patria.

(*) Cuarta parte

Retrato del General Martín Miguel de Güemes. Óleo sobre tela. Autor: Juan Laporte (3-XI-1922).