Reportajes

Juan Alberto Piño- 22-08-2021

Soy Juan Alberto Piño, nací el 17 de julio de 1971 en La Majada, a quince kilómetros de San Francisco. Mi infancia fue muy linda, crecí en un contexto natural, aislado de la gente, vivíamos en el medio del monte. Mi papá era hachero, él falleció cuando yo tenía tan solo cuatro años, mi madre se encargó de criarme, se llamaba Antonia Robledo, falleció en el año 2018. Nos fuimos a vivir a Potrero de Leyes, mi madre era una mujer muy de campo, muy conocedora de sus oficios. Se dedicaba a la cría de cabras junto con mi abuela, también era cazadora, con la venta de piel ayudaba a la subsistencia. Fue una época complicada para ella, hoy lo veo desde otra perspectiva, había que recorrer mucha distancia.

Teníamos la casa en el campo tipo rancho, sin luz, junto al río, para conseguir provisiones había que recorrer muchos kilómetros, al igual que para ir a la escuela. En 1984 falleció mi abuela y mi mamá se casó por segunda vez, nos vinimos a San Francisco del Monte de Oro, donde terminé la primaria, luego la secundaria. Como el esposo de mi madre era herrero, yo lo ayudaba.

Era artesano, arreglaba ruedas de sulky, frenos de caballos, monturas, herraduras. Estábamos en Banda Sur y San Francisco todavía era una aldea en aquella época, pocas casas, calles de tierra, pero muy lindo. Siempre tuve habilidad para el dibujo, a los dieciocho años conocí a Asunta Heredia, fui a clases de dibujo con ella, junto a un par de chicos, una persona muy especial a la que quisimos mucho, básicamente tomamos clase de acuarela, entablamos una hermosa amistad.

Yo me dediqué al dibujo, siempre he trabajado dentro de este ámbito, muchas veces por encargo, fui incursionando en las artesanías, desde la madera hasta el cuero, pasando por instrumentos. En relación a los instrumentos me refiero a tambores, palos de lluvia, actualmente me estoy dedicando al arreglo de bombos, tambores.

El trabajo también está ligado al dibujo, por ahí me traen algún bombo que lo quieren pirograbar, me piden algún dibujo en especial y lo hago. Durante un tiempo me dediqué a las historietas, que difundía en la revista Pulso, de la zona, y estaba relacionada con las leyendas y cuentos, se llamaba “La Bruja del Amanecer”. Después hice otra sobre la mina Géminis, mucho antes del conflicto de la minería a cielo abierto.

La mina Géminis fue donde se extrajo durante los ochenta, de manera artesanal, litio. Escribí y dibujé una historieta sobre cómo vivieron los mineros. También escribí dos pequeños libros, presentados en la Feria del Libro en 2016, son recopilaciones con otros autores, en su mayoría cuentos de la zona, costumbres y nombres de lugares, con la única idea de que no se pierda. Estamos enfrentándolo a nivel local y mundial: se han cambiado muchos nombres del lugar, nosotros le vamos preguntando a los ancianos, a la gente de campo adentro.

Notamos que el lenguaje popular se está perdiendo a raíz de algunos avances tecnológicos y de la erradicación de las personas de campo, que se produjo en  los años 90, hoy cuando uno recorre las sierras, están los ranchos en ruinas, y con ello se perdieron costumbres, caminos, nombres. La gente cuando compra esos campos les cambia el nombre, por ello estamos relevando lugares como las cuestas, con sus nombres originales y que sean de tránsito libre para las futuras generaciones.

Durante veinte años fui guía turístico baqueano, he colaborado con algunos proyectos referidos al medio ambiente, en la liberación de cóndores, y otras aves en peligro de extinción como el caso del Rey del Bosque.

He dado clases en las escuelas sobre flora y fauna llevándolos a las sierras, para que conozcan lo que los rodea. Es la manera de evitar el tráfico de aves, que se concientice sobre la conservación en una zona que ha sido bastante devastada por incendios y proyectos inmobiliarios.

En el campo del arte trato de conservar las raíces y nuestras hijas, por ejemplo, estudian folclore para conservar ese legado. Con la familia conservamos la costumbre del hilado artesanal, elaboración de ropa de chañar, uso de la algarroba, de ciertos recursos que están a mano y que no se conocen.

Mi familia está compuesta por mi señora, que tiene dos nenas y un chico que son mis hijos del corazón, tengo una hija de sangre de tres años, esa es mi familia. Trabajo en el Dique las Palmeras, soy operador de dique, estuve en el cuerpo de bomberos muchos años y hace poco volví a ingresar.

Un proyecto con mis compañeros es construir refugios en las sierras, porque en verano hemos tenido gente que se queda aislada en las sierras por desconocimiento, trabajamos en vías de escape, y zonas de rescate. También estamos tratando de organizar grupos de rescate de animales como víboras, lechuzas, y muchos otros, que a veces la gente no sabe qué hacer con ellos.