Mi nombre es César Fazzio, nací en diciembre de 1974 y soy puntano por adopción. Con mi hermano y mi madre nos radicamos en 1987 en Concarán. Desde muy chico desarrollé cierto gusto por el arte y mi familia siempre me alentó a explorar mis inquietudes. Puedo contarles sobre la orquesta de tango de los hermanos de mi abuela Beatriz, sobre el carpintero ebanista y violinista autodidacta que fue su padre. El dibujante, metalúrgico, melómano, fotógrafo y soñador de grandes proyectos que fue mi abuelo materno Renzo o sobre los cantantes, lírica y de rock, que fueron mis padres. En mí vive algo de cada uno de ellos y todos, de alguna forma, han dejado su huella, esa llama no se extingue.

Tenía cerca de dieciséis años cuando me acerqué al ensayo de la banda infanto juvenil del pueblo. Esa tarde conocería a quienes hoy siguen siendo mis grandes amigos y hermanos en la música: Cristian, Hernán y Mauricio, con quienes formamos un grupo de covers de rock que se llamó “Superficie”.

Tocamos casi 20 años hasta que los proyectos de cada uno nos llevaron a diferentes lugares, pero cada uno se llevó gratos recuerdos y experiencias de lo vivido. En 2001, alentado por mi tía Haydee, la artista de la familia, me trasladé a Villa Mercedes para ingresar en el Profesorado en Artes Visuales del IFDC. Cursando pude realizar diversas tareas afines a mi carrera, ayudantías de cátedra en fotografía, grabado, arte digital y escultura. También participé en la organización/montaje de distintas muestras grupales e individuales. Pude también exhibir obras junto a compañeras/os en distintos espacios culturales de la ciudad de Villa Mercedes y de esa forma nos fuimos insertando en el medio como “artistas jóvenes”.

En 2010 participé en un taller de análisis y producción de la obra del artista plástico Luis Felipe Noé, en Buenos Aires. En 2013 fui convocado a participar de la exposición grupal “Arte y Cultura de San Luis en la Biblioteca del Congreso de la Nación” representando a Villa Mercedes junto a once colegas de la provincia.

Al año siguiente recibí la 1° Mención Especial del Jurado en la categoría Pintura por la obra “Los errantes”, en el  1° Salón de las Artes Visuales Villa Mercedes. Luego fui parte del equipo de gestión de la Feria Nacional del Libro Villa Mercedes como Prosecretario y Responsable de la Sala Central de Exposiciones de la Casa de la Cultura. Más tarde llegué a ser Coordinador de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura, gestionando muestras artísticas de nivel nacional e internacional tales como: “El universo de Monstriña” de María Verónica Ramírez, “Lo mejor de Caloi”, “Todo es Macanudo”, muestra de originales de Liniers, “El Mundo según Mafalda” única muestra autorizada por Quino que ha recorrido casi toda Latinoamérica, “Homenaje a María Elena Walsh”, entre otras de carácter local como las muestras homenaje a los Maestros del Arte Villamercedino. En 2018 mi obra artística fue publicada en el libro “Redes de Energía: un panorama del arte argentino contemporáneo” publicado por TGN y curado por la licenciada Jamín Adler.

Mis trabajos en pintura, arte digital, diseño gráfico y restauración me han valido el reconocimiento para la postulación y el otorgamiento de las Becas Sostener Cultura II, Fortalecer Cultura y Cultura Solidaria. La pandemia me trajo de vuelta a Concarán. Aquí tuve la oportunidad de dictar un taller sobre Conservación de Patrimonio Artístico Municipal. He desarrollado proyectos como el de realización del edificio Espacio Joven, El proyecto integral del Museo de la Estación de Tren Concarán y el Museo Mina de los Cóndores, y recientemente el proyecto de Intervención Artística en Plaza San Martín. Todo junto a un equipo está integrado por  empleados de la planta municipal y artistas locales jóvenes.

También con el municipio hemos podido trabajar en nuevas propuestas artístico/pedagógicas en el Espacio de Primera Infancia, en los cuales estarán presentes los contenidos de la obra literaria de exponentes de la cultura de nuestra provincia, como Dora Ochoa de Masramón y Polo Godoy Rojo.

Concarán es ese lugar en donde pude y puedo vivir libremente. En donde todavía dejamos la bici en la puerta del negocio al hacer las compras. En donde pude reconocerme artista, es eso que sigue creciendo y que no se detiene ni un solo día, ni un solo momento.