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Payadores Urbanos

El rap y el freestyle ganan terreno entre los adolescentes. Son estilos que combinan la disputa entre los participantes con cierta improvisación

Por Eliana Cabrera

En más de una plaza se han visto reunidos chicos y chicas, rodeando otros de ellos que intercambian entre sí frases en tono de discusión o pelea. Pero no se trata de un hecho de agresión ni nadie sale herido.El rap y el freestyle se han ganado el entusiasmo de adolescentes y jóvenes y cada vez suman más adeptos.

¿Cómo es que la palabra y la rima se han vuelto tendencia? ¿De qué se trata este pequeño y gran espacio de improvisación?

El freestylerap o rap de estilo libre es parte del movimiento del Hip Hop, junto con los DJ’s, el graffiti y el breakdance. Se trata de un movimiento cultural, estético y musical que tiene sus orígenes en la comunidad afroamericana del condado de Bronx en Nueva York, Estados Unidos, en los años 70.

La falta de clubes en la zona, y la imposibilidad de ingresar a otros de los alrededores por falta de dinero o porque no eran bienvenidos, provocó que los jóvenes comenzaran a organizar fiestas en sus casas. De esta forma, no solo recaudaban dinero sino que también creaban espacios de revalorización de su propia cultura, rechazada por la mayoría blanca. Estos eventos se popularizaron al punto de que las distintas zonas barriales tenían su propio DJ y raperos de referencia, que comenzaron a competir entre sí, llegando a desplazar y disminuir los conflictos pandilleros.

Actualmente, existen competencias como Redbull, batalla de los gallos o Freestyle Master Series (FMS), entre otras, que revitalizan la cultura del hip hop. En este caso, lo más relevante no es el DJ ni el breakdance sino la figura del freestyler, también llamado MC (término utilizado en los comienzos del movimiento para referirse al “Maestro de Ceremonias”,que animaba en las fiestas). Básicamente, los participantes compiten improvisando rimas sobre una base rítmica, que luego son juzgados por un grupo de especialistas. Pero, ¿qué complejidad hay detrás de sus producciones?

En primer lugar, es destacable que los versos que crean son de gran espontaneidad, ya que pese a que pueden llevar “rimas escritas”, es decir, preparadas con anterioridad, el freestyle conduce a una permanente disputa con otro participante, por lo que es necesario escuchar al otro y basarse en sus palabras para responder en la inmediatez. Esto es fácilmente comparable con las tradicionales payadas a dúo, acompañadas por el rasguido de una guitarra criolla.

Fragmento de payadores vs raperos (Feria del libro 2016)

Por otro lado, el ingenio y creatividad de las improvisaciones de los y las freestylers requiere práctica y necesariamente ampliar el vocabulario y relacionar conceptos de formas poco comunes para generar más impacto: allí está la búsqueda de lo poético.

Lo efímero de sus presentaciones hace que deban recurrir a distintos recursos literarios para generar sorpresa, entretenimiento y emoción en el público o los jueces, todo esto en torno a un debate con el contrincante para demostrar quién es el mejor. Este desenfreno por lograr el interés hacia sus palabras también se asemeja a los juglares y trovadores de antaño que, aunque no competían, buscaban retener a la gente del pueblo en las plazas con sus cantos y rimas, valiéndose de los mismos recursos, para que lo que contaran no quedara en el olvido.

Entre los recursos más utilizados se encuentran la anáfora, la repetición de una palabra o frase al comienzo de dos o más versos para enfatizar y sostener una idea; el calambur, que consiste en la alteración en las sílabas de dos palabras contiguas para obtener un significado distinto, “soy rapero del valle nato, y en el valle  está muerto este ballenato”; el retruécano, donde se invierte el orden sintáctico de una frase para lograr una contradicción o antítesis: “¿Qué hablás tanto del presidente en curso? Yo soy distinto, le cambio el curso al presidente”o la derivación, que consta en utilizar dos palabras con la misma raíz: “usás tantos personajes que tu persona te extraña”. Todo esto utilizado en paralelo con metáforas, dobles sentidos y por supuesto, la rima. Alberto Buscató (2016) llegó a exponer en su libro Las figuras retóricas en el rap español del siglo XXI, más de 200 figuras retóricas utilizadas en este movimiento.

Como cualquier expresión artística que se realiza frente al público, el atractivo del freestyle no tiene que ver con la “calidad” de las estructuras verbales sino con el efecto instantáneo que produce en la gente. Se trata una reivindicación y reapropiación de las formas más tradicionales del canto y la poesía oral, sobre todo de la cultura afroamericana, para hechizar a la juventud con las palabras.

“Payada en una pulpería”, por Carlos Morel. 1813-1894