Reportajes

Isaías Barbeito-09-01-2022

Soy Isaías Barbeito. Tengo 27 años. Nací en la ciudad de Villa Mercedes (San Luis), lugar donde resido en la actualidad. Mis padres son María Carina Gariglio y Marcelo Daniel Barbeito, ella oriunda de Justiniano Pose (Córdoba) y él de San Luis. Cuando yo tenía 3 años nació mi hermana, Milagros Barbeito. En la actualidad vivo prácticamente solo, pero compartiendo gran parte de mis días con mi pareja, Lourdes.

Tengo recuerdos muy lindos de mi niñez, llena de amigos y familiares, disfrutando del club, del barrio, de la escuela, de viajar. Una niñez también bastante inquieta: que la bici, que las bolitas, que el partidito de básquet, de fútbol, acampar, lo que fuera…

Hice desde jardín y parte de la secundaria en la escuela Remedios de Escalada y finalicé en el Juan Esteban Pedernera. Siempre fui un estudiante responsable. Ni bien terminé la secundaria inicié el profesorado de educación física. Al terminar le dediqué un año más al profesorado de entrenamiento e inmediatamente inicié mi licenciatura en la UNLP.

Hasta el último año de secundaria no tenía bien en claro qué estudiar. Recuerdo que una de las principales carreras que tenía en mente era abogacía. Luego se me ocurrió que Educación Física podría haber estado buena, ya que desde que tengo uso de razón me llama muchísimo atención la actividad física. Pero ni bien terminé la escuela, no sé por qué, hice unos meses de cursillos de Kinesiología. Un día estábamos rindiendo el ingreso, me levanté del pupitre y me fui a la voz de: “Esto no es para mí”.

Mientras me descubría dentro de la Educación Física se cruzaron en mi carrera dos profesionales claves: Alexis Saile y Maxi Farías. Cada vez escuchaba sus clases y lo que sabían de entrenamiento me decía a mí mismo: “Quiero ser como estos tipos”.

Mi carrera se desarrolló con una intensidad increíble, estudiando todos los días, maravillado por la disciplina. Tuve la suerte de coincidir con personas muy curiosas y activas académicamente hablando, entonces nos potenciábamos mucho.

En cuanto al “dónde”, siempre tuve base en Villa Mercedes, a pesar de que luego del profesorado estudié en Córdoba, lo hice de forma semipresencial, viajaba una o dos veces al mes.

Creo que lo que hay que destacar es el amor por lo que elegí, eso me hizo de combustible día a día. Para mí lo más importante no eran los títulos, yo quería (quiero) ser cada día un mejor profesional. A su vez, también me potenciaba el desafío: en la época que estudiaba era inconcebible que un profesor no trabajara en una escuela. Y yo quería ser entrenador, quería poder desarrollar una carrera viviendo del entrenamiento. Hoy vivo de eso.

Hay varios hechos en mi vida que marcaron un antes y un después…. El día que me levanté de ese pupitre y empecé mi carrera, empezar a trabajar en un gimnasio…

También el día que me llamó la Selección Argentina de Cestoball: me hizo ese clic en la cabeza de “proponerte lo que quieras, que llegás”. El día que vivencié por primera vez el Crossfit –antes de ello tenía muchos prejuicios con la actividad– al descubrirla y vivenciarla pude justificarla y fue como “ahora puedo hacerla, y me encanta”.

Las situaciones deportivas logran moverme mucho, me generan muchísimo, tanto desde el lugar de coach como desde el lugar de atleta/jugador. He llorado muchas más veces en un escenario competitivo que en cualquier otro lugar.

Me gusta el folclore, también el trap, rap, electrónica, cumbia, cuarteto, me gusta casi todo. En cuanto a la lectura, me pasa exactamente igual, varío mucho en los géneros: últimamente un autor que estaba siguiendo bastante es Paulo Coelho.

Mi tiempo libre suele tener que ver con lo opuesto al resto del tiempo: me convierto en un perezoso, de la cama al sillón jugando videojuegos, tomando mate, viendo series, películas, comiendo “permitidos”, ¡un sedentario total! y si se puede, ¡de viaje!

De mis padres, una de las cosas que ellos destacan de mí y que creería que por ellos viene, es esa capacidad de debatir, de discutir, de no aceptar porque si, sino que, si algo no me cierra, lo hablemos. Es más, creo que va por ese lado, “el hablar”, el poner en claro las situaciones para así tener mejor visión de todo. Soy una persona que no se calla nada, que deja ver todo lo que piensa si así lo cree necesario, y también así me gusta que sean conmigo. Creo que la sinceridad nos ahorra tiempo a todos.

La amistad siempre ocupó y ocupa un lugar primordial. Mis amigos son de las cosas más importantes en mi vida. Sin embargo, creo que en la amistad las relaciones son muy dinámicas que van cambiando constantemente porque nosotros también cambiamos.

San Luis es mi provincia, es mi lugar, es mi casa, mi tierra. Es difícil poner en palabras el verdadero significado de lo que me significa. Pero soy un nativo que le agradece muchísimo a su provincia, sus paisajes, su clima, su gente, sus oportunidades… Dentro de Argentina, no me imagino viviendo en otra provincia.