Érica Janet Coronel (*)

Estar enroscada como lo hace la serpiente con su presa, apretar los dientes es saber enojarse, pero utilizar alrededor de cuarenta y tres músculos faciales es aún más confiable. Tirarse al piso para sobrevivir. 
Al oeste de mi cuerpo se encuentra una  escalera, hecha de caña pura o pura caña. 
Para sentir el peso de mis antepasados decidí subir un escalón por vez, violetazul fue la última bocanada de aire para llegar a la cima que me daría la libertad.
Se escucha a los grillos dialogar algo con el gremio sapa-rano mientras que el aire fresco les da la bienvenida.
En cuatro patas por la medianera inicio mi camino, confiando en todos los tutoriales que he visto sobre “cómo ser una felina y no morir en el intento".
Mis pupilas dilatadas saben que es hora de bañarse, pero esta vez bajo tu luz. 

(*) Érica Janet Coronel, nacida un 27 de mayo de 1987 en Monte Comán, por las vías del tren a Rufino. Los paisajes de San Luis, me adoptaron hace 16 años. La primavera del 2021 me invitó a la Bolívar para florecer.