Expresiones de la Aldea, La Aldea y el Mundo

Lady, Lady Jane

Gabriela (Pereyra)


–       Remis “El Toto”, buenos días.
–       Buenos días, ¿podrá ser un carruaje?
–       Tenemos una demora de 20 minutos, maso, doñita.
–       Le paso los datos, un carruaje para Lady Jane de Glencoe, de la Casa Ponce, en la Comarca Sur.
–       Ya le aviso si es menos o más la demora.
El operador se comunica por radio para poder confirmar el viaje. -22, cambio,

–       Aquí 22
–       ¿QTH?
–       QTH en Legislatura.
–       Tome el viaje de la hija del Pancho Ponce por favor, es largo, ya sabe…
 
Tres bocinazos fueron suficientes para resignarse a que nadie de su familia, ni la servidumbre estaba en la casa, y por ende tuvo que confirmarle ella al carruaje que ya saldría de la morada.
Cuando se acercó al remis, el chofer se encontraba ensimismado con su celular. Ella permaneció parada al lado de la puerta trasera. Cuando el chofer levantó la cabeza, y giró a ver si ya estaba la pasajera, advirtió que la Juanita llevaba guantes de tafeta lila hasta el codo y un vestido con puntillas haciendo juego, el termómetro del auto le marcaba 41 grados y se sonrió pensando que la Juana debía estar transpirando bajo tanto trapo.
–       Y entonces Juanita, ¿nos vamos?
–       Jane, corrigió. Jane… A tiempo que hacía una seña de reclamo hacia la puerta del carruaje. No sé cuántas veces voy a tener que enseñarles que no corresponde que alguien como yo, de la nobleza más noble, abra las puertas.
El chofer ni atinó a bajarse, simplemente estiró su mano hacia la manija trasera y con un golpe empujó la puerta hacia afuera, mientras que bufaba porque siempre se trababa.
Juana subió, se sentó en medio del asiento y extendió su vestido a ambos lados de aquella cuerina negra protegida por un plástico. -A casa de mi abuelo, en la Comarca Norte.
–       Por favor base, avise a mi señora, tengo demora para almorzar por QTL en La Punta.
–       Como le iba diciendo- continuó Juana- ayer hice una visita virtual con mi tierra en Escocia. Está realmente hermosa, su arboleda es única. Ya estoy organizando todo para ir, si bien los nobles deben delegar, pero estoy más tranquila si superviso todo.
El chofer, medio mordiéndose los labios para no reírse, siguió la charla. – ¿Y como cuánta plata es el viajecito, le hacen descuento?
–       Por favor no sea grosero, lo de las libras es lo de menos, no queda bien hablar de eso, ni de regateos absurdos. No es de ladies. Cambiando de tema, ¿le mostré mi certificado de Lady?
–       Claro, en cada viaje.
–       Ah, ok, ok.
–       Llegamos señorita Juana.
–       Lady, Lady Jane.
Un rato permaneció el auto encendido y detenido. Juana no descendía. Cuando a José lo engancharon con otro viaje, para acelerar la cosa bajó del auto, abrió la puerta de Juana y con una reverencia dijo: se lo anoto.
–       Agregue su propina, dijo Juana, en señal de no querer tocar dinero.
Desde pequeña, Juana mostraba interés por lo ecológico y también fascinación por los cuentos de castillos, fue por eso que para su último cumpleaños le obsequiaron simbólicamente un pedazo de tierra en Escocia para preservación de los árboles, a cambio, la iniciativa ofrecía un título nobiliario también simbólico como sello de esa transacción. Lo que siguió pudo ser fruto de la compulsión por “pertenecer”, o bien una “noble” semilla de utopía para salvar el planeta, o tal vez, solo fruto de la imaginación.
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Más de 250.000 personas se han convertido en Lores y Ladies de Glencoe mientras conservan la naturaleza salvaje en Escocia, anuncia la página https://www.highlandtitles.es/. Highland Titles fue fundada en 2006 por el Dr. Peter Bevis, miembro de la Sociedad Zoológica de Londres y su hija Laura. Empezaron vendiendo parcelas familiares con el fin de financiar la plantación de nuevos árboles. Su misión no era otra que la de restaurar la tierra altamente devastada por siglos de ganadería y silvicultura comercial.
Actualmente Highland Titles posee y gestiona dos magníficas reservas naturales en Escocia. Acceder a la parcela y el título nobiliario cuesta 45 dólares. “Como usted ya sabe, desde siempre los propietarios de las tierras escocesas han sido conocidos como ‘Lairds’. Nos parece que es la forma más natural de dirigirnos a nuestros clientes. Los reconocemos como ‘Laird’, palabra escocesa que traducida al inglés es ‘Lord’, su equivalente femenino; ‘Lady’”, afirman. Este certificado es enviado digitalmente a cada nuevo dueño o dueña.
La parcelita más pequeña es de un pie cuadrado, es decir 30 cm por 30 cm, aproximadamente, y suma la plantación de un árbol en su honor.
Ser miembro de la Comunidad de Highland Titles permite disfrutar de su terreno, ya sea in situ o bien en visitas virtuales. El lugar posee un centro de visitantes en el cual se organizan eventos que reúnen a Lords y Ladies de todo el mundo. Podrán también gestionar temas tan variados acerca de su tierra como nombrarla, dedicarla, transmitirla y otros muchos temas.
 

Título honorífico de Lord o Lady de Highland Titles, en Escocia.