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¡Bienvenidos a Intercolegiales Culturales!

La multipremiada iniciativa del gobierno provincial trabaja el arraigo desde el arte, pero la recompensa para el Equipo es descubrir que las raíces solo perduran con la memoria del otro

Gabriela Pereyra

Pueden los proyectos componerse de objetivos y metas, pero si a ello se le suman espíritus soñadores, inquietos, hambrientos de asombro, dispuestos a transformar y a dejarse transformar, es allí donde una iniciativa pierde finitud y es parte de la historia y la cultura.

Desde La Opinión y La Voz del Sud pudimos conversar con 7 referentes de este equipo de Intercolegiales Culturales, lo hicimos justamente para conocer el profesionalismo con el que se sostienen tantas ganas, y para entender lo que permanece cuando desciende el telón y este “escenario simbólico” queda con sus silencios y aprendizajes. Lis Soledad Contreras es la Coordinadora General de Intercolegiales Culturales, Adriana Durigutti a cargo de capacitaciones y el área artística, Marcelo Palacio realiza el nexo con las Instituciones de Gestión Cultural, Marcelo Gatica es capacitador en danzas y administrativo, Pamela Pardo es responsable de Diseño y de Videojuegos, Luciano Vera es del área artística de Música; Mara Baldioli es del área de Literatura.

¡Bienvenidos a Intercolegiales Culturales! Es un grito que te hace poner de pie y aplaudir cuando te sentís parte del suceso. Es la bienvenida que el equipo da invitando a un universo que te dice desde cada rincón: estamos para vos, para la Puntanidad Creadora.

La invitación ingresa en su noveno año y no se detuvo en pandemia, se reinventó, se puso a disposición de toda la comunidad educativa, de los gestores culturales y las redes que se tienden desde una escuela.

La decisión gubernamental que a través de la Secretaría de Estado de Cultura impulsa los ‘Intercolegiales Culturales: Puntanidad Creadora’ pretende que la comunidad pueda conocer, valorar y revalorizar el patrimonio cultural, material e inmaterial de San Luis, promover la identidad cultural a través del arte. Detrás de esos objetivos, que también se inspiran en aquellas expresiones del gobernador Alberto Rodríguez Saá: La puntanidad es el alma nuestra, es todo lo que nos diferencia, pero además es todo lo que nos une’, aparece el equipo de Intercolegiales”, describe con orgullo Lis Soledad Contreras.

Son 33 personas ensambladas que articulan con tremenda pasión este gigante que en solo los últimos 5 años superó las 11 mil producciones. En ellas participaban escuelas, docentes, estudiantes, familias, intendencias, instituciones de gestión cultural y comunidades.

El equipo de Intercolegiales Culturales está conformado por personal administrativo, logístico, artístico, técnico y de maestranza; liderados por la secretaria de Estado Silvia Rapisarda y Lis Contreras. Durante las etapas de participación y premiación realizadas en el Centro Cultural Puente Blanco, se suman además los técnicos de la casa.

En la última edición presencial (sin pandemia) se presentaron 225 instituciones y sin embargo en las ediciones con pandemia se animaron 263. Las producciones que llegaban desde los hogares durante 2020 agradecieron el espacio que respondía a una necesidad de expresarse, de hecho, fueron más de 9000 los envíos y propuestas.

Con cada edición se permitieron replanteos, desde aquellas primeras disciplinas por separado desde las cuales se producían las manifestaciones artísticas, a la búsqueda enriquecedora que proponen desde la interdisciplinariedad.

En 2021, con el abanico consolidado de opciones: música, danza, literatura, artes visuales, teatro y audiovisuales se formalizó que la historia como eje transversal dejara de ser un planteo tácito que los acompañaba desde los comienzos y se la incorpora como disciplina.

Cada año ofrece una temática y una propuesta desde las cuales, tras la inscripción, los y las docentes empiezan a imaginar su proyecto luego de una intensa capacitación. Para acompañarlos, el equipo brinda herramientas y formación, y esa asesoría continúa a lo largo del año, hasta el momento en que culmina el proceso, y el arte y sus artistas se dedican a brillar, en ese, “su momento”. Que podrá ser, por ejemplo, una producción audiovisual o tal vez una obra de teatro donde participe la danza, la música, la pintura, la escritura individual o colectiva. Entre otros.

Registrar la historia y sus dinámicas

Si hay algo que caracteriza a Intercolegiales es realizar y resguardar registros como tesoro y como homenaje a todos los niños, niñas, jóvenes, docentes, y comunidad que ya han participado.

Es una enormidad de producciones a las que se puede acceder como una vidriera histórica y rebosante de Puntanidad hecha arte.

Hay libros de descarga gratuita como Comunidad de Escritores, o Luz, Relatos y Acción, que, además, dentro te ofrecen la dinámica de poder descargar con un QR otro enlace que te muestra una producción audiovisual o un video de la actuación, o bien un audio con la voz de un participante leyendo sus textos.

El Salto de la Moneda, una producción realizada por estudiantes y profes de la Escuela Juan Tulio Zavala, Ciudad de San Luis

Como producto y catarsis de la pandemia están las Historietas puntanas, Punta Memes, MixArte, hay podcast, también Videojuegos fue una de los últimos desafíos en los que los chicos y las chicas se engancharon antes que sus docentes.

Pamela Pardo cuenta que la iniciativa pretendía también que profes de materias especiales tuvieran más protagonismo: “a la profe de tecnología, de robótica, el profe de artística, buscamos capacitarlos para que ellos en realidad tuvieran una idea del videojuego, nosotros nos íbamos a encargar del proceso. Que ellos nos dieran una idea, nos dieran personajes, nos dieran una historia, los niveles, porque los chicos están constantemente estimulados por el videojuego, que ese era el miedo de los docentes, que los chicos sí sabían y ellos no”. Así aparecieron los personajes conviviendo en un videojuego, como Juanón Lucero, Rosenda Quiroga, Antonio Esteban Agüero, Juliana Becker, Mono Gatica. Laberintos, trivias, paisajes de San Luis, todo se fue conjugando.

Tenés herramientas para realizar Karaoke puntano e incluso los chicos fueron por más y ofrecieron reversiones de grandes hitos musicales. En el lanzamiento se puede ver a un emocionado y risueño Raúl “Sapo” Ávila, uno de los fundadores del Trébol Mercedino, que, primero en su casa y luego en el escenario, se prende a cantar leyendo desde la aplicación y bromeando con que su memoria está aún intacta para las letras.

Realmente ingresás como en una mamushka de arte que te lleva a más arte y en cierta forma no podés parar, porque ya sea en la página Web, en el canal de YouTube y desde sus redes se accede a las producciones año a año, tutoriales para todos los gustos como ofrece AcompañArte, es realmente un viaje por la identidad puntana. Escritores, paisajes, músicos, historiadores, flora, fauna, historias rescatadas desde la oralidad de los abuelos y bisabuelos, personalidades de San Luis, modismos, costumbres, relatos, mitos, leyendas, todo se mixtura con exquisita armonía y, seguramente sin saberlo, lo aportado con tanto compromiso desde estos “creadores” servirá para los que vendrán.

Retazos de puntanidad creadora

De interés verdadero

“Me impacta cómo esta política de gobierno es tomada como ejemplo por otras provincias y en festivales nacionales de audiovisuales, como por ejemplo La Pampa, Santa Fe y Neuquén, en Ferias de Libro, el reconocimiento Polo Godoy Rojo que otorgó la Universidad Nacional de San Luis por el rescate del patrimonio cultural, y las innumerables Declaraciones de Interés Cultural de Intercolegiales Culturales, como el Ministerio de Cultura de la Nación, órganos legislativos provinciales y municipales”, detalla Lis Soledad Contreras.

La iniciativa cultural ha sido multipremiada y reconocida por todo lo enumerado, pero sobre todo porque el “interés cultural” ha logrado con estos acompañantes del arraigo ser más que un formalismo y es una realidad que recorre los parajes, los pueblos, las ciudades de San Luis y es recibida con ropa de gala, porque cuando el día llega y se pisa un escenario, ese día el homenaje es mutuo y de eso se trata también la Puntanidad.

En la charla con los referentes se hace presente la pasión que brilla en sus ojos, la emoción que los atraviesa con alguna anécdota, la superposición y contraposición de opiniones, y es por eso que aclaran: así somos, cada día, debatimos, sumamos ideas, aportamos, discutimos, pero siempre vamos para adelante.

La pandemia nos arrasó a todos y nos cuentan cómo debieron reinventarse. Estaban acostumbrados a ir pueblo por pueblo, escuela por escuela acercando capacitaciones, trasladando participantes en cientos de colectivos, asistiendo a las presentaciones que a veces superaban las 30 puestas en escena en un día, en las que todo un equipo de profesionales con alta calidad les proveía a “estos nuevos artistas”, sus luces, sonidos, efectos, mobiliario, etc., etc., para que ellos sólo estuvieran preocupados por brillar y disfrutar. Si bien hay medallas, premios, menciones y reconocimientos, el hincapié está puesto en presentar un proyecto, involucrarse y culminarlo, y en entender profundamente que hacer arte con lo nuestro es el verdadero premio.

Mara Baldioli, aun siendo parte del equipo de los más nuevos no deja de asombrarse y admirar el profesionalismo que se pone a disposición: “el primer año que yo estaba tras el escenario trabajando, y veía toda la gente de técnica trabajando, conectando cables, luces, sonidos, y yo decía Dios mío. Tenés un escenario profesional, con un equipo de profesionales, no es la seño que está con un tachito, o la otra seño con una compu que más o menos se da maña, son profesionales, un soporte de ayuda, de asesoramiento. Transmitido en Streaming, con camarógrafos, o sea hay un nivel de profesionalismo al servicio de la puntanidad creadora que es destacable, uno no magnifica esto desde afuera, quizás, yo al menos no lo hacía, uno se sienta y ve, no desmenuza el detrás”.

Mirarse y volver a mirar

De pronto, todos debimos “quedarnos en casa”. Llegó la angustia, la incertidumbre y entonces el equipo ofreció a los docentes y a las escuelas herramientas para reanimar las ganas y resistir con arte. Describen que la primera charla virtual tenía 1000 docentes conectados que querían contar lo que les estaba pasando, que pedían ayuda, fue una catarata de catarsis por lo que Intercolegiales recalcaba: ACÁ ESTAMOS PARA USTEDES.

Esa catarsis luego tomó forma de libros, videos, videojuegos, canciones, escritos, danzas, ficciones y humor. La apertura gradual hacia lo presencial llegó con sus protocolos, pero eran tantas las ganas de verse cerquita que todos se adaptaron. Crearon un lazo que atravesaba los pueblos y ciudades compartiendo arte, Puntanidad y experiencias colectivas de creación.

Adriana Durigutti describe cómo todo el proceso de estos años de Intercolegiales fue derrumbando otras resistencias, eso de hablar de arraigo, de vencer colonizaciones, de encontrar el sentido de Puntanidad y pertenencia: me acuerdo que al poco tiempo que entré entendí porqué el puntano hablaba en voz baja, aspirando el final de las palabras, cortito, hablaba poco, porque culturalmente, históricamente, nuestros predecesores, nuestros habitantes prehistóricos, nuestro lenguaje original, es así y fue tan bonito, esto no ha sido solo una experiencia hacia afuera sino que también fue personal y hacia dentro de cada uno”.

Y creo que también todos estos años revalorizamos el trabajo del docente porque les dimos a entender que la importancia de dar un cierre los hacía responsables de que un niño después fuera un gran actor, un gran cantante, porque ellos lo subieron al escenario, no sé si por primera vez, pero si lo pusieron en un escenario y le dieron la posibilidad… Así sucedió conmigo y hoy me gano la vida haciendo lo que amo. Todo lo que sucede en este proceso importa: uno baja del escenario con el corazón afuera y las dos palabras que te digan apenas bajás, son fundamentales. Y a veces el que te recibe no lo tiene en cuenta, pero bajás así, como en un limbo, y que esté tu mamá, tu familia mirando es algo muy sentido”, afirma Marcelo Gatica.

Marcelo Palacio destaca lo significativo que fue invitar a participar a las instituciones de Gestión Cultural y también que hace 8 años se descubren artistas y surgen talentos a través de Intercolegiales, “hay gran cantidad de instituciones de gestión cultural, son los generadores de artistas en San Luis, en dónde a la siesta hay una profesora de piano enseñándole a un niño, la docencia privada por ahí no está muy valorada porque si el chico anda mal en inglés o no tiene tiempo en fútbol, no va entonces. Hemos logrado darnos nuestro lugar ahora las instituciones se están llenando. La danza en San Luis mueve muchas personas y hemos ido a festivales donde hay 3000 inscriptos y en música también hay un montón de institutos nuevos y viejos que funcionan y que hacen un trabajo silencioso”.

Me resulta interesante esto que también es esencia de Intercolegiales, esto de apropiarse, pero para transformar. No quedarse con lo que ya está impuesto sino bueno, qué puedo aportar de nuevo, porque también trata de eso, uno puede quedarse con lo que ya sabe, con lo que ya se hizo, pero quizás la propuesta es generar algo a partir de lo que uno ya sabe”, aporta Luciano Vera.

Mara Baldioli se emociona con esas producciones que rescatan a las personalidades de los pueblos. “Rescatan a ese músico luthier que no es reconocido ni famoso, pero en el pueblo sí, y lo comparten con todos nosotros, o a esa maestra que lucha tanto por tener una escuelita y lo logra, esas grandes personas en pequeños pueblos que hacen los cambios, me parece genial tener esta información sumamente relevante para San Luis, que hace nuestra historia, emociona la historia escrita desde los parajes, lo genial es que Intercolegiales llega a toda la provincia a todos los rincones, a cada docente y vuelven estas cosas”.

Para la retina y el corazón

Es indiscutible la trayectoria de Durigutti sobre “las tablas, sin embargo, cada año la emoción al ver lo que los niños, las niñas y los adolescentes logran en el escenario sacude sus sentimientos más bonitos, sólo para ilustrar con uno, cuenta: “lo del Mono Gatica (dice ya entre lágrimas), Jardín de infantes, teatro El Molino, esos niños chiquititos medían en centímetros, todo el teatro producido, se apagan las luces se prende la pantalla, música muy arriba, muy modernosa, pegajosa y entra un niñito con un cajoncito de lustrar zapatos, y viene otro niñito vestido de traje, muy chiquitito para traje, y pone la patita y cuentan la historia del Mono Gatica en cuatro escenas, el abrazo de Perón, con las nenitas vestidas de Charleston, en la pantalla gigante viene un colectivo y el niñito que hacía del Mono Gatica, que estaba con su shorcito negro y con sus guantes, cae en el escenario. Yo empecé a llorar, y no paré de llorar, no podía creer que criaturas de 4 años nos estaban regalando todo aquello. De esas cosas así, tenemos un montón, pero ese ejemplo de concentración, de compromiso actoral, ¡cuatro años!, pero no era solo él, eran todos, cada uno en su rol.

Cuando termina la obra como yo no paraba de llorar, tuve que salir por la puerta que da a las vías, porque lloraba con ruido, era ese llanto, porque yo no lo hubiese hecho a los 4 años, y eso que era una artista formada, con experiencia, que había representado a la provincia en festivales provinciales, nacionales, internacionales y esa criatura que empezaba a los 4 años… Y me pegaba en el pecho, entonces para mí era un milagro. Porque era un actor, sin nada, era un niño. No queriendo ser actor, era un niño en jardín que lo subieron, y le dijeron: ‘hace esto y nada más’ y él hizo más que eso. Y la maestra, no dejándolos entrar a los padres a los ensayos, era todo tan importante y significativo. Recuerdo que apareció un niño de 10 u 11 años y nos dijo: ‘yo soy el hermano del Mono’ (risas), pero hasta eso era mágico, no era que solo a mí me había impresionado, era ver el orgullo que él sentía por su hermano…”

Estos recorridos también han permitido cumplir sueños que descienden de los escenarios. Cuenta Marcelo Palacio sobre esa trompeta que le arreglaron a un chico que soñaba con tener su instrumento, fue la suma de las ganas y las manos: “estaba el profe Sisto, de infanto juvenil, tenía una trompeta que hicimos arreglar y se la llevamos el chico creí que se iba a infartar, la alegría que tenía la familia, la alegría del pueblo, fue una locura, yo estaba súper emocionado porque no nos costó nada hacerlo, fue solamente gestionar, y ver una cuestión de la voluntad, del hacer y acercarse, y el chico ahora es un gran músico, esas cosas te recontramil movilizan de todos lados”.

Marcelo Gatica recuerda junto a sus compañeros una obra que se presentó en Naschel, hablaba sobre el desarraigo y ese éxodo forzoso que a veces sucede en los pueblos buscando oportunidades, se llamaba “Es mejor quedarse”, inspirada en un poema de Agüero: Epílogo a la golondrina. Cuenta la historia de dos hermanos que se separan, uno se va a la ciudad y el otro se queda en el pueblo. “Lloré desde que empezó, lo que nos emociona no pasaba por la calidad, en la danza que ejecutan, ni en la forma de actuar, pero sí en la pasión que sienten ellos arriba del escenario cuando uno le habla al otro, y el otro se emociona, y él se da cuenta de que nunca se había emocionado, entonces está emocionado porque está en el escenario, y nos conmueve, y estaban hablando, había un diálogo de dos personas, y todo el resto atrás de ellos, todos lloraban, entonces todo el público lloraba. El chico va acomodando su garganta para poder recitar el poema, y tragaba saliva para recomponerse y yo más me emocionaba”.

“Es mejor quedarse” obra presentada por una escuela de Naschel, San Luis, inspirada en un poema de Agüero: Epílogo a la golondrina

A Pamela Pardo le emociona lo que Intercolegiales le genera a los niños y niñas en sus recuerdos a largo plazo. “Hacíamos viajes para ayudar a un niño a que te conozca el teatro Colón y él lo veía como un castillo, la emoción y el abrazo que vienen y te dan, esos niños se van acordar de este grupo, es decir estaremos en esa memoria, en la formación y memoria emotiva de una persona, es muy fuerte para mí como persona”.

Nuevamente, ¡Bienvenidos a Intercolegiales Culturales! Viajemos por el pasado, por el presente y para el futuro, porque conocer es conocernos.

(*) Si desean hacer sus propios recorridos: