Expresiones de la Aldea, Tertulias de la Aldea

La Tenida

Por José Villegas

El historiador masón Martín V. Lazcano, en su obra sobre las “Sociedades Secretas de Buenos Aires”, nos relata que en una Tenida blanca del 21 de julio de 1860, posterior a la batalla de Cepeda, una logia del recientemente instalado Gran Oriente de la Masonería Argentina otorgó la distinción del grado treinta y tres de la Orden -de modo honorario- a Mitre, Urquiza, Derqui, Sarmiento y Gelly y Obes (ministro de guerra de Buenos Aires). Esa Tenida fue denominada de Unidad Nacional, dado que su propósito era superar la división territorial argentina. Obviamente, tal reunificación se haría sobre la base de la aceptación por el resto del país de la supremacía de Buenos Aires. O sea: que no habría más lucha entre ambos bandos, dado que uno de los contendientes quedaba impuesto. Decisión que Urquiza habría aceptado eventualmente. Luego, el resultado de Pavón quedaría allí asentado.

Por si acaso, para ejecutar aquella decisión masónica, un oscuro personaje apellidado Yateman, de nacionalidad estadounidense, a mediados de setiembre de 1861, se situó en las proximidades del arroyo de Pavón, en “función mediadora”, yendo y viniendo de un campo al otro, en los días previos al combate.

Esto es, que la mediación de las Logias fue la determinante de la suerte de Pavón y de la Argentina en adelante. Por si quedaran dudas, el historiador oficioso de la Masonería Argentina, Alcibíades Lappas, al tratar de Urquiza, confirma los datos sobre la Tenida de 21 de julio de 1860, diciéndonos que “el general Urquiza supo dar la victoria a las armas de la Confederación en los campos de Pavón. Pero no obstante eso, el general victorioso, en magnífico gesto de autosacrificio y renunciamiento, se retiró a Entre Ríos dejando el campo de batalla a las fuerzas opuestas comandadas por Mitre, convencido de que esa era la única manera de terminar con las disidencias y obtener la meta ideal de la pacificación definitiva”.

Lo que a esta altura nos volvemos a preguntar es ¿Gesto de “autosacrificio” y “renunciamiento”? ¿Por qué no pudo la decisión de aquella tenida ser al revés? ¿Por qué Urquiza debió ser el “ganador perdedor” y no Mitre? ¿Por qué el extraordinario triunfo en la batalla fruto del sacrificio de Juan Saá, López Jordán, el “Chacho” y tantos otros fue en vano? ¿Por qué Urquiza luego de aquella retirada infame se atrincheró en Entre Ríos desoyendo permanentemente los pedidos de los caudillos federales que clamaban su arbitrio para frenar los crímenes de los “pacificadores” coroneles de Mitre? ¿Por qué don Injusto José jamás respondió a las innumerables cartas de los Colorados que le rogaban tomar las riendas del federalismo? ¿Por qué guardó absoluto silencio frente a las proclamas de los intelectuales federales como José Hernández, Olegario V. Andrade, Carlos Guido y Spano y tantísimos otros? ¿Por qué “el perdedor” de Pavón prefirió hacer fortunas vendiendo caballadas y hacienda a los brasileros mientras el pueblo paraguayo se hundía en un horrendo martirologio?

¡Por supuesto que tenemos ya hace tiempo las respuestas!

Juan Andrés Gelly y Obes (1815 – 1904) fue un militar argentino que alcanzó el grado de general y se desempeñó como convencional constituyente en 1860 y jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino durante la Guerra de la Triple Alianza.
Fue hombre leal y de confianza de Bartolomé Mitre.