Expresiones de la Aldea

TRES PASOS

Karen Fogelström (*)

Un puñetazo. Y otro. Y otro más.

Sin queja, tres pasos detrás, sigue el masculino ritmo rubricado en hematomas. Los niños colgados de la falda, remolino de moscas, hambre y llanto, retrasándola y consumiéndola.

Incapaz de mantenerse adosada a su sombra, se erige responsable de toda miseria. Es libre de elegir: con él o en esa zanja inmunda por el resto de su vida. Total, del otro lado hallará vientres ávidos con quienes engendrar más hijos.

Vadean praderas aradas de minas y sembradas de metralla en nombre de una paz pregonada por tiranos.

Las tiendas de campaña y el hacinamiento de ese oasis quimérico donde no son bienvenidos, huelen a medicina y arroz aguado con regusto a esperanza.

Materializado el alambrado en el horizonte, el hombre bifurca destinos inventando camino donde no queda senda. La femenina voz anulada no contradice el rumbo.

Apenas si estira las manos, reteniendo la marejada de criaturas que por pura inercia escoltan la catástrofe.

Un montículo. Y otro. Y otro más.

Rezagada perpetua, lo contempla volar por el aire, muñeco desarticulado desafiando el viento. La onda expansiva los arroja al suelo, piezas de dominó sin dueño desperdigadas en tierra de nadie.

Se incorpora. Sacude polvo, moscas y desconcierto.

Esquiva el cráter sin soltar una sola lágrima y enfila en la única dirección posible: adelante, siempre adelante.

 (*) Este texto de la autora de CABA, Buenos Aires. Argentina fue premiado con un segundo premio, y conforma parte del libro: Antología Prosa Poética Homenaje a Raquel Weinstock. Su versión digital está disponible en:

“Madre e hijo”, por Pablo Picasso. 1902