Reportajes

Diego Nelson García, 26-06-2022

Mi nombre es Diego Nelson García, nací el 17 de septiembre de 1980 en el viejo Hospital de Quines. Mi padre es Ramón Lindauro García y mi madre Juana Diosa Contrera, tengo dos hermanas: Silvana y Betiana. Mi padre era herrero y trabajó en varias empresas en diferentes lugares del país, por ejemplo mis hermanas nacieron en Córdoba y en 1978 se instaló en Quines.

Mi infancia fue muy linda, una familia humilde pero de muchos valores, mi madre de carácter fuerte, con su mirada nos llevaba por los caminos correctos de la vida. Fui primero a la escuela N°50, después al Colegio San José donde egresé. Me gustaba mucho el fútbol, junto a la bolita y la gomera eran mis juguetes. En el taller ayudaba a mi padre mientras hacia sus trabajos, me daba cosas para hacer y me distraía de esa forma, disfruté mucho la infancia junto a él. La que ponía los límites era mi madre, me dejaba jugar pero me sentaba junto a ella a estudiar, me enseñó el esfuerzo, la constancia y el respeto, siempre decía que con humildad se llega a todos lados. Mi madre fue una gran defensora de la mujer, recuerdo cuando me puse de novio con una vecina, nos sentó a los dos y nos dijo: “sobre todo el respeto”; me miró a los ojos y me dijo: “a una mujer se la respeta siempre”. Pequeños detalles que me marcaron y que nunca olvido.

El colegio me dio los valores católicos, la misa permanente, y me permitió cultivar una gran amistad con el padre Juan Ogrin, amigo de mi familia y sobre todo Rector del colegio. Era una figura muy admirable, una amistad que siempre atesoro. Jugué en mi juventud al fútbol en Villa Dolores, en el Club Comercio, llegando a las categorías altas. Fui a probarme a Huracán y a Ferro en Buenos Aires, quedé seleccionado y hasta me ofrecieron estadía, pero mi familia no estaba en condiciones económicas, fue un sueño que no pude cumplir. Mi padre quería que estudiara el profesorado de Educación Física y mi madre Contador.

Mi padre tenía un salón de venta de aberturas y mi madre en un sector pequeño del salón un kiosco. Me fui a estudiar a Río Cuarto las dos carreras, finalmente seguí solo Educación Física, como el transporte era costoso viajaba los fines de semana con los proveedores del negocio de mis padres.

Mi madre fue ganando el espacio en el local hasta que se transformó en una despensa grande en el pueblo. Mientras estudiaba trabajaba en una verdulería y luego en un gimnasio para poder mantenerme en Rio Cuarto. Me recibí en 2004 como profesor de Educación Física y también de Personal Trainer e instructor en Musculación, hice también la Tecnicatura en Pilates. Llegó el momento de volver a mi pueblo porque me tiraba mucho. Mi madre empezó con su enfermedad de cáncer entonces me hice cargo del autoservicio, estaba la posibilidad de cerrar el negocio, ya que a mi madre la tuvieron que trasladar a Córdoba.

Mi padre me dijo que armara mi gimnasio, me fui hasta Villa Dolores para ver una arquitecta y proyectar un gimnasio, al regreso en el viaje me arrepentí y volví al estudio para decirle que quería hacer un supermercado, a la arquitecta le pareció una locura. Así fue que nació el supermercado más grande de la zona, que fue inaugurado en 2007 y que anduvo muy bien en los años siguientes.

En 2014 tuve la posibilidad de cumplir el sueño de ir al mundial junto a dos amigos, mi madre venía luchando contra la enfermedad hacía diez años, yo siempre me quedaba trabajando cuando mis padres se iban de vacaciones. Recuerdo mi abrazo con ella alentándome a viajar, diciéndome que solo era una semana, que me fuera tranquilo a cumplir mi sueño, después de tantos años sin vacaciones. A los tres días me avisó mi hermana que mi madre había decaído en su estado de salud, desesperado volví ese mismo día, hice dos mil kilómetros hasta Camboriú, descansando dos horas y después dos mil cuatrocientos kilómetros más hasta Quines. Mi madre falleció esa misma noche, yo llegué a las cinco de mañana y pude darle el último adiós antes de sepultarla. Su fallecimiento nos marcó, mi padre estaba cansado, mis hermanas con sus propios trabajos, así que alquilé el supermercado, uno de los comercios más emblemáticos de la región. Esa tarea me permitió desarrollar un trabajo social con los vecinos y todas las instituciones de la zona, tal vez como pocos la realizan.

Ingresé al mundo de la política, gracias a ese trabajo que siempre hice, desde 2013 a 2017 fui concejal, entablando una gran amistad con el Senador Hugo Alcaráz (una gran persona con quien trabajé mucho), mientras desde 2014 ya tenía mi gimnasio con cuatro profesores trabajando, además de mi tarea docente en la Escuela N°50 Eulalio Astudillo, donde estoy con licencia. Al fallecimiento de Hugo me tocó asumir como suplente en la Cámara de Senadores de la Provincia, donde el gobernador me convocó para ser parte del proyecto y volvimos a ganar las elecciones, permitiéndome la reelección del cargo. Trabajo y me capacito a diario, manteniendo los valores y la simpleza. Sueño con formar mi familia, no tengo hijos pero estoy cerca de todos los niños del departamento, me encanta tomar mates con los abuelos, siento que estoy viviendo un gran aprendizaje y agradezco por eso.