Expresiones de la Aldea, La Aldea y el Mundo

Placebo

Diego Pedro Zanarini

La culpa la tienen las estructuras de poder sexuadas y sus pestilencias ecológicas, dice Juan Intelectual, cómodamente ebrio, desde su balcón con vista al mar. Los intelectualoides periféricos siguen comprando placebos en el mercado de la grandeza del lenguaje.

Juan Intelectual sonríe y el saldo de su cuenta corriente crece. Al portero del

edificio de Juan Intelectual ya le dieron el resultado: positivo. Acá tenés tus abstracciones.

El cerco se hace cada vez más pequeño y Juan Intelectual tiene miedo, aunque todavía no piensa en suicidarse, como lo hicieran tiempo atrás sus esqueletos admirados.

Marielita es dueña de dos supermercados. Se cree accionista de la Bolsa de

Comercio Interplanetaria. A su mucama nunca le pagó por los días de cuarentena. A sus empleados les descuenta las gotas de alcohol. Es una manipulación de los chinos comunistas, dice Marielita, mientras habla por teléfono con Lali, su mejor amiga de las clases de yoga tántrico. Ya llega la noticia que Marielita no puede masticar. A Lali le dio positivo. Y la internaron. Y la intubaron. Y ahí está, en coma galáctico, imaginando que una catarata de periodistas bronceados y sonrientes, del noticiero central de la gente, atropellan negros con sus camionetas gigantes. Delira por la fiebre, un placebo piadoso.

El Ministro Importante sabe la verdad, pero, de sólo pensarla, tiembla. Si llego a decirla, las gargantas de los dueños van a empezar a caer y la mía entre ellas. Malditos dinosaurios, si no se hubiesen extinguido pensaríamos que esta mala película de historietas es una fantasía. La esperanza es un placebo que sirve. Esos nos enseñaron los oscuros medievalistas y sus lecciones. Todo pasa, eso hay que decirles, que sigan produciendo sudor, la calesita no puede detenerse.

Piadosos. Desean el bien comunitario. No lo tendrán. El individualismo triunfará. Los dinosaurios lo sabían y acá estamos, esperando un nuevo placebo, una nueva lección de amor a distancia, un tren ordenado de palabras ardientes, huecas y sin sentido, como las que dice Juan Intelectual y los pastores del cacique rubio.

“Efecto Placebo”, pintura de Brett Polonski.

(*) Este texto del autor de Rosario, Santa Fe, obtuvo el primer premio, y conforma parte del libro: Antología Prosa Poética Homenaje a Raquel Weinstock. Su versión digital está disponible en: