INSTRUCCIONES PARA DESNUBLARSE
Patricia Nasello (*)
Reconocé que la guerra, uno de esos jinetes terribles del fin, jamás te llamó por tu nombre: sos vos quien se aferra a su mano. Y aceptá que, a esa piedra de bordes filosos, esa que te aplasta y parte y reparte tus pedazos donde nadie los espera ni recibe, sos vos quien la retiene.
Resignate a la muerte de los muertos: dejá de consultar con ellos cada uno de tus pasos. Y procurá no anochecer con tus propios pensamientos alunados.
Desaparecé ese código de barras que te ensordece los ojos; y que se avergüence la vergüenza, si fuera el caso. Los buitres que observás no vuelan en círculos alrededor de tu cabeza, sino de tu desazón: no tengas miedo.
Permití que te descubra el sol y, como un niño que lucha por nacer, escalá su incendio y date a luz.
(*) Este texto de la autora de Córdoba, Argentina, obtuvo mención destacada, y conforma
parte del libro: Antología Prosa Poética Homenaje a Raquel Weinstock.
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