Expresiones de la Aldea, San Luis

ZAFIRO PERDIGUERO

Juan Francisco Ruggiero (*)

(…) Como que me llamo Zafiro y dormito largas, larguísimas temporadas. Mi vida es tan, ¡tan extraña!

Soy una mascota paciente, hasta que el amo me revoca la suspensión, me baja de la percha y me arroja en un surco accidentado por donde… ¡Arranco en carrera!

Me encanta estar corriendo, sentir cómo los baches y montículos del sendero vienen a mí en secuencias graciosas, repetidas varias veces, durante pocos minutos, deparándome caídas de vértigo, embestidas que me lanzan al aire.

Como puedo correr a mis anchas… ¡Me excita la libertad y la alegría me embarga mientras voy por la trocha!

Si sufro un accidente, ¡cómo los detesto!, me eternizo cayendo en un pozo, scratch, o chocando contra un montículo, scratch, hasta que fastidie a alguien, scratch, para que me auxilie y pueda, scratch, reiniciar el galope.

Al final de la senda me deslizo con suavidad, sin saltos o caídas, como por un tremedal, hasta dar con otra travesía que me sorprende con sus altibajos armoniosos.

¡Cuánto disfruto de esta variedad! De pronto… ¡Me izan con fuerza! Me dejan en suspensión. Un pequeño descanso o un larguísimo tiempo; pero si tengo suerte, me sueltan a prolongadas correrías, por terrenos remotos, con rastros distintos, que piso con verdadera pasión, aprovechando la oportunidad, ¡tacón al piso!, pues cualquier día, ¡el amo se harta y me olvida!

En una percha, junto al gramófono, en estado de inconsciencia, sin poder huir… Hasta que un estremecimiento…Como una descarga eléctrica… Reviente mi sueño y piense así…, como que me llamo Zafiro y dormito largas, larguísimas temporadas. Mi vida es tan, ¡tan extraña!

“Perro corriendo”, por Peter Arik.

(*) Este texto del autor de Bogotá, Colombia, obtuvo mención destacada, y conforma parte del libro: Antología Prosa Poética Homenaje a Raquel Weinstock. 

Su versión digital está disponible en: