Reportajes

Agustín Ramírez Piguillem-25-09-2022

Mi nombre es Agustín Ramírez Piguillem, nací el 8 de marzo de 1988 en San Luis. Mi familia está compuesta por mi papá, Tito, mi mamá, Nancy, mi hermana Juliana, mi hermano Patricio, mi hija Olivia, mi sobrino Simón y mi novia Clarisa.

Desde los diez años aproximadamente comencé con la música, con un pequeño piano, y también tuve una infancia muy ligada a los deportes, hice karate y básquet hasta los doce años.

A los seis años mis padres me mandaron a karate y después comenzó a gustarme también el básquet, luego corrí un tiempo en mountain bike, en general, siempre he seguido haciendo deportes, claro que no profesionalmente pero sí por el hecho de practicar una actividad deportiva, más que nada como una forma de vida, con la idea de limpiar un poco las toxinas del cuerpo, no por el lado de la competición.

Recuerdo una visita que hice a unos amigos en Córdoba, descubrí que tenían una guitarra y me llamó mucho la atención, creo que fue la primera vez que agarré un instrumento con tanta curiosidad, no sabía nada, ni cómo usarla, además soy zurdo, no sabía para qué servía cada parte, ni cómo afinarla, pero comencé a sacarle un sonido. En ese momento no había YouTube u otro medio para investigar más sobre cómo tocar un instrumento, así que fui un poco autodidacta al principio, después al ver que estaba mucho tiempo con la guitarra me ofrecieron prestármela con la condición de que fuera a aprender con un profesor.

Me la traje a San Luis y la tuve bastantes meses, fui a tomar clases con un profesor que enseñaba en la Galareria Sananes, con Jorge Bazani, que falleció hace unos años.

Allí salieron mis primeros acordes, que por entonces tenían más que ver con la práctica de lo folclórico, después de un año dejé de ir, comencé a sacar los temas por mi cuenta, a través de cancioneros, escuchando un poco más de rock: La Renga, Los Piojos, y todas las bandas que estaban en los noventa y 2000. Al poco tiempo ya quise tener una banda, la primera se llamó “Fulanos del Rock”, era una banda de amigos que duró un tiempo, hacíamos covers de rock nacional y teníamos una canción propia que yo había hecho. Nos fuimos por otro lado y cambiamos de banda, se llamó “La usina vieja”, que hacíamos una onda más reggae.

En el año 2007 nos dedicamos más específicamente a ese ritmo, con la banda que se llamó “Sr. Miyagi”, donde me metí un poco más de lleno en la composición, a escribir más, no solamente a aportar desde la guitarra.

Estuvimos tocando en varios concursos, salimos segundos entre cuatrocientas bandas, un concurso que realizó “La casa de la música”, en Villa Mercedes. Después vino “La Yugular” y “Nafta de avión”, que fueron proyectos paralelos; nafta con todas las canciones que yo venía componiendo y grabando, terminamos volcándolas allí, además comencé a cantar, que fue un desafío y lo es hasta hoy. Lo seguimos haciendo porque al componer nuestras canciones, las cantamos como nos salen, pero con un gusto más personal digamos.

Después de la pandemia sacamos nuestro primer disco que se llamó “Se enciende”, que está en las redes sociales, nunca seguimos tocando pero tampoco nos separamos oficialmente, quedó como ahí latente. Con “La Yugular”, que es una banda tributo a “Patricio Rey y sus redonditos de ricota”, hemos recorrido casi toda la provincia, también en Río Cuarto, Ciudad de Córdoba, San Juan, Mendoza, La Rioja, y la zona. La idea es viajar a también a Buenos Aires en algún momento, llegar a ese mercado tan grande.

No tenemos temas grabados porque es un tributo que hacemos con mucho respeto y ese material ya está grabado, preferimos representar todo ese legado solamente en vivo. Hemos tocado con ex integrantes de los redondos como Walter Sidotti que es el baterista, el Gabriel “conejo” Jolivet que era el guitarrista, y también tuvimos cercanía con el guitarrista del indio Solari que ha venido a tocar algunas veces a San Luis y hemos compartido escenarios, comidas, charlas, fueron muy buenas experiencias compartidas con ellos. Junto a mi hermano, por la pandemia y para poder pasarla, armamos “Le Ramírez”, grabando un poco más relajados y desde la casa, no hubo ningún vivo, salvo un par de streaming que hicimos para la Municipalidad en “Hacé correr la voz”, así se llamó el evento.

Después, cuando todo comenzó a abrirse un poco más,  nos empezamos a juntar para ensayar, decidimos ponerle “Blend”, donde estamos a punto de sacar dos canciones nuevas en un EP, planificamos hacer lo que nos falta del disco en esta segunda mitad del año.

Es la idea y un objetivo a corto plazo, siempre con el sueño de recorrer otros lugares, conocer y poder vivir un poco de esto que es la música, las actuaciones, es una buena opción y de hacer conocer nuestra música por todos los lugares donde nos sea posible.