Expresiones de la Aldea, Tertulias de la Aldea

LOS LEONES CALVOS

Por José Villegas

A Vasco Núñez de Balboa (el descubridor del istmo de Panamá) le gustaba divertirse dando de comer indios vivos a sus mastines. Sabemos también que la gripe y las venéreas fueron traídas desde Europa; las bulas papales que determinaban si los indios y negros tenían alma o no, el Requerimiento, y mucho más.

Sin embargo, quizá lo más absurdo que podemos describir son los “tratados filosóficos y científicos” que las personalidades descollantes de Europa escribían sobre América. Así, el “sabio” Buffon decía: “… el salvaje es dócil y pequeño por los órganos de la generación; no tiene pelo ni barba, y ningún ardor para con su hembra…  quitadle el hambre y la sed y habréis destruido al mismo tiempo el principio activo de todos sus movimientos; se quedará estúpidamente descansando en sus piernas o echado durante días enteros”.

Resulta imperdible el pensamiento del abad dominico De Paw (quien además consideraba mediocres a los Egipcios y Chinos), cuando nos cuenta que “… En el clima americano muchos animales pierden la cola, los perros no ladran, la carne de vaca es incomible y, sobre todo el camello se vuelve impotente…”, y remata con lo siguiente: “… lo mismo ocurre con los indios, que son impúberes, muestra de su degeneración, como ocurre con los eunucos”. Y cuando analiza a los Amautas (sabios incas), sostiene que “… había casuchas donde ciertos ignorantes titulados que no sabían leer ni escribir, enseñaban filosofía a otros ignorantes que no sabían hablar”.

Ahora Voltaire, sí, el mismo, que nos dice: “…en América hay pocos habitantes en virtud de los pantanos que hacen malsano el aire y porque sus naturales son perezosos y estúpidos. …en América no se ha encontrado un solo pueblo dotado de barba”.  Y, cuando incursiona en la zoología, nos ilustra contándonos que  “… en México los puercos tienen el ombligo en el espinazo y los leones son enclenques, cobardes y pelados”.

Cuando el Capitán Francisco de Villagrán llegó a las faldas de los Comechingones, para aplastar a los que allí vivían, ¿habrá pensado lo mismo?