Expresiones de la Aldea, La Aldea y el Mundo

Pablo Milanés, una existencia singular

El cantautor cubano falleció a los 79 años en España. Desde todas partes del mundo lo homenajean a través de su música y su legado

La Opinión/Agencias

Pablo Milanés, el cantautor cubano, fundador y artífice del sonido de la Nueva Trova junto a Silvio Rodríguez y otros músicos de su generación, murió el 22 de noviembre en Madrid a los 79 años. Había sido hospitalizado el 12 de noviembre por “los efectos de una serie de infecciones recurrentes” que en los últimos tres meses afectaban su estado de salud, según informó entonces su oficina artística. Hacía muchos años que su salud presentaba cierta fragilidad.

Según el Ministerio de Cultura de Cuba, el trovador, nacido en Bayamo, en 1943, estudió música en el Conservatorio Municipal de La Habana, y grabó, en 1965, su primer disco, titulado Mis 22 años, considerado el puente entre el Feeling y la Nueva Trova.

Empezó de muy pequeño a cantar en su pueblo en Bayamo. Su madre lo llevaba a los concursos de la radio y de la televisión y siempre ganaba. Entonces mudó a toda su familia para La Habana, para que inicie allí su carrera de cantante. Su primer disco se lo dedicó a ella. Puso: “A mi madre, que me obligaba a cantar”. “Fue una especie de agradecimiento pero también de reproche, porque perdí la niñez por mi dedicación a la música”, confesaba el trovador.

Una de sus últimas actuaciones en directo fue en junio pasado en La Habana, en un concierto trasladado a última hora a las amplias instalaciones de la Ciudad Deportiva, tras protestas de muchos cubanos que se habían quedado sin las inicialmente escasas entradas ofrecidas para un escenario menor.

 #PabloesCuba, escriben coincidiendo desde muchas aldeas virtuales. Y para los músicos como él no hay mejor homenaje que celebrarlos con canciones y nostalgias. #CantemosaPablo convocan algunos en La Habana y fuera de ella.

Cada quien lo evoca con alguna canción de sus “más de 40 discos en solitario, atravesados por los temas del amor, la vejez, la patria, la lucha, la desesperanza, la felicidad, y las muchas formas de la agonía propias de un Unamuno”, ha escrito el historiador cubano Julio César Guanche.

Si bien el gobierno cubano se mantuvo distante ante la noticia, emitiendo comunicados y salutaciones formales, la historia de Milanés con Cuba, trasciende generaciones, convicciones y diferencias en los sueños de revolución.

Un twit expresaba: “Ha muerto Pablo, leemos al despertar este martes en Rusia, y el dolor llega con la noticia. Desaparece físicamente uno de nuestros más grandes músicos”, así se expresó, en Twitter, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al conocer el fallecimiento del cantautor Pablo Milanés. El Jefe de Estado agregó: “Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación. Mis condolencias a su viuda e hijos, a Cuba”.

“Su deceso ocurre justo cuando celebramos el aniversario 50 de ese extraordinario hecho cultural que fue la Fundación del Movimiento de la Nueva Trova, del cual él es uno de los pilares fundamentales. Pablo fue un gran poeta, un gran cantor. Su obra musical es inmortal, sostiene el Ministerio de Cultura de Cuba, que, además, ofrece a sus familiares, amigos y admiradores de todo el mundo, nuestras más sinceras condolencias”, informa del periódico cubano Granma.

A su talento se le deben canciones como “Yo pisaré las calles nuevamente”, “Años”, “Comienzo y final de una verde mañana”, “Yo no te pido”, “La vida no vale nada”, “Yolanda”, “Amo esta isla”, “De qué callada manera”, “El breve espacio en que no estás”, “Proposiciones”, “Pobre del cantor”, “El tiempo, el Implacable, el que pasó”, “La soledad”, “Nostalgias”, “Días de gloria”, “Ay” y “Todos los ojos te miran”, por citar solo algunas.

En ellas el creador combinaba un discurso poético tan romántico como comprometido con ritmos y géneros de raigambre popular en su país, tales como el feeling y la propia trova, sin tampoco renegar del pulso jazzero y de formas propias de la canción popular norteamericana.

Apegado a un estilo de piezas cargadas de lirismo y melodía, Milanés renegaba del presente de la música popular en la región donde, como dijo a Télam en agosto de 2017, “es decepcionante un panorama en el que las trasnacionales inventan falsos ídolos. Estamos viviendo un ciclo donde al increíble poder de ciertos medios y empresas por imponer determinados paradigmas hay que dejarlo pasar hasta que el público descubra que allí no hay ningún bien cultural”.

Menos sutil, en febrero de este año señaló a la prensa española “que el reguetón no tiene antecedentes porque no es música, no tiene antecedentes porque no es ritmo, no tiene antecedentes porque mucho menos es texto, todo me parece que es muy decadente y por eso lo critico”.

En cambio, se ufanaba de sostener “una actitud personal y social desde la que nunca hice una concesión porque creo en el sentimiento del pueblo, en la sensibilidad y en la espiritualidad”.

Desencantos

“Me considero con derecho a amar la Revolución y a no amar a los hombres que la hicieron, aunque los respete mucho”, había afirmado en 1999. En el gobierno de Fidel Castro él había estado privado de libertad. “Entre 1965 y finales de 1967, más de 40.000 personas estuvimos en campos de concentración aislados en la provincia de Camagüey, con trabajos forzados desde las cinco de la madrugada hasta el anochecer sin ninguna justificación ni explicaciones, y mucho menos el perdón que estoy esperando que pida el Gobierno cubano”, reclamaba.

Previo a la pandemia, Milanés había expresado en medio de una gira: “Hace años que no hablo de política ni con mis amigos. Y es mejor, me hacía mal a la salud. Me interesa conversar de arte, de fútbol, de comidas. Me siento más tranquilo, incluso más divertido. La política está demasiado sucia”.

Pero ante hechos específicos que sucedían en Cuba decidió repudiar. Asumió una posición crítica tras las protestas de julio de 2021 en la isla, cuando cuestionó la represión y el hambre a los que veía sometido al pueblo cubano por el “fracasado” gobierno de la isla, y se mostró confiado en que los jóvenes serán el “motor” de cambio en su país.

“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”, se lamentó el trovador en su cuenta de Facebook. Sin nombrar directamente las manifestaciones, subrayó que desde hace mucho tiempo ha venido expresando “las injusticias y errores en la política y gobierno” de Cuba.

Yo pisaré las calles nuevamente. (Pablo Milanés)
(…)
Yo unido al que hizo mucho y poco
Al que quiere la patria liberada
Dispararé las primeras balas
Más temprano que tarde, sin reposo

Retornarán los libros, las canciones
Que quemaron las manos asesinas
Renacerá mi pueblo de su ruina
Y pagarán su culpa los traidores

Un niño jugará en una alameda
Y cantará con sus amigos nuevos
Y ese canto será el canto del suelo
A una vida segada en la moneda

Yo pisaré las calles nuevamente
De lo que fue Santiago ensangrentada
Y en una hermosa plaza liberada
Me detendré a llorar por los ausentes

Fragmento del poema “Pablo” con el que Silvio Rodríguez homenajeó a su compañero de trova, pese al distanciamiento de los últimos años, el respeto era mutuo.

Te conocí rasgando

el pecho de la muerte un día.

Tú no sabías nada

y eras tú quien la llevaba

de la mano.

Y así tú seguirás,

sin reparar en tu ventaja:

que eres tú quien la lleva,

quien la doma y la amortaja,

caminando.

Eres un espacio que se vuelve

sin espina y que se pierde

en la alegría de volverse.

Pero ya tu voz se está quedando,

ya tu mano está grabando

todo un nombre con sus dientes.

(…)