Expresiones de la Aldea, San Luis, Tertulias de la Aldea

Historia del Molino Fénix

Por Sebastián Reynoso

Hay un icono que ya lleva 100 años de identidad propia y que ha marcado una profunda historia en nuestra ciudad, es mencionado en una de las cuecas con más trascendencia en la historia musical de Villa Mercedes, así como en otras, lo que da a entender que siempre está presente en quienes retratan la historia en música.

Allá por el año 1922, y más precisamente un 12 de octubre de aquel año, se inauguró con mucha felicidad el Molino Fénix, ya que detrás de este gigante se produciría mucha mano de obra, es decir, trabajo para los villamercedinos. El Molino Fénix es uno de los eslabones de la cadena que poseía la Sociedad Anónima Molino Fénix, marca registrada por Emilio Warner con oficinas centrales en la ciudad de Rosario.

Se dice que Warner fue un inmigrante alemán que inició esta profesión allá por el año 1889, con los ahorros que trajo de su patria y escapando de la guerra. Ya en Argentina, se dispuso a adquirir un molino en la localidad de Casilda, Santa Fe, pero algunos años después, el éxito de aquel emprendimiento lo llevaría a tener otros establecimientos harineros en otras ciudades como Venado Tuerto, Villa María y Realicó, en La Pampa.

Dos años antes de producir, es decir, en 1920, la Sociedad Anónima Molino Fénix había comprado el molino local en nuestra ciudad, el cual era propiedad de Tassara y Compañía, ubicado en ese entonces en la Av. Mitre y Córdoba (nombres actuales). Allí, la producción diaria rondaba entre las 500 bolsas. Ya dos años después, con la instalación de la Sociedad Anónima Molino Fénix, se pasó a fabricar unas 1.200 bolsas cada 24 horas, producción que llevaría a contratar a casi unos 100 operarios.

Su construcción fue ubicada estratégicamente para manejar así la producción del consumo interno y la de su exportación. Por esa razón, fue construido detrás de las vías del ferrocarril, donde culminaba nuestra Calle Angosta.

En la cueca tradicional, autoría de Alfonso y Zabala, se lo nombra de tal manera, dejándoselo conocer a nivel local y nacional. El Molino fue un motor importantísimo para el crecimiento económico de nuestra ciudad, generó trabajo genuino para las familias de Villa Mercedes.

Lamentablemente, el cierre definitivo de la Sociedad Anónima Molino Fénix y de su actividad por completo se dio allá por el año 1989, aunque años antes su producción había bajado rotundamente, por lo que la concentración de trabajadores había disminuido en un alto porcentaje.

Los gigantescos hilos aún continuaban dominando el paisaje del lugar, dejando en la inmensa sociedad algo de nostalgia. Un gigante que se apagaba, pero que a su vez dejaba marcada la identidad de una zona inconfundible de la ciudad.

Luego de varias décadas de estar en un estado de abandono, lo cual era muy triste verlo así, el edificio pasó a manos del estado provincial. Fue entonces cuando todo cambió y uno de los íconos de la ciudad volvería a tener vida propia. Esta vez, se le daría un nuevo uso a través de otro tipo de actividades. Se construyó uno de los centros de convenciones más importantes del país en el lugar, y hoy en día ese espacio cuenta con un teatro llamado Teatro Molino Fénix, así como también, a su costado, La Casa de La Música. En sus instalaciones se encuentra un escenario para recibir a artistas de nivel nacional e internacional, donde se generan eventos de gran magnitud. De esta manera, el Molino Fénix se ha convertido en un lugar de encuentro y de eventos culturales para los villamercedinos y visitantes de todo el país.

Molino Fénix, Villa Mercedes, San Luis.