Por Eliana Cabrera

El sábado 20 de mayo se realizó en Santa Rosa del Conlara el primer festival del libro, una jornada donde se reunieron personas curiosas de la literatura. Fue una fiesta organizada por iniciativa de un grupo entusiasta que contagió sus ganas de organizar un evento literario en la zona, y que culminó con una certeza: el trabajo colectivo y autogestivo puede organizar la cultura.

Nicolás Taltavull es un narrador nacido en Merlo que hoy vive en Santa Rosa del Conlara. Sus cuentos han sido publicados en varias antologías y revistas literarias, y han sido finalistas en concursos de narrativa breve, entre ellos“La Guerra y La Paz, a 40 Años de Malvinas” (2022). Actualmente trabaja en su primer libro de cuentos, que será publicado en 2024 a través de Azul Francia Editorial y coordina un club de lectura. Fue en ese club donde surgió la idea de organizar el primer Festival del Libro de Santa Rosa.

Además de reunirse a leer y debatir, también se organizan para asistir a eventos literarios en pueblos cercanos. “Un día dijimos,¿por qué no organizamos esos eventos a los que nos gusta ir todos juntos en Santa Rosa y que juguemos de locales? Que por primera vez todos se tengan que organizar para venir a vernos y a disfrutar de un buen evento literario en Santa Rosa”. Luego de la chispa de iniciativa se dedicaron tres meses a poner en marcha el proyecto, de forma totalmente autogestiva. Vecinos y comerciantes fueron colaborando con todo lo necesario. Todo fue aportado de una manera totalmente gratuita con un solo objetivo: crear un espacio de encuentro entre escritores, lectores y curiosos.

La Feria Internacional Libro que se realiza en Buenos Aires resulta a veces referencia de un evento literario ideal. Pero, ¿se puede tomar realmente como inspiración? Según Nicolás, no es así. “Sí nos inspiramos en los eventos regionales a los que vamos frecuentemente y tratamos de amoldarlos a la idea que tenemos de un festival: actividades cortitas de no más de 30 minutos, una detrás de otra, para que nadie se aburra, y pedirle a cada interventor que prepare algo conciso, claro”.Fue así, el cronograma daba cuenta de diversas actividades consecuentes y breves que mantenían constantemente el interés en el evento.

La mayoría de los autores y artistas que participaronpertenecían a la región puntana, salvo los dos invitados que especiales, Silvina Grupo, de Buenos Aires, y Roberto Chuit Roganovich, de Córdoba.

¿Los encuentros literarios del ‘interior’ tienen su propia impronta, la literatura se habita de otra forma?

“Por supuesto que sí. Pasa algo con el interior. Me parece que hay mucho escritor de Buenos Aires escribiendo sobre el interior, pero hay una voz mucho más auténtica en los que podemos hablar de personajes, historias, climas de nuestros pueblos. Tenemos otra autorización, estamos inmersos en este contexto. Entonces reunirnos todos para hablar en este mismo lenguaje, pero al mismo tiempo compartir con autores que vienen de otra provincia, me parece súper positivo”, sostiene Nicolás.

El hecho de que en la zona no haya una gran oferta cultural o eventos de gran magnitud hizo que el entusiasmo fuera evidente. El equipo esperaba unos 50 asistentes, pero calculan que asistieron cerca del triple. “Nos sorprendió la respuesta de los vecinos de la localidad de Santa Rosa, pero algunos fantaseábamos con que la gente de Merlo, de Carpintería, Los Molles o Cortaderas se acercara, con nosotros jugando de locales, y se cumplió. También vino gente de Villa Mercedes, de Villa Dolores, de Córdoba Capital.”, cuenta Nicolás.

El evento movilizó la zona entera y fue 100% autogestivo. Se hizo con el aporte de todos los vecinos que brindaron el alojamiento, pasajes, comida, movilidad. La buena predisposición de la gente que estaba necesitando este evento. “Me quedo con ese aprendizaje: que con la alegría del trabajo colectivo, pero también con la responsabilidad de organizar algo de calidad, se pueden cumplir esta clase de sueños que habíamos conversado en un par de reuniones hasta que nos pusimos manos a la obra”.

¿Habrá una nueva edición?

Este festival de libro satisfizo al equipo, pero los dejó más entusiastas que antes. El lunes siguiente al evento ya comenzaron a soñar con cómo será el segundo encuentro. La lectura se contagia, y qué mejor que contar con un grupo de personas decididas a hacer de la literatura una fiesta local y accesible, por y para lectores y curiosos. Si la gran movida cultural nos queda lejos, atraigamos la agenda cultural para acá.