Reportajes

Fernando Ramón Ojeda-28-05-2023

Soy Fernando Ramón Ojeda, nací el 23 mayo de 1977 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Tuve una infancia linda, con amigos del barrio, jugando en la calle, andando en bicicleta, jugando a la pelota, con los compañeros de la escuela, cuando no existía el celular. Mi papá era un laburante gastronómico, mi madre ama de casa, tengo una hermana más chica y una mayor. Llegué a la provincia por primera vez en 2004, cuando tenía veintisiete años, me la pasaba viajando porque trabajaba también en Buenos Aires y en un momento trabajaba en España también, estaba viviendo en tres lugares.

En San Luis me establecí en 2015. Tengo varias profesiones, soy docente, profesor de educación física, guardavidas y también doy clases de salsa y bachata. Al llegar ya era docente pero estaba fuera del sistema, ingresar fue algo que logré posteriormente. Trabajé en un jardín privado maternal, a la vez daba clases de baile y vivía en el cuartel de bomberos voluntarios, porque también soy bombero. En los veranos me iba a Buenos Aires a trabajar en mi ocupación fija que era de guardavidas, después laburé en España de guardavidas y me iba los tres meses de invierno de acá y verano allá. Fueron varios años, hasta que ingresé al sistema educativo provincial. Después llegaron mis hijos, lo que me motivó a quedarme, hasta que en 2015 me establecí definitivamente. 

Actualmente soy vicedirector de una escuela pública, la escuela Álvarez Condarco, director de la escuela Guardavida de San Luis, que armamos al no existir ninguna, donde también soy docente. Soy profe de ritmos latinos en el Centro Cultural Puente Blanco.

Me gusta tener mucha actividad, soy muy curioso, me gusta hacer, aprender todo el tiempo cosas nuevas. Cuando me recibí decidí irme de Buenos Aires, recorrí las casas de las distintas provincias buscando información, no existía internet,  y me decidí por San Luis, por todo lo que ofrecía, no quería seguir viviendo en Buenos Aires por la situación social, era la época de la peor crisis del país, en 2001. Me vine sin conocer a nadie y me convencí de venir, me gustó el lugar, la gente, hice muchas amistades y también me gustaron sus paisajes, algo que en Buenos Aires no tenía. Me costó un montón establecerme pero bueno, al final lo logré. Tengo mellizos de ocho años y una nena de un año y medio. Me dieron el pase al cuartel de bomberos voluntarios de la ciudad y es donde estoy actualmente.  

Ser bombero es como una carrera de ascenso militar, tiene los rangos de cabo, cabo primero, sargento, suboficial, oficial. A los veinticinco años uno se jubila como bombero de servicio. La ley nacional prevé jubilación y obra social, independientemente del trabajo de cada uno. La verdad que me gusta el contacto social, porque como la docencia nos expone para hablar con gente todo el tiempo, grandes y chicos. También doy clases de baile en el centro de jubilados, donde están todos muy contentos.  

Me gustan las relaciones sociales, debe ser porque soy de Géminis (se ríe). En la escuela de guardavidas tenemos treinta y cuatro alumnos, el curso dura un año, se hace en pileta climatizada y también la parte final en el mar. Está avalada por la Asociación Mutual Guardavidas Argentinos Asociados, que está presente en todas las provincias del país, con el respaldo del Ministerio de Educación.

El título habilita para trabajar en otras provincias o en España, como lo hice yo. En marzo siempre nos vamos al mar para hacer las prácticas finales, que las realizamos en el partido de la costa, al regresar se toman las pruebas finales y se reciben aquellos que aprueban. Si me pongo a pensar en mis sueños, creo que básicamente he cumplido muchos, me siento un afortunado porque hago y vivo de lo que me gusta. Se dice que el que hace lo que le gusta, no trabaja nunca en su vida, y es así para mí. Me levanto a la mañana de otra manera, porque voy donde quiero estar y donde me gusta, pasa a ser parte de mi vida, no lo siento como un trabajo. Tengo un par de proyectos que espero concretar, también referidos al bien de la comunidad, seguir trabajando y viviendo junto a mi familia, que va creciendo. 

Me gusta trabajar por la gente, todos mis trabajos están relacionados a un bien general. Estoy en educación, con todo lo que conlleva, con la señora jubilada enseñándole a bailar, a mejorar su calidad de vida, liberando endorfinas, con los guardavidas salvando vidas y enseñando a salvarlas, junto a los bomberos ayudando cuando la gente está en problemas; siempre lo mío está relacionado a ese punto, debe ser ese mi fin en este mundo y m