La Aldea y el Mundo, San Luis

Tablas, tablas, tablas…

Por WGM Claudia Amura

El ajedrez tiene su vocabulario particular y la palabra tablas es una llamativa manera de describir el resultado nulo o empate de una partida.

Existen muchas maneras de hacer tablas, y a diferencia de otras disciplinas se puede llegar a ellas de común acuerdo entre las partes, algo inimaginable en fútbol, por ejemplo.

Puede suceder que el empate beneficie a ambos contendientes, tal el caso si los dos acceden a un puesto de clasificación para otra instancia, o también si son amigos o entrenan juntos muchas veces deciden hacer las paces en el tablero.

También existe un empate por conveniencia, esto es cuando un maestro queda en posición inferior ante un oponente considerablemente débil, realiza el ofrecimiento de tablas que beneficiará en obtención de ranking a su novel oponente pero al menos evitará una dolorosa derrota.

Existen las tablas técnicas que se rigen por las reglas propias del juego, por ejemplo: Si no hay material suficiente para dar jaque mate, como ser Rey y Caballo contra Rey, dos reyes solos, etcétera. Otra opción es el empate por jaque continuo o perpetuo, situación donde el rey no puede escapar de continuos jaques  por lo general repitiendo posiciones constantemente.

Otra posibilidad es hacer tablas por repetición de jugadas, claramente estas situaciones reflejan que los dos están conformes con el empate pero que no quieren realizar el ofrecimiento verbal entonces se reiteran las movidas inofensivas. Desde luego no se presentan repeticiones de jugadas cuando movemos peones porque los mismos no  retroceden.

Las tablas por ahogado: el ahogado se presenta cuando el rey del bando débil no está jaqueado y queda acorralado por piezas propias y/o extrañas sin posibilidad de hacer movimiento alguno; además de esto sus piezas también deberían estar inmovilizadas. Como en ajedrez no existe decir “paso” entonces es tablas.

Algo muy poco común en la era digital es empatar por falta de tiempo. Esto sucedía antiguamente cuando se utilizaban relojes mecánicos (a cuerda) los cuales durante un feroz apuro de tiempo solían quedar con sus dos banderitas caídas a la vez, en tal caso se determinaba tablas. Ahora en cambio con el uso de los relojes digitales, queda en evidencia quien perdió por tiempo, así decimos aunque en realidad pierden por falta de tiempo…

Viene a mi memoria un famoso empate “por decreto” a cargo del Gran Maestro Miguel Najdorf: sucedió durante un Magistral organizado por el diario Clarín jugando en la década del ‘80; el húngaro Lajos Portisch había obtenido una excelente posición ante Don Miguel quien aprovecha la ausencia de la sala de juego por parte de su rival para firmar el empate. Portisch al ver las piezas colocadas en su sitio imagina que Najdorf había abandonado la contienda, pero sonriente el anciano maestro le dice: “Acepté su oferta de tablas”…

Miguel Najdorf en 1973.