Nora Soria (*)
Gracias noche, por dar luz al silencio.
Gracias silencio, por acompañar mi soledad.
Gracias distancia, por permitirme extrañar.
Gracias  luz que me dejás ver.
Gracias al pecado, que me enseñó a arrepentirme.
Gracias recuerdos que no me dejan olvidar.

Gracias a la sombra por ser mi hermana.

Gracias a la oscuridad, que me lleva a buscar la luz.
Gracias a los errores, por despertarme.
Gracias al impulso que avivan mis deseos.
Gracias al llanto que lava mis tristezas.
Gracias verdad por espantar mentiras.
Gracias pobreza por enseñarme humildad.
Gracias vida porque a veces puedo  
ser también gusano,
el que pudre la manzana,
ser pasión que enseña la osadía.
ser sonrisa para reírme de mí.
Ser cruel al aplastar una mosca.

Gracias muerte por apurarme a vivir.

(*) Nora Soria, docente jubilada. Asisto al taller Silenciosos Incurables, coordinado por Viviana Bonfiglioli. Espacio de libertad donde vuelcas en una página, palabras atrapadas en tu interior.