La nueva moda de ir por el mundo peleando con todos…
IRIS
Mirá nena, yo te voy avisando todo esto para que después no te hagas la sorprendida. Y no se te ocurra decir que no estabas al tanto. La onda es “viva la pepa” y cada uno diga lo que se le antoja en contra o a favor de cualquier cosa. Te imaginarás que a mí me encanta. El problema es si tenés responsabilidades públicas, si sos parte del gabinete nacional, si sos secretario de culto, por ejemplo. Lo cierto es que cobró inesperado protagonismo justamente el Secretario de Culto, Francisco Sánchez, por sus controvertidas declaraciones de los últimos días contra la leyes del matrimonio igualitario, el divorcio y el aborto seguro y gratuito.
Por supuesto, que después todo el gobierno trata de despegarse por el escandalete que se genera.
El dicente en cuestión viajó a Madrid para participar de los actos de Vox, el partido de ultraderecha de don Santiago Abascal, que se encuentra en el centro de la pelea entre el presidente Javier Milei y el jefe del Ejecutivo Español, Pedro Sánchez. Otro escandalete, otra pelea. Depués te cuento de ese otro pleito. Sánchez, que tuvo otros entuertos al asumir por declaraciones suyas anteriores contra el papa Francisco, contra los homosexuales y la religión judía. Lo cierto es que para que este señor viaje a Madrid se autorizó un gasto que ronda los diez mil dólares entre pasaje y viáticos. Y eso que “no hay plata” para gastar.
Pero el funcionario se habilitó su autorización y sus gastos en el festival Europa Viva 24 de la recontraultraderecha.
Claro que la idea es que cada uno puede opinar lo que sea, y decir el disparate que se le antoje. Nadie se hace cargo.
El tipo fue con un pasaje en primera por Aerolíneas Argentinas, que cuesta entre cuatro mil y seis mil dólares, o sea más de seis millones de pesos. Después viáticos por más de tres mil euros para seis días diciendo cualquier cosa. El funcionario viajó con pasaje y gastos oficiales y el justificativo fue el de acompañar al presidente de la Nación al Festival Europa Viva 24, a pelearse con las autoridades españolas. Todo redondito. Por lo menos, lo hubieran subido al avión de Milei y ahorrábamos guita.
En general, se estila que los secretarios de culto de la Cancillería estén siempre ligados a la Iglesia Católica, pero con un perfil bajo, y de relación amable y tranquila con todos los credos. Don Sánchez se rodeó de ultracatólicos y suele criticar a todos. El hombre insiste: “Muchos sectores en la década del 80 decían las consecuencias graves del divorcio y las vimos reflejadas en cuántas cuestiones, que fueron estudiadas por especialistas de universidades públicas, como la UBA. Hay un estudio muy serio, bastante reciente, que indica que cerca de 30% de los chicos que son hijos de familias separadas sufren trastornos de ansiedad. Y los chicos de hijos de familias separadas tienen un rendimiento 25% inferior a hijos con familias consolidadas” (yo te aclaro: nunca nadie divulgó esos estudios), expresó. Y aludió a los hijos de familias divorciadas como “la conflictividad social” y el aumento de casos de divorcio. Y opinó que las leyes de divorcio, matrimonio igualitario y aborto son “controversiales” y defendió el derecho de poder expresarse libremente. “En Argentina hay plena libertad de culto y si hay un rasgo de los cultos es ser conservadores de las cosas que forman parte de sus tradiciones, sus dogmas, y que no admiten estos cambios violentos que el progresismo nos quiere impulsar a aceptar como si fueran cosas naturales”, manifestó. Y criticó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo: “Voy a hacer todo lo posible para que la matanza de criaturas en el vientre materno no sea promovida por el Estado Argentino”, sentenció. Y te repito que, en su discurso ante el Congreso de Vox, propuso “recuperar los valores tradicionales que en 1492 España le regaló al mundo”. Viste que hay cada obsequio, que mamadera.
Esta es la frutilla del postre que amasó el Presidente, generando un conflicto que hizo que la Embajadora de España tuviera que retornar a su Patria por expresa indicación de su gobierno. Sí, como te lo digo, un inmenso disparate.