Editorial

Algunas obras literarias son el reflejo de una época, de un momento determinado de la historia. Otras, en cambio, trascienden el tiempo planteando a nuevas generaciones de lectores viejos pero actuales interrogantes. Ese es el caso de Los hermanos Karamazov, de Fyodor Dostoyevski (Rusia, 1821-1881).
Escrito originalmente en formato de fascículos por entregas y publicados entre 1878 y 1880, Los hermanos Karamazov constituye un clásico de la literatura rusa y una obra maestra a nivel mundial. La etiqueta no es caprichosa: su propio autor consideró que era su trabajo más destacado; Albert Einstein la catalogó como “la cumbre suprema de toda la literatura”; Friedrich Nietzsche la celebró por su abordaje a la psicología humana e incluso Sigmund Freud destacó la imaginación del autor y lo comparó, en cuanto a su capacidad, con el mismo Shakespeare.
¿Por qué su actualidad? Dostoyevski supo plasmar en sus personajes los interrogantes que caracterizan al hombre moderno, así como las respuestas a dichos planteos: ¿la moral coarta la libertad de las personas al oponerse a la razón? Si el orden moral tiene su origen en Dios, la no existencia de un ser superior ¿implicaría que todo está permitido? ¿Quién establece qué está permitido y qué está prohibido?
Este conflicto, que no es más que el enfrentamiento entre el bien y el mal, entre la ética atea y la religión, es trabajado por el autor a través de las voces de sus emblemáticos personajes. Tres hermanos, criados en diferentes regiones de la Rusia del siglo XIX, se reúnen en la casa de su padre – el cruel y libertino Fiódor Karamazov – que es asesinado. ¿Quién cometió el parricidio? Dmitri, el hijo mayor, un soldado orgulloso y cruel, bebedor y lujurioso, representa la inmoralidad. Iván, el hermano del medio, encarna el ateísmo ilustrado reflejado en su escepticismo respecto de la existencia de Dios, la fe y las leyes. Alyosha, el menor, es gentil, espiritual y comprensivo, un hombre de una religión ferviente. Todos ellos pondrán a prueba sus principios y creencias al enfrentar tensiones, rencores, conflictos ideológicos y la siempre humana búsqueda de redención.
Sus historias se entrelazan hábilmente en una obra profunda, energética, llena de suspenso, inesperados giros y revelaciones, que atrapan al lector. Una pieza literaria de una calidad inigualable. Una joya de la mejor literatura.
Los hermanos Karamazov constituye una profunda reflexión ética y filosófica sobre la razón, la libertad, la felicidad y la fe, que nos interpela, más allá del tiempo y el espacio.

Portada del libro: “Los hermanos Karamázov”. Fue la última novela del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, publicada en 1880. Pasó casi dos años escribiendo la obra, que se publicó de forma seriada en El Mensajero Ruso de enero de 1879 a noviembre de 1880. Dostoyevski murió a menos de cuatro meses de su publicación.