Invasión de malos olores
Fueron días en que los desodorantes de ambiente no daban abasto y menos aún alcanzaban a imponerse los flacuchentos, y a su vez poderosos, sahumerios. Los vecinos de la ciudad de San Luis y los de diversos sectores del conglomerado denominado Gran San Luis pasaron días para el olvido… prácticamente con un broche en la nariz.
Sucedió así porque los puntanos fueron víctimas de una situación incontrolable y desagradable. El olor a cloaca y desperdicios copó cada una de las barriadas y hogares. Ayudado por el viento, este “fenómeno” se expandió a cada rincón e indudablemente además de generar bronca, provocó varias conjeturas sobre el origen.
Muchos de los afectados por los padecimientos que tuvieron que soportar, porque no había forma de controlar el olor nauseabundo, se tomaron el tiempo de descargar su ira a través de las redes sociales. Algunos llegaron a mencionar que las emanaciones provenían de un establecimiento ganadero situado en la franja sur y que, por incidencia de las oleadas del viento, se expandían a lo largo y ancho de una amplia zona.
También se hizo fuerte la interpretación del posible origen y que se había visibilizado por la enorme cantidad de líquidos cloacales que el sábado 17 a la mañana corrieron por el corazón del microcentro capitalino.
Los desbordes, principalmente en la zona de Chacabuco y Belgrano y Ayacucho y San Martín, hicieron que fuera insoportable la permanencia en la zona comercial. Pero, a su vez, también hubo derrame de aguas servidas en numerosas barriadas.