La educación y las fiestas patrias en Quines
Por “Tono” Escuálido
Los días empiezan a templarse. Se va agosto y el calor empieza a asomar en Quines. Ya casi terminando la siesta, en pleno centro (esquina de Sarmiento y Moreno), en su vivienda, nos espera Domingo Arce, “la memoria prodigiosa de la localidad y la amplia región”. Apenas toqué la puerta apareció por la ventana. Siempre con una linda sonrisa. Luego abrió la puerta invitándonos a pasar. Sentados en su mesa con un café de por medio, Domingo inicia otro imaginario viaje al pasado. Y acá descubrimos por qué nos había invitado a su casa, porque esa propiedad había sido escuela.
En la década del 50 funcionó la escuela N°50 “Eulalio Astudillo”. Y lo hizo hasta mediados de los años 80.
- ¿Domingo, qué escuelas había en la década del 50 en Quines?
- En la escuela N°50, la directora era Lucía Bertoi de Magnano y el vicedirector, Lalo Rodríguez. Era solo para varones y funcionaba a la tarde. En la escuela N°49 su directora era Sila Mercau, su vicedirectora Laurinda Arce de Gatica. A diferencia de la N°50 era mixta y ambas funcionaban en el mismo edificio. También estaba la escuela de “Las casas Blancas”, N°95, cuyo responsable máximo era Rubén Díaz. En la Escuela Nocturna, su director era Chicho Guiñazú y ocupaba el mismo espacio que las 50 y 49.
En la escuela N°120 Nacional Mixta, su directora era Gregoria Gatica de Aguirre.
Domingo comenta que en esa época no había nivel secundario en el lugar, por lo que los jóvenes para hacer el secundario tenían que ir a San Francisco o Villa Dolores. - ¿Domingo, cómo eran las fiestas patrias?
- Había dos fechas patrias en los 50 que se festejaban en Quines: el 25 de Mayo y el 9 de julio. En ambas fechas los festejos comenzaban a las ocho de la mañana con las bombas, que se ponían en los morteros y la explosión era tal que se escuchaba en todo el pueblo. A las diez de la mañana se realizaba el acto en el medio de la plaza Lafinur. Allí íbamos los alumnos de todas las escuelas. El uniforme era el guardapolvo blanco, pantalón corto, medias y el que podía iba de zapatos, de lo contrario zapatillas o alpargatas. En el centro de la plaza se hacía el acto. Izaban la bandera, se interpretaba el Himno Nacional, un maestro daba un discurso acorde a la fecha y luego se celebraba la misa de campaña. Participaban todas las autoridades del pueblo, intendente, comisario, directores de escuela y el cura párroco, entre otros. Al finalizar la misa, terminaba el acto. Pero todos sabíamos que lo mejor estaba por venir. Nos íbamos corriendo para disfrutar del almuerzo popular, porque después empezaba la otra parte del festejo que la hacía el resto de la comunidad, el pueblo. Eran las carreras de bicicletas y la organizaban los hermanos Arturo, Aníbal y Alfredo Montiveros y Bernardo Rosales. Venían corredores de Villa Dolores. El circuito era por 25 de Mayo, Moreno (allí estaba la largada), iban hasta Belgrano, llegaban hasta la esquina de los Bresas (calle Sarmiento), pasaban frente la iglesia y llegaban hasta la esquina de la escuela N° 50. En ese lugar giraban a la derecha por calle Moreno hasta llegar a la 25 de Mayo. Otras de las propuestas que eran del deleite de las familias eran las carreras de embolsados y de sortijas. Muchos vecinos venían a caballo y la competencia de sortija se hacía en la calle San Martín frente a las construcciones donde funcionaba la biblioteca. Momentos de mucha alegría era cuando se realizaba la prueba del palo enjabonado. En los 50 las carreras cuadreras se hacían en la cancha que se armaba en calle Pringles, desde la casa de doña Paulina hasta la casa de Goyo Rosa. Participaban caballos de Villa Dolores, y había propietarios de buenos pingos de aquí de Quines, ellos eran Toba Pereyra y Justiniano Amaya. A la noche había baile en la confitería Astral de Sinibaldo Tobares, con una orquesta de Villa Dolores.
Escuela Nacional de Agricultura, en el Día de la Independencia en la plaza Crisóstomo Lafinur. Escuela en Quines.
- La verdad que fue algo mágico. Las fotografías que he visto a lo largo de mis 40 años es maravilloso. El viaje a una comunidad guiados por Domingo Arce. ¿Los quineros éramos muy unidos?
- Mirá, la verdad que sí. Teníamos una unión y respeto por cada vecino, algo que nos inculcaban los padres, maestros, policías.
Me despido de Domingo con un apretón manos. Afuera está la calle abarrotada de autos y motos. Están saliendo los alumnos del colegio San José. Nadie sabe que viajé al pasado. Seguro que van a experimentar lo mismo el próximo domingo cuando lo lean en La Opinión. Este viaje me hizo experimentar esa sensación de vivir en una comunidad y estar forjando que en la actualidad nos termina ganando el egoísmo. Tenemos que tener una batalla cultural, con mucho amor y solidaridad por Quines y nuestros vecinos.