Hay varias cosas que me superan…
IRIS
Muchos cumpleaños en estas fechas. La verdad estoy un poco repodrida. Mucha torta. Algunas ricas. Que chocolate, que dulce de leche, que crema. Mucho cantito de feliz cumple. Mucha crema. Mucha fotito. A veces me harta un poco. Y como soy vieja, y creen que estoy bien al pedo, me invitan a todas las celebraciones. Y voy. De tarde, de noche. Igual, les agradezco mucho a todos. Son muy gentiles y amables conmigo. Encima tuve de dieciséis, de sesenta y cuatro, de cincuenta y dos, de noventa, de treinta y ocho. Por supuesto, y entre nosotros, a la quiniela no salió ni uno. Es una cosa de locos. Yo juego un número y tiran una letra. Basta, ahora a concentrarnos en las fiestas. Que ya empezaron a poner por todas partes los renos, los trineos, a Papá Noel en sus distintas versiones y las bolas de colores con las lucecitas.
Otra cosa que me empieza a pasar para esta época es que se me vencen las claves. Deberían tener en cuenta las dificultades y hacer procedimientos más simples.
Una cosa más sencilla. Y tengo que renovar y no me acuerdo. Es muy difícil: la del banco, la del cajero automático, para sacar entradas, la de ANSES, la del otro banco, la de la farmacia, la del mail, la del PAMI, la de los pasajes de colectivo, la del Facebook. Es un montón. La mayúscula, la minúscula, un signo. Es un infierno. Y además ahora empezaron con las fotos, y sacate los lentes, y ponete más lejos, y quedate quietita. Y vuelva a intentarlo. Mi amiga la Dionne se sacó la foto oficial con peluca, ahora tuvo que vender la peluca y no la reconocen. Un gran problema. Ya hizo como once reclamos. Otro sistema: las huellas digitales. La mano izquierda, la mano derecha, el dedo gordo, el índice. Francamente insoportable. Un empleado de un banco muy conocido dice que yo utilizo un detergente muy fuerte que te borra las huellas y que está cansado de probar veinte veces cada vez que voy. Estamos todos locos. Este muchacho no sabe quién fue Juan Vucetich (1858-1925). Te recuerdo: un croata nacionalizado argentino que desarrolló la primera clasificación de las huellas dactilares y género las primeras fichas dactiloscópicas del mundo.
Nena, ya la vi quinientas veces, pero el otro día me puse a ver otra vez la película “Mercado de Abasto” con la inmensa Tita Merello. Una diosa, una mujer grandiosa. La adoro para siempre. Qué presencia, qué actitud, qué personalidad para cantar. Una sonrisa única.
Cuando canta “Se dice de mí” (música del uruguayo Francisco Canaro y letra de Ivo Pelay) se me caen las medias.
Qué escena…
Se fijan si voy, si vengo, o si fui
Se dicen muchas cosas
Mas si el bulto no interesa
Porque pierden la cabeza
Ocupándose de mí…
A propósito de “…Ocupándose de mí…”, por qué no dejan de meterse en la vida privada de la gente. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, y hay que estar muy de gusto en la vida, como para vivir hablando de los demás, de lo que hacen otros, de cómo viven y de qué participan y en qué dejan de participar. Hay que ser muy metiche, muy mediocre, volar muy bajito para chusmear todo el tiempo. Por favor respeten un poco a la gente, y sobre todo a las mujeres. Vivan su vida y sean muy felices, muchachos. Pero déjense de joder a los demás. Tanta sanata de la libertad que les encanta. De la libertad individual, de las libertades públicas, de la posibilidad de elegir, y tanto cuento. Mucho exaltar la libertad… y después censuramos lo que hace cada uno, y sobre todo cada una. Yo, de mi parte cruzo los dedos y prendo unas velas para que se cumplo el deseo de todo nuestro barrio y estemos en Gran Hermano.
Todo tiene que ver con todo, debe ser por eso que me acordé de la gloriosa Tita Merello, un canto a libertad. Y vamos todos juntos para adelante…