Reportajes

Fabio Ariel López-04/07/2021

Soy Fabio Ariel López, nací el 22 de agosto de 1977 en San Martín, Mendoza. Mi infancia fue como la de cualquier niño en un pueblo. Tengo muchos recuerdos respecto a la comida que se hacía en mi casa, jamás se compraba pan, se hacían facturas, se envasaba para conserva el tomate, durazno, dulce de membrillo, recuerdos muy presentes ya que mis padres eran muy buenos cocineros. Mi papá era bancario y mi mamá administrativa en una empresa de energía.

Me recibí de Técnico Electricista y me vine a San Luis para estudiar Geología, yo quería estudiar cocina, pero a mi viejo no le cerraba mucho y el que me bancaba era él. Mi papá falleció en 2003 y me metí a estudiar cocina, desde ese momento me dedico a la actividad gastronómica. Estudié en el IGA y ya en el primer año de estudio me eligieron profesor de cocineritos, después me fueron llamando para jurado, y luego hice un programa en el cable donde solamente cocinaba, no hablaba (se ríe).

Trabajé en el Hotel Potrero de Los Funes, en el Hotel Dos Venados, en bares, restaurantes, eventos y después me largué solo, con un emprendimiento que hoy por el tema de la pandemia está un poco frenado llamado “Vikingo”, donde cocino a leña a domicilio, hago un evento, llevo todo, tengo un fogonero grande donde se pueden hacer comidas a la llama, al disco.

Soy un creyente de que la cocina volverá a su origen, arrancó con el fuego y volverá al fuego, si uno mira un poco alrededor se usa mucho el disco, los fogoneros, mucho se está haciendo de nuevo a la llama, se está implementando de a poco esa técnica de cocción. La cocina es un estilo de vida, te tiene que gustar porque no se paga muy bien, es informal, no tiene vacaciones ni fines de semana, es una elección de vida, es sacrificado.

Era muy raro tener un disco de arado, en los años 80 o 90, se hacía mucha comida a la parrilla, a la llama, no teníamos el asador tradicional pero mi viejo se daba la maña de poner un chivito, poner la parrilla en forma vertical, técnicas que las fui aprendiendo en mi casa, teníamos un horno de barro que es lo más lindo, me gustan todas esas técnicas antiguas. En diciembre de 2019 ingresé a trabajar en Canal 13 donde arranqué con miedo, pero fue cuestión de estar frente a la cámara, he tenido muy buenos compañeros que me han ido asesorando.

Al principio veía que la gente en las redes sociales no respondían mucho, así que empecé con la comida popular, la del día a día, buscarle la vuelta para que la gente con lo poco que pueda tener haga algo diferente.

Para una milanesa, que es lo más común del mundo, darle todos los tips para que les salga bien, trato siempre de que sea la mejor milanesa. Enseñando a controlar el aceite, a que no se pegue el pan, tips más comunes sobre lo que le pasa a la gente, brindarles un servicio, porque uno termina de comer al mediodía y tiene que ir pensando en qué va a comer a la noche. A través del programa tratamos de brindar diferentes alternativas, con cortes simples, no muy caros y menos en la situación actual en la que estamos viviendo.

La gente de barrio, los más humildes son los que mayormente ven el programa y no van a ir a comprar un pulpo, de a poco me fui dando cuenta que ese era el punto, cocineros gourmet que hacen platos exóticos hay miles, pero no he visto cocineros que se dediquen a esto que estoy haciendo yo, comidas básicas y tradicionales que consumen los puntanos.

En el supermercado me saludan, me consultan, es lo más lindo que me pasa, me preguntan si me molesta la consulta, yo no tengo ningún problema en detenerme cinco minutos escuchándolos, para detectar donde está el problema y recomendarle la mejor manera de hacer alguna receta. Además de responder todos los mensajes que nos mandan al programa. En 2005 fuimos a competir en Rosario y ganamos el premio, que fue un viaje a Francia, al que no fui porque había fallecido mi viejo, fue una satisfacción por lo menos haber concursado y ganado.

Mi sueño sería formar una escuela de cocina, que sea gratis y donde se enseñe de una buena vez comida puntana: un pastel de papas, unas buenas empanadas. Tengo mi hijo llamado Feliciano, mis viejos han fallecido, y mi hermano es petrolero y trabaja en el sur. Me quedaron tres materias de Geología y es otro sueño por cumplir, no para ejercerla sino para cerrar un ciclo.

El plato que más disfruto cocinar es el locro, si se puede hacer al disco mejor, si no por lo menos la carne hay que marcarla a la parrilla para darle ese sabor ahumado y después en la olla va el resto del sabor. Esta receta viene de familia, viene desde varias generaciones donde se ha ido  perfeccionando. Mi papá sin levantar la tapa de la salsa, ya sabía si estaba lista, porque ya tenía incorporado los olores del proceso, a mí me está pasando, son cosas que van quedando en la memoria.