Mi nombre es Florencia Samanta Mendoza Arce, pero desde que tengo memoria todos me llaman “Zami”. Nací San Luis capital, como toda mi familia, mi madre Carmen Arce, mi padre Eduardo Mendoza y mi hermana mayor Romina. También integran mi familia dos perros hermosos, Matilda y Ciro, que comparten mi corazón con una gatita llamada Satur que llegó en este 2021 de la mano de mi compañero de vida, Federico Paz.

De mi infancia recuerdo la belleza de la inocencia compartida con mis vecinos y vecinas del barrio jugando a la escondida, el elástico y a la pelota en un equipo mixto que era capaz de ganar un mundial. Recuerdo jugar “a la radio” con mi amiga Belén y juntas presentar un ranking musical que esperaba al espacio publicitario para lucir nuestra mejor entonación del clásico “Señooooraaaaa” y una lectura de ofertas salidas de la revista del supermercado que le robábamos a mi tía Titina. Mis mejores recuerdos se repetían cada febrero en épocas de carnaval.

De día la calle Luján se convertía en una batalla de bombitas y baldazos, de noche un pequeño trencito recorría el barrio con música llevándonos a pasear por esos hermosos veranos que también vieron pasar algún desfile en la avenida Lafinur.

Cursé mis estudios en el Instituto San Marino, donde mi mamá trabajaba para pagar nuestros estudios. Al momento de elegir una carrera tuve muchas dudas, llegué a inscribirme en cuatro opciones.

Recuerdo llegar a la universidad acompañada de mi gran amiga Pamela que se rió de esa múltiple inscripción, y me ayudó a elegir la carrera de Locutor Nacional con título intermedio de producción de Radio y televisión. Por suerte en la provincia encontré la posibilidad de cursar la carrera “Guion y Dirección de Cine” en la Universidad de La Punta, y fue así que hice mis maletas y emigré a cumplir mi sueño de cineasta.

Mi amor por el cine y los videoclips no llegaron de la nada. Mis padres trabajaban todo el día y para cuidarme siempre estuvieron mi tía Titina y mi hermana. Bajo el ala de mi hermana mayor que era la que tenía el poder del control remoto, conocí el mundo de los videoclips gracias a los Rankings musicales de Much Music y MTV. Quedé enamorada de estas “pequeñas películas con música”.

A lo largo de los años tuve la suerte de trabajar en radios: Mega, Hendrix, Vorterix, Lafinur, y finalmente llegar a la locura bella de Radio Nacional. En el mundo de la televisión encontré mi hogar en Canal 13, hace ya más de 5 años comparto mi labor con grandes profesionales. 

En el mundo audiovisual encontré mi lugar en “Bichos de ciudad San Luis”, una pequeña productora que formé para saciar mi hambre de cine.

Mi momento bisagra llegó en la Universidad de La Punta: mis compañeros de Postproducción iban a realizar una entrevista con el gobernador (Alberto Rodríguez Saá) y las vueltas de la vida hicieron que yo fuera la encargada de entrevistarlo.

Ese día no solo mi voz se iba a escuchar, sino que por primera vez se me dio la posibilidad de estar en pantalla, sin importar que no coincidiera con los cánones hegemónicos de belleza con los que luchamos hasta el día de hoy (porque hay que admitirlo, no muchas chicas rellenitas, narigonas, de dientes grandes salen en la tele). Ese día lo que primó fueron mis conocimientos en radio para poder manejar una entrevista de una hora, las miles de clases de teatro para perder los miedos, la experiencias de otras entrevistas que jamás imaginé realizar (Eruca Sativa, Marilina Bertoldi, Catupecu Machu, Las pastillas del abuelo, Las pelotas, Bersuit, Carajo, Los Cafres) y amistades y docentes que estuvieron presentes para decirme “vos podes hacerlo”.

Si tuviera que definirme lo haría como una persona “Inkieta” (como la productora de mi gran amiga Erica). Lo que me mueve es la pasión por lo que hago… mi pasión se mueve por amores grandes, como el de mi sobrina que con nueve años ya me saca fotos impresionantes y me hace bailar el corazón. Lo que me enoja son los odiadores seriales.

Nosotras Tan – Bien y Mustafunk son las bandas sonoras de mi vida, y si hablamos de Trap, El Wosito, el Luza y el Villa MC no pueden faltar.

La perseverancia de mi papá la heredé intacta. Hoy puedo entender cómo era posible que soportara tantas horas sin dormir en una fábrica para que no le falte nada a quienes más quería, hoy puedo soportar días de rodajes, jornadas largas sin descanso, y 3 trabajos con tal de cumplir mis sueños y de que no le falte nada a mis seres queridos. De mi mamá heredé la fortaleza y por eso la llevo tatuada. La vi caerse en las situaciones más difíciles y la vi levantarse miles de veces más, por ella doy la vida.

La amistad lo es todo. Es por eso que en esta entrevista me fue imposible no nombrar a grandes amigas que me acompañaron y creyeron en mí.

San Luis es el lugar en el que nací y el que elijo para transcurrir mis días. Creo que aquí es uno de los pocos lugares donde se puede ser profeta en su tierra y es una provincia que tiene todo para brillar: sus paisajes, sus artistas, su magia y su gente.