Expresiones de la Aldea

LOS CUMPLEAÑOS POR ZOOM Y OTRAS LINDEZAS

Iris

Nena, nena cómo está todo. Difícil, muy difícil. Te cuento una anécdota así…chistocita. Como para dejar un poco el drama.

Viste que la Clavelina tiene unos cuantos hijos. Como es muy planificadora tuvo todos la última semana de septiembre, primera de octubre. Todo el cumple por zoom.

A veces no se entiende mucho, pero muy piolita, decora todo y los amiguitos dejan los regalitos en la puerta tipo Reyes Magos y eso. Me pongo con los chicos y salgo en la pantallita.

Lo de siempre…que ya me tiene medio repodrida: “silencien los micrófonos por favor que si no, no se entiende un pepino”. La pobre Gertrudis, que nació con los guantes de box puestos, está veinte minutos hasta que acierta la tecla y de paso siempre aprovecha para decir unas cuantas pavadas. Bueno, largamos. Listo.

El 24 de septiembre la Remeditos cumple 9 años. Hermoso un 9 de fondo todo plateado, brilloso, deslumbrante. Piripipí. Genial todo. Medio largón, los chicos a los gritos, pero estuvo bueno. Resulta que el 29 cumple la más chiquita, la Julianita. Otra vez todos instalados. Te cuento que la criatura cumple 6.

Miro el fondo. Le digo querida da vuelta la pantallita… ¿a ver? Otra vez el fondo platinado, brilloso. Oíme…que te cuento: era el 9 de la Remeditos dado vuelta. Escuchame… “Y bueno abuela la cosa está difícil…”, “no hay guita, ir al centro es un lío, par-impar, no se puede”. Esto no es nada.

El 3 de octubre cumple la Lilianita, la más grande, ya 17, otra cosa. Igual viste que para la familia la condena es la misma. Otra vez todos sentados. Te imaginás que lo único que miraba yo era el fondo, convencida de que no iban a aparecer más los números. Vos podés creer que la Clavelina, tenía que ser hija de la Clotilde, la obligó a la chica a decir que eran 16, para enchufar de fondo el mismo 6, que había nacido 9.

No hubo forma de que esa mujer haga otra cosa. Es tan porfiada. Cuestión que no aguanté, abrí el micrófono antes de la torta, y le pedí que aclarara la situación. Por supuesto se abrieron todos los micrófonos, menos el de la Gertrudis que no pudo, empezaron a los gritos, la chica lloraba, los tres novios que estaban mirando (ellos no saben que los tres son novios, pero yo sí) se fueron de la pantallita, empezaron a volar bizcochos y eso, tipo “los tres chiflados”, un desbarajuste.

Empezó a justificarse que no consiguió un número siete, y avisó de antemano que para los 8 del Raulito, van a empujar desde todos lados para que el 9 se doble porque no puede seguir gastando guita. Estamos todos locos.

Y te juro que no es que le falte la plata. Es así. Le da cosa gastarla. Por supuesto que está indignada, ya salió a comprar todos los números del mundo, quieren comprar letras y signos raros como arroba. Los encargó por la Internet, pero no creo que le lleguen. Pobres chicos, ya me veo todos los cumpleaños suspendidos, hasta que los adultos no superemos la rencilla.

Escuchame, ahora que me había liberado de la Esmeralda Mitre, me ponen a la Vicky Xipolitakis. Qué tortura. Yo no sé. Ya no sé qué rabanito mirar. Me la paso con el oso en la nieve, el reno en la pradera, y la oruga buscando una hoja verde y una gota. Los documentales del desierto no los miro más porque me agobian. Tanta arena, tanto sol, tanto calor. Y esos camellos, que no me dicen nada.

El que me parece piolita es el Barassi de los 100 argentinos, está bueno. La que le sigue con las Mamushka, la Marianita Fabbiani (nieta de Mariano Mores), mucha voz de pito, muy chillona. Y la otra la Carina Zampini, llora, y se ríe con los jurados, ahora lloran los participantes, se tropiezan…mamadera. No la pesco, no entiendo ni medio. Peor la Calabró de la tarde del 9, que se pelea con la Juanita Viale (nieta de Mirtha) y con un mexicano, se pelea con todos.

No esperes que hable de la muerte de Quino porque me da mucha, mucha tristeza. Voy a esperar un tiempo. Adoro a Mafalda. Y, para serte sincera, no me banco mucho los comentarios que están haciendo. Hay mucho abriboca que no entiende nada. Sí, ya sé. Soy enojona y me quejo de todo. Tenés razón. No cambio más.