Un pensamiento y el escándalo de la chocotorta
Iris
Ya sé que vas a decir esta vieja, otra vez con esas cosas. Me importa un rábano. Estoy leyendo un libro bueno y te voy a compartir unos párrafos. Sobre todo ahora que hay tanto lío con la educación.
Mirá: “Nos tropezamos, así, con la misión más trascendente de la educación: la de dotar a las personas de las herramientas que les permitan ‘vestirse por dentro’. En la sociedad contemporánea se tiene a veces la impresión de que la experiencia humana va quedando restringida a sus facetas más superficiales y oscuras, preocupaciones vitales que oscilan entre el mundo del espectáculo y el del hampa.
Vivimos atraídos por lo que sucede en juzgados y comisarías, aventuras de policías y ladrones que ni siquiera tienen valor aleccionador porque ya no atinamos a distinguir quién es quién y, no pocas veces, triunfa el ladrón.
Este arrasador vendaval de irrelevancia resulta especialmente peligroso porque nos sorprende sin defensas. Desnudos por dentro, nuestro espacio interior está quedando vacío como resultado de una educación que, en realidad, es un desalojo planificado.
Convertidos en seres chatos, sin profundidad, solo tenemos vida cotidiana, monopolizada por la contemplación de vidas ajenas poco estimulantes.
Desprovistos de las múltiples dimensiones de la experiencia humana que da la cultura, creemos que la que nos muestran las pantallas fosforescentes es la única vida posible. Así, las jóvenes generaciones se van llenando de los desechos con los que, tenazmente y sin pausa, las alimentamos.
Ingresan en sus mentes sin resistencia porque ellos no están en condiciones de oponerles las experiencias propias ni las de otros, adquiridas por asimilación de la cultura. Como afirma Sartori, ‘vivimos en la cultura de la incultura’”. Eduardo Jaim Etcheverry. “Educación. La tragedia continúa”. Editorial Sudamericana.
Bueno…te lo lees catorce o quince veces y después discutimos. Lo que dice es formidable. Y me dan ganas de seguir, pero no corresponde. Si te gustó, comprate el libro. No tiene desperdicio.
Escuchame, otro tema. Vos leíste esta noticia: “…El sitio Taste Atlas, que destaca comidas típicas de los países del mundo, seleccionó los postres más votados del mundo y la chocotorta fue la elegida en primer lugar tras cosechar 4,8 puntos sobre 5.
La chocotorta compartió la categoría con el helado de pistachos italiano y la tarta de manzanas alemana y superó a esas clásicas preparaciones, según la consideración de los usuarios…”.
«Esta torta de chocolate sin cocción fue influenciada por la cocina italiana y el famoso tiramisú. Está hecha con tres ingredientes argentinos: galletitas de chocolate, dulce de leche y queso crema.
Las galletitas se ablandan con leche y se apilan en capas con una combinación de queso crema y dulce de leche. Las formas pueden variar y las galletitas pueden remojarse en leche chocolatada, café o licor de café», explica la descripción de Taste Atlas.
A su vez, eligieron los platos más populares de Sudamérica y seleccionaron seis platos argentinos: parrilla, alfajor, milanesa, asado, dulce de leche y chimichurri. También aparecieron en el ranking el ceviche peruano y el churrasco brasileño.
Hasta acá la noticia. A ver si vamos por partes. Ni quiero saber qué opinan la isla flotante, el postre Balcarce, las peras al borgoña, la manzana asada, el postre milhojas, el Rogel, el famosísimo postre vigilante, incluso podría hablar el imperial ruso.
No te quiero contar la bronca que tenían las masas, de los dos bandos: las finas y las secas. El lemon pie. Por favor…y la pastafrola, y el flan mixto, y el glorioso budín de pan.
Lo que tendrán para decir el panqueque quemado al rhum y el volcán de chocolate. La mousse de chocolate, o de dulce de leche, o de limón.
No me importa si son o no argentinos. No pueden honrar así a la chocotorta, dejame de embromar. Es una falta de respeto. Decí que no tengo un abogado a mano, si no les mandaba una carta documento. Qué falta de respeto. Si resucita Petrona Carrizo de Gandulfo los fulmina. Un escándalo.