Javier Artemio Olguín- 04/04/2021
Mi nombre es Javier Artemio Olguín, nací el 27 de marzo de 1985 en San Luis. Crecí en el Barrio Jardín Sucre, en la casa paterna. Mi infancia fue feliz jugando a la pelota en el barrio y en las inferiores del Club Estudiantes, jugué de volante central, pero me desilusioné porque no pude jugar en primera. Soy hincha de Racing por mi viejo, me hubiese gustado ser futbolista. Fui al colegio San Luis Rey y al Santo Tomás de Aquino, de donde tengo buenos recuerdos, fui a Bariloche en una linda época, pero desde entonces conectado con la música. A los 18 años un amigo me motivó a comprarme mi primera guitarra eléctrica, con el dinero de mi primer trabajo, ayudando a mi hermana en su negocio de ropa.
Mi primera banda fue “La Estanciera”, fue la que me permitió descubrir ese ambiente, nos fue muy bien, tocamos mucho y seguido, viajamos bastante al interior de la provincia, incluso a Córdoba. Teníamos una edad en la no esperábamos que eso pasara, y nos quedó la sensación de querer hacerlo durante toda la vida, allí arrancó todo. La verdad es que intenté aprender con un profe de guitarra en la Galería Sananes, las primeras clases me sirvieron como guía, pero después me llamaba más la atención pasar ratos largos aprendiendo el instrumento por mí mismo y sacando canciones, digamos que fue algo autodidacta. Con respecto al canto lo desarrollé un poco después, tuve clases con Juano Maldonado, un cantante que hoy está instalado en Córdoba, él me dio técnicas y ejercicios que hasta hoy mantengo, en ese proceso me enseñó mucho y le estoy agradecido.
Posteriormente a La Estanciera seguí con un proyecto acústico y casero, de guitarra, cajón peruano y percusión, se llamó “Loco Lindo Rock Acústico”, junto a Nicolás, abarcamos otros públicos con música más simple, digamos más artesanal. El proyecto se basaba en nosotros dos e invitados, con la composición propia en primer plano. Siempre me inspiré en lecturas de poemas para componer letras y canciones, es como un motor.
Estudié Educación Física porque me gustaba el deporte, pero no pude terminar la carrera. He trabajado en diferentes ámbitos: en fábricas, en el comercio, en AVH, lo que me permitió tener conocimiento de las producciones cinematográficas y musicales, estaba en la parte de control de calidad. Me vino muy bien como fuente de inspiración, presente en las letras de las canciones. Actualmente trabajo de forma independiente en el oficio de gas, pintura, y plomería, junto a un amigo; lo que me ha permitido la tranquilidad de poder dedicarme también a la música, de tener mi momento en el día. Después volví al rock con amigos, la banda se llamó “Buenos Tiempos”. Estaba basada en el blues y el rock de los 50, 60 y 70, los clásicos. Grabamos un disco de doce canciones llamado “Estado Natural”, que está en YouTube. Durante un año le di prioridad a lo laboral trabajando en una distribuidora, hasta que apareció “Recreo en la Isla”, banda donde estoy tocando en la actualidad. Grabamos dos veces en la casa de la música, la primera vez fueron siete canciones que disfrutamos desde el momento de la creación hasta la grabación en semejante estudio. Experimentamos la convivencia durante cinco días, disfrutamos las instalaciones que nos permitieron un proceso increíble. Tuvimos la suerte en 2018 de grabar nuevamente. Luego de eso perdí una hermana, la música y la banda me brindaron fuerza y energía para superarlo. Generalmente llevo mi idea de canción con la guitarra y en la sala de ensayo cada uno le da su color.
Mi familia está compuesta por dos hermanas y mi vieja, a mi viejo lo perdí cuando era chico. Con mi mamá la relación ha sido cercana, acompañándome y permitiéndome las elecciones que tomaba. He demostrado que podía mantener la música en mi vida, saliendo adelante en el trabajo, más allá de las adversidades.
Me considero una persona a la que le gusta escuchar a los demás, y que aprende de las vivencias de otros. Estuve al lado de personas que me han inspirado, me reencontré con un amigo de La Estanciera y estamos en planes de hacer una nueva reunión. Soy amante de la música y de la vida, me gusta disfrutar de lo que me toca, poco o mucho, ver el lado positivo me ha llevado hasta donde estoy, es un logro y estoy contento con eso.
Estamos en una sociedad egoísta, individualista, pero la música es sanadora y une a la gente, nos lleva a lugares increíbles.