Reportajes

Silvina Galetto-04/04/2021

Mi nombre es Silvina Galetto, tengo 39, nacida en Villa Mercedes, donde vivo actualmente con mis hijos Camilo (9) y Amanda (6). Soy hija de Roberto, quien falleció hace tres años, y Nelly (o Nina como la mayoría la conoce). Mis hermanos son: Carolina, María José, Matías y Fernando. Una familia con fuerte impronta de manada, y modos muy italianos de transitar la cotidianeidad. Mi madre, hermanas y hermanos y sus familias forman una parte muy importante de mi sostén diario. Mi familia siempre estuvo, por ser oriundos mis padres de la zona, arraigada entre Villa Mercedes, Juan Llerena, La Toma y San José del Morro.

Crecí en el Barrio Almirante Brown, atrás de la municipalidad de Villa Mercedes, quizás por eso tengo muy presente las celebraciones de la Plaza San Martín, marchas, actos, desfiles del 9 de julio, manifestaciones colectivas, misas en la Iglesia Sagrado Corazón, como si desde chica la política y lo político-colectivo me hubiera convocado.

Transité mi escolarización entre la escuela Vicente Dupuy, el Instituto Cultural Argentino y el Colegio San Buenaventura. Estudié Ciencia Política en Córdoba, y en el año 2004 regresé a Villa Mercedes y me incorporé a trabajar en lo que era la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico- Sociales (FICES) de la UNSL, primero como pasante, después como Becaria de investigación, lo que posibilitó mi formación de posgrado como magister en Sociedad e Instituciones. También fueron parte de mi experiencia laboral el Instituto Nuestra Señora del Carmen, el Colegio Nacional Juan Esteban Pedernera y el Instituto de Formación Docente Continua -Villa Mercedes. Grandes maestras, amigas, compañeras, siguen formando parte de mi camino. En la actualidad, y desde hace casi 5 años, me desarrollo como Secretaría de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de San Luis, en la sede Villa Mercedes.

Amo profundamente la disciplina en la que elegí formarme, creo que con el tiempo, pude deconstruir la mirada naturalizada sobre los roles y estereotipos de género, proclamándome en relación a un Estado con más presencia y visibilidad en relación a las, los y les más vulnerabilizadas/os/es de nuestra sociedad. La Universidad Pública complejizó mi manera de entender el Estado, las luchas y los esfuerzos por sostener y aportar a la conquista de un derecho fundamental como es la educación superior, me ha permitido cuestionar privilegios, reconocer las marcas naturales de la estructura patriarcal en la asignación de roles y funciones para las mujeres. El trabajo en territorio con amigos, sensibilizó mi mirada, ya no se trata de imponer, sino de pensar las posibilidades de imaginar otros mundos.

Hoy soy una versión de mí misma que hace unos años no reconocería, con marcas y temas en mi agenda por seguir avanzando. Tengo un doctorado en Ciencias Sociales por terminar, en donde me pregunto por las oportunidades de ingreso al mercado de trabajo de los y las jóvenes en la Provincia de San Luis.

Hace tres años perdí a mi papá, y muchas de mis estructuras se vieron muy movilizadas, ya había tenido pérdidas significativas en mi adolescencia, pero la muerte de mi papá hizo girar el eje de mi cotidianeidad. Mis hijos pudieron entablar con él un vínculo muy cercano, y su muerte implicó empezar a dimensionar un rasgo de la vida con una naturalidad y una cercanía que no deja de sorprenderme. El Tata siempre está en las historias de Camilo, y Amanda reconstruye trozos de memoria. Hoy en su relación con la Nina entretejen un vínculo con el pasado que estoy convencida los hace ser parte.

Creo soy una persona que se mueve, que pone palabras, a veces muy atravesada por la mirada del deber ser, cosa que hace años trato en terapia. Tengo una frase de cabecera, heredada de una gran amiga, colega y maestra, Carmen… “La forma también es contenido”, soy una convencida de que la consideración es la base del respeto, del trato igualitario, y de una solidaridad entendida como común- unión con el/la/le otro/a/e.

Me gusta la música como vía de expresión de las emociones cotidianas, me gusta conmoverme con pinturas y esculturas. Amo el cine.

Conservo mis amigas de la niñez y la adolescencia, tengo la alegría de maternar con ellas por estos días, y nos hemos fortalecido en el respeto en las diferencias. Aprender… siempre soy de las personas que elige aprender…

Tengo muchas preguntas, a veces miedos y algunas certezas, Camilo y Amanda son mis espejos diarios para la reflexión. Mi lugar de trabajo es una trinchera desde donde dar batallas. Mis amigos y amigas, los compañeros de aventuras. Mi familia, puede ser trillado, mi lugar más seguro.

Creo en los vínculos, creo en lo que somos capaces de hacer con otros y otras, creo en la capacidad de hacer de los sueños los motores de nuestras vidas cotidianas, y creo, y lo sostengo, del ridículo se va y se vuelve todo el tiempo, así que un tropezón no es caída, sino una pausa para tomar envión y llegar más alto.