Reportajes

Verónica Gabriela Toledo-03/10/2021

Mi nombre es Verónica Gabriela Toledo, nací el 4 de junio de 1978 en San Luis. Crecí en Pueblo Nuevo, un barrio de la zona norte de la ciudad. Siempre cuento que llegaba en bicicleta hasta la calle Riobamba, porque hasta allí llegaba la ciudad. Admiro este crecimiento enorme que ha tenido la provincia, hoy Pueblo Nuevo está en el centro prácticamente. Tengo a mis hermanas, mis padres fallecieron jóvenes, criar a mi hija en la ciudad de La Punta me recuerda mucho a mi infancia, porque vivimos como en un pueblo, pero con los beneficios de una ciudad.

Me recibí como Diseñadora Industrial y el primer reconocimiento fue ganar las becas BAS XXI y lo hice dos veces. Presenté proyectos para el CFI y fueron mis primeros pasos en el gobierno provincial. Cuando arrancó la Autopista de la Información trabajábamos en Terrazas del Portezuelo y después nos mudamos al Data Center, era todo un sueño de algo tremendamente innovador y casi altruista, esto de brindar Internet para todos, era muy loco. Recuerdo cuando un amigo se fue a Noruega becado y me dijo: “estoy leyendo el diario de San Luis por algo llamado internet”, y de repente que nosotros lo tuviéramos acá fue increíble, después vino el reconocimiento como un derecho constitucional, aunque a nivel Nación recién va surgiendo. Fue todo un desafío, nosotros abríamos las puertas con tarjeta magnética, una vanguardia total (se ríe). Nació mi hija Martina y comencé a trabajar en el Ministerio de Seguridad, Gobierno, Justicia y Culto, donde gracias a la Ministra Gladys Bailac de Follari pude realizar la gráfica del Bicentenario de la Revolución de Mayo, un lujo para mí. De allí además salió la Colección del Bicentenario con mis diseños. Pasé a trabajar en Agencia de Noticias un par de años, llevo diez años de militancia en pos de la igualdad de derechos para las mujeres y los niños.

Comencé a participar en encuentros nacionales de mujeres de diferentes geografías, cada una con sus necesidades diferentes, pero basadas en lo mismo. En esos encuentros conocí a Adriana Bazzano, quien me convocó a trabajar como parte de su staff en la Secretaría de la Mujer, donde estoy hace seis años, ahora de la mano de Ayelén Mazzina. Lo privado nunca lo dejé, es lo que me nutre, mis creaciones pueden ser vistas en mi sitio bygabytoledo.com.ar.

A nivel artístico he tenido varios reconocimientos que son un orgullo. Participé de disertaciones en la UBA, en el Primer Foro de Mujeres Periodistas y Publicistas, me tocó disertar junto a Tiempo Argentino y Clarín. Participé también de un Encuentro Latinoamericano de Diseño Industrial, sobre la inclusión de los objetos y herramientas de las mujeres.

Gané un premio Tapa del libro sobre Género y Derechos Humanos de la APDH Argentina (Asamblea Permanente de DDHH). En octubre expongo en La Rural de Buenos Aires, donde fui seleccionada previamente. Los collages tienen como un gran abanico, pero la mirada está enfocada en el paso del tiempo a nivel de derechos, en cómo adquirimos esos derechos y los naturalizamos, ahora tenemos que ir en busca de nuevos.

Después del grito de “Ni Una Menos”, inmediatamente la provincia creó la Secretaría de Estado con rango ministerial, única en el país, lo que habla sobre una mirada permanentemente en la agenda de derechos humanos. A nivel sociedad está buenísimo poder seguir soñando, y que detrás de cada sueño haya un plan para conquistarlo. Que los chicos crezcan sanamente donde sean motivados por el arte, el deporte, la ciencia. Que no vean límites, ni frenos por el género, las capacidades o incapacidades, todos tenemos habilidades y muchas necesidades, sueño con esa libertad.

Amo la ciudad de La Punta, que todavía está virgen en muchos aspectos. Me gustaría poder seguir trabajando en visibilizar los derechos de los niños, de los disidentes, de una manera bonita, a través del arte, de lo simbólico, de lo que nos atraviesa. Ser candidata a concejal suplente es una caricia al alma, un reconocimiento al trabajo diario. Lo comparo con un equipo de fútbol donde hacen falta de todos para que el equipo se dé, confío un montón en los que nos eligieron y es simplemente salir a jugar el partido con lo mejor que se tiene, listos para ganar.

Los vecinos quieren un recambio, hay una energía distinta que se mueve y esa recepción está buenísima. Se nota mucho cariño de la gente y es lo que nos motiva diariamente. Es notorio cómo la pandemia aplastó, ahora hay que salir juntos. Una de mis hermanas vive en Buenos Aires y la diferencia a nivel hisopado y vacunación es tremenda. Nosotros vamos a la hora citada y salimos inmediatamente con la vacuna y todo lo que eso significa.

Mi familia somos mi hija y yo, vivimos solas. Tengo dos hermanas, seis sobrinos y mis amistades que son los abrazos a diario. En cada encuentro que tenemos digo que mi sueño es que volvamos a recuperar la ciudad de La Punta y que pintemos la ciudad de color Alberto, de color esperanza.