Reportajes

Claudia Germondari-31/10/2021

Soy Claudia Germondari, nací el 14 de enero de 1963 en Hurlingam, provincia de Buenos Aires. Vengo de una mezcla, familia italiana por parte de padre y española por parte de madre. Crecí en una casita hecha por mi papá, muy cómoda, jugando en un campito cercano lleno de manzanillas, junto a mi perrita, muy feliz. Mi familia es muy chica, la mayor parte está en Italia desde hace quince años, mi madre y mi hermana; mi único hijo vive conmigo, también están mis amistades que son mi remo y mi bote, todos artistas, casi hermanos.

Mi vocación viene desde que tengo memoria, a los cinco años hacía muñecos de barro, mi plastilina era la miga de pan, fabricaba muñecos en miniatura, los pintaba con témperas o esmalte para uñas, con barro hacía de todo. Fui a una escuela religiosa y el único momento de paz que tenían mis maestras era en la hora de manualidades, escuchaba la música de María Elena Walsh que me hacía volar… Siempre quise hacer arte.

Fui a una secundaria común y corriente, ojalá hubiera tenido la escuela de Bellas Artes del Puente Blanco, todavía sería su alumna. Recuerdo cuando llegaba una maestra recibida en el Prilidiano Pueyrredón y venía con manchas de óleo, arcilla, era un placer verla y sentir el olor de esos materiales, estaba fascinada. Ella me aconsejó que terminara la secundaria para poder ingresar a la Prilidiano (Escuela Nacional de Artes): fue palabra santa, al finalizar me tomé un año sabático preparándome para el examen de ingreso, era 1982 con gobierno de facto, me saqué un 8,50 pero a última hora dijeron que debíamos ingresar con 9, me propuse intentarlo al año siguiente.

Con la llegada de la democracia se abrió el ingreso a todos, éramos más de trescientos alumnos, pasé cinco años maravillosos, me recibí de artista con orientación a pintura. Luego me metí a la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, de muralismo, fue un placer mientras funcionó como escuela, había profesores que venían de Francia, o con formación extranjera. Enseñaban grabados con unas prensas monstruosas, taller de escenografías donde hacían las maquetas para teatros, taller de chapa en volumen con soldaduras y todo lo que implica, taller de acuarelas, pinturas japonesas, de todo, no me alcanzaba la vida para estar allí. Soy Profesora Nacional de Pintura y Muralismo, especializada en Pintura Artística de Caballete y Pintura Mural de Fresco, Esgrafiado y la tradicional con pintura sobre la pared.

Cuando salí, mi familia ya había decidido venir a San Luis para alejarse de la locura, teníamos los abuelos que vivían en Las Chacras. Al llegar dije este es mi lugar, aunque en ese momento no lo sabía, me fue gustando el río, las noches con la vía láctea visible, los animales, todo.

Mi idea era mostrar el arte fuera del sistema educativo, era bastante rebelde. Aquí me encontré con personas de Buenos Aires y me orientaron donde tenía que presentar el proyecto.

Fui a Cultura, allí trabajé en distintas localidades, y también en el centro. Hicimos murales en las garitas de los colectivos, mucha actividad libre con chicos que tenían ganas de hacer cosas. Pasaron varios años antes de entrar al sistema; podría haber ingresado a cualquier escuela pero yo quería hacerlo puntualmente en una escuela de arte.

Así ingresé a la Escuela de Bellas Artes en el Puente Blanco, la única escuela en la que trabajo, donde me encanta estar y a la que dedico todo mi tiempo y mi vida, con mucha libertad de acción, donde siempre está todo avalado, bien aceptado, me siento muy cómoda y muy feliz. Los chicos disfrutan de las clases, hicimos estudios escultóricos muy buenos, mascarones, cerámica, grabados, trabajos espectaculares, y eso me reconforta.

Durante años realicé murales participando en un movimiento de Mar del Plata con origen en México, pintando en diferentes provincias. Junto a varios amigos artistas ganamos concursos pintando en el Río San Luis, Bas XXI y el Berta Vidal, también en El Morro y Villa Mercedes.

Para 2022 tenemos la idea de organizar una movida con los profes de la escuela de Bellas Artes, para salir a pintar paredes, la idea es intercambiar experiencias, será una linda movida, va a estar muy bueno y con nivel artístico. Un sueño también es ir a ver a mi madre en Italia, antes de que pase más tiempo.

En lo artístico sueño que seamos la capital del mural en el país, que se pinten en toda la provincia.

Me gusta pintar sobre varias temáticas, una es americanista, que tiene que ver con la historia, y con mitos y leyendas de San Luis. En el Bas XXI hice dos interpretaciones sobre leyendas de la provincia en base a narraciones de Dora Ochoa de Masramón: el cuervo y el basilisco.

Me gustan los personajes misteriosos y las civilizaciones antiguas, las imágenes de paisajes autóctonos y pueblos originarios. Me gustan los colores vibrantes, tierras de ferrites, para no desentonar con la temática. Agradezco todo lo que tengo, estoy bendecida por lo que tengo y por lo que me ha dado San Luis.