BITÁCORA DE PANDEMIA
Hojear sin juzgar el cuaderno de bitácora de viaje en esta pandemia en el que diferentes y distantes personas escriben reflexiones y sentires de esta historia
La Opinión/ La Voz del Sud
Nos asomamos al diario de bitácora de Patricia Luján Reynoso, que vive en la Estancia La Edelmira, ubicada a 10 km de San Gerónimo, San Luis:
En 2019 había terminado la especialización para ser inspectora de Bromatología, trabajo en el municipio de San Gerónimo, llevábamos una vida normal, tengo dos hijos, mi marido es empleado rural de la zona. No esperábamos esto, también estaba estudiando el profesorado de folclore. Uno de mis hijos jugaba fútbol en Gepu y lo llevábamos a entrenar. Cuando llegó lo de Covid, no dimensionamos lo que se venía hasta que estuvo en Argentina y luego en San Luis. Tomamos todas las indicaciones. Los chicos cortaron sus actividades y los afectó bastante, mi hijo mayor es barbero y no podía trabajar.
Me afectó que mis hermanos que trabajaban en una fábrica se quedaran sin trabajo y se dedicaran a la albañilería pero debían esperar su día de DNI para salir, y comer hay que comer todos los días, así que trataba de ayudarlos también porque yo nunca dejé de trabajar.
Mis hijos comenzaron con las clases virtuales pero se nos complicaba muchísimo el tema de internet y tener señal para las tareas. Me traía a los chicos a la municipalidad para que enviaran las tareas, pero las clases por meet no lo podían realizar, hice reclamos a la escuela pero no tuve soluciones, no me dejaron traerlos más a la municipalidad por el riesgo de contagio. Cuando comenzaron las salidas por DNI los llevaba al pueblo para que pudieran hacer algo de la tarea.
El tema social, de no acercarse, no dar besos, costó mucho. Con los familiares, era difícil no verlos, tengo mi padre que es grande y con problemas de corazón así que no podíamos ir a verlo, sólo llamadas por teléfono. Él también sufrió mucho porque tenía una gomería y tampoco podía trabajar, así que con mis hermanos le llevábamos mercadería.
Mi mamá es paciente oncológica y pasaba lo mismo, tratábamos de no verla para no ponerla en riesgo, también la asistíamos con lo que necesitara. Todos esperábamos la vacuna como esperanza.
Perdí a mi tía por causa de Covid, ella vivía en Virorco, cerca de El Trapiche, estaba en un campo donde no iba nadie, preparaba quesillos y atendía sus animales, cabras y vacas, y salía a vender a la orilla del río cuando se acercaba algún turista, tenía 50 años, se enfermó, pensó que era una gripe, hasta que la internaron en el hospital de El Trapiche, a mi primo y mi tío los aislaron en el campo y no podíamos acompañarla, falleció a los 20 días, no la pudimos despedir. Fue del hospital a un crematorio, todo muy triste. Vimos que esto era muy serio.
Recuerdo que me tocaba hacer la trazabilidad, era complicado porque la gente no respetaba, no usaban barbijo, había supermercados que permitían el ingreso de gente cuando no era su DNI y también fue muy duro para los comerciantes porque desapareció el turismo, se cerraron los ingresos a la localidad y se cuidaba la parte de la ruta 15 que tiene ingreso a Balde, no podíamos recibir visitas de familiares de San Luis. Aun cuidándome mucho me contagié y contagié a mi hijo más grande, tuve a los tres meses una recaída poscovid, me creció un tumor en el ojo derecho producto de covid, me lo pude operar, pero fue todo muy duro. Nos sentíamos desprotegidos cuando nos teníamos que aislar.
Todo lo que pasaba nos trajo conflictos en el hogar, no nos poníamos de acuerdo, de hecho hoy en día estoy separada y enfrentando también eso.
Yo tenía que asistir personas como empleada de la municipalidad y siempre estaba el miedo de aislarse y contagiarse de nuevo. Seguí mis estudios de folclore de manera virtual y hoy solo me queda la tesis, pero no lo pude disfrutar. Volver hace poco, con todo el protocolo era muy estresante. Lo mismo no poder ver cómo jugaba mi hijo al fútbol.
Lo que ha pasado con la pandemia es para reflexionar sobre las consecuencias sanitarias pero hay que pensar qué ocurre con las consecuencias psicosociales. Como efectos de la pandemia me consta que aumentan las adicciones o conductas no saludables y son cuestiones a mirar y contener.
Es diferente estar preocupado que estar estresado, sufrir de ansiedad, en mi caso pasé por depresión y ansiedad, ya había sufrido antes pero esto me volvió a despertar todo. Busqué ayuda terapeútica y trato de sobrellevar el día a día.