VISTAZO A LA LITERATURA DIGITAL
Por Eliana Cabrera
La digitalidad construye espacios cada vez más amplios y versátiles, transformando la realidad al punto que todas las artes puedan diversificarse aún más de lo esperado. La novedad se gana las miradas del mercado pero también la de cualquier persona ávida de conocimiento y creatividad. La literatura, persiguiendo su trascendencia, también busca sostenerse y resignificarse más allá del papel y sus pequeños rituales.
Para Claudia Kozak, Doctora en Letras (UBA), docente e Investigadora Principal del CONICET y del Instituto Gino Germani, la literatura digital puede definirse como “(…) la práctica artística electrónico-digital, por lo general multimedia, que exhibe una fuerte implicación del lenguaje verbal con función poética”. A diferencia de otras formas que tiene la literatura de hacer presencia en el mundo virtual, como los microtextos en redes sociales, la literatura digital entendida desde la definición de Kozak no se trata simplemente de textos impresos preexistentes que luego son transcriptos en espacios virtuales, sino que hace referencia a una “literatura generada en/por/desde/hacia dispositivos electrónicos”, creados casi exclusivamente para ser leídos en pantallas.
Pueden identificarse cuatro características generales de la literatura digital: es multimedia, ya que va más allá del texto y hace uso de las posibilidades multimodales del espacio virtual en cuanto al uso de imagen y sonido; son textos no lineales, en la medida en que se utiliza el hipertexto (texto que contiene enlaces hacia otros textos); tiene interactividad, es decir, el lector participa de la obra jugando y modificándola, generando distintos resultados según la intervención y por último, esencial y redundante, es necesario tener un dispositivo electrónico.
¿En qué sentido estos textos son poéticos?
En principio, mantienen cierta relación con sus antecedentes formales ligados al movimiento de la vanguardia, sobre todo el concretismo, cuyas premisas eran la libertad de expresión, la experimentación con las formas y combinaciones audiovisuales y un rechazo hacia cualquier aspecto de la poesía más tradicional.
Por otro lado, la literatura digital “tiende a enfatizar la experiencia del acontecimiento de la palabra, la capacidad de llamar la atención sobre sí misma y, desde allí, desencadenar procesos de sentido”, dice Claudia Kozak.
Así como en el concretismo lo abstracto de la poesía pasa a un segundo plano y la forma, en cambio, construye mucho más el sentido de una obra, Graciela Speranza (crítica, narradora, guionista de cine y profesora) sugiere que lo central es, ante el exceso de material que se encuentra al alcance de la mano en la era digital, apropiarse de las textualidades que circulan, operarlas estéticamente y transformarlas en arte.
Cartografía de literatura digital
Carolina Gainza y Carolina Zúñiga, académicas del Laboratorio Digital de la Facultad de Comunicaciones y Letras de la Universidad Diego Portales (UDP), presentaron en 2021 una cartografía de literatura digital latinoamericana que reúne 200 obras creadas durante los últimos 30 años por autores y autoras de países como Argentina, Perú, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay, Venezuela y México.
La página web es https://www.cartografiadigital.cl/map y es posible explorar obras y artistas según formatos, técnicas o géneros. Se trata de una forma de visibilizar y sostener en el tiempo obras que corren el riesgo de quedar olvidadas en lo efímero y veloz del movimiento virtual.
Pergamina es un proyecto argentino de poesía digital/ interactiva y multimedia alojado en github, uno de los repositorios online de código de programación más utilizado. Cuenta con nueve experiencias hipertextuales diferentes, entre ellas “Voy a Tener Suerte”, que en base a búsquedas de google elabora versos, “Hielo”, que simula un traductor y da lugar a un poema dinámico, o “haikumatic”, un generador de texto automático que se construye en base a una elección azarosa de emojis.
¿Puede ser considerada poesía una lista de versos generados automáticamente? ¿Tiene valor literario un texto que está en constante transformación? ¿La palabra necesita de otros recursos para llamar la atención sobre sí misma, y es válido dentro de la literatura? ¿Qué pasa con los derechos de autor? ¿Quién o quiénes son creadores de una obra interactiva o colaborativa?
Todos estos debates son apenas una parte de cuánto hay que explorar y repensar ante el surgimiento de formas artísticas que trascienden los lugares comunes de los que estamos acostumbrados.