COMUNIDADES LITERARIAS: DE UN LECTOR A OTRO
Por Eliana Cabrera
Si hay algo que caracteriza a la cultura virtual es la fuerte impronta colaborativa. Wikipedia, por ejemplo, es un símbolo de época, una construcción generosa de conocimiento donde cualquiera puede ser parte. La comunidad lectora dispone de las herramientas para crear espacios de intercambio en torno al placer y la curiosidad por la lectura, basta con que alguien tome la iniciativa e invite al resto a ser parte y quitarle a los libros su solemnidad.
Daniel Mecca es un periodista, poeta y docente nacido en Buenos Aires. Entre otras cosas, creó y lleva adelante actualmente tres proyectos de promoción de la lectura que buscan generar lazos de entusiasmo entre lectores e incentivar la formación de una comunidad colaborativa.
¿Cuál es la propuesta de Diccionario de libros? ¿Cómo surgió el proyecto?
Diccionario de libros (www.diccionariodelibros.com) es una plataforma de recomendación de libros, revista y red social. Se trata de una comunidad de lectores libre y gratuita, un espacio que busca darle protagonismo al lector y no ubicarlo como un observador de lo reseñado por otros.
Además de la posibilidad de compartir sus reseñas de libros y poemas, los usuarios van a poder subir a la plataforma contenido desde sus muros, armar grupos, enviar mensajes a otros contactos, rankear libros, postear fotos y más funciones. En el buscador alfabético de la página van a encontrar todos los libros recomendados. Es, en definitiva, un diccionario hecho por lectores para lectores y ese es el fundamento de este espacio, que se suma al uso de las plataformas digitales como un espacio de conquista de ideas y no de mera contemplación.
¿Cuáles son las expectativas acerca de este proyecto y otros como el Borgespalooza y Poesía por whatsapp?
Tanto Diccionario de Libros como el BorgesPalooza (www.borgespalooza.com) y Poesía por Whatsapp están articulados sobre la misma dirección: son propuestas para apropiarse del hecho literario y poético. Hay, asimismo, una búsqueda de promover la cultura y el acceso al conocimiento desde las nuevas narrativas digitales. En estas iniciativas, la virtualidad cobra un protagonismo central no desde la pasividad, sino como espacio de producción de sentido y de contenido. Parafraseando a Jacques Rancière, es el espectador digital emancipado.
En Poesía por WhatsApp -que tiene más de 2500 suscriptores y 16 grupos-, la propuesta es transmitir que la poesía es un género que se vive todos los días: está en una canción, un tuit, una serie, una frase dicha al pasar, pero se la suele llevar a un lugar retirado y solemne. La herramienta del WhatsApp busca ser un puente para devolverle sencillamente ese punto popular y ritual que la poesía ha tenido desde la más antigua poesía griega.
Como ocurre con otros géneros como el jazz o la música clásica, y no exento de elementos de clase, se ha generado una distancia entre lector y poesía como si no le perteneciera o, peor aun, como si no la fuera a comprender. Esa es la discusión que es importante dar.
¿Qué respuesta han tenido de la comunidad lectora?
En el caso de BorgesPalooza, por ejemplo, que viene teniendo una repercusión sorprendente, buscó acercar a Borges a una nueva generación de lectores, sacando solemnidad a su figura. Borges era un cuestionador que alumbraba nuevas zonas. Este evento buscó multiplicar sus ángulos, quitarle idolatría para enriquecerlo y repensarlo. Es que la literatura de Borges no es una literatura para intelectuales. Autor y lectores circulan en sus textos insolentemente, apropiándose.
En Poesía por WhatsApp ya son más de 500 días de poemas continuos, los siete días de la semana. Se anotaron personas de todo el mundo. En forma gratuita, se pueden sumar al newsletter de poesía escribiendo un WhatsApp al 1164504051. También se pueden contactar a través de la cuenta de Instagram @danielmecca.
¿Qué pensás acerca de la relación entre virtualidad y mediación literaria?
A mi entender no hay competencia entre los diferentes modos de lectura y transmisión de poesía, sino que se complementan entre sí. Hoy, junto al libro de papel, conviven los ebooks, los audiolibros, las lecturas de poesía por podcast o los recitales de poesía. Creo que la poesía, en cualquiera de sus modos, es necesaria en todos los tiempos. Vivir tiene un carácter misterioso. Y la poesía se mete en ese misterio.