Por Eliana Cabrera

¿Cuántas veces el título de una nota periodística en la web les pareció tan llamativo que no pudieron evitar hacer clic para leerla? ¿Y cuántas veces descubrieron que el contenido de la nota no tenía relación con su titular, o que en realidad no desarrollaba aquello que les había llamado la atención desde un principio?

El clickbait es conocido también como “ciberanzuelo” o “cebo de clics”. Se trata de una técnica de redacción a partir de la que se crean titulares de noticias y artículos de tinte sensacionalista, con el fin de asegurarse que los y las lectoras precisamente “hagan clic” en un enlace e ingresen a la página web donde se desarrolla la nota. También se puede considerar como un recurso clickbait a fotografías, gráficos y anuncios que destaquen alguna información atractiva o que generen curiosidad.

El periodismo se ve atravesado por el marketing y la necesidad de conseguir que las personas escojan leer las notas de una determinada página web, eligiendo entre tantas otras que pueden hallarse en internet y su vorágine de contenidos.

Las empresas necesitan aumentar la cantidad de visitas en sus portales, ya que aumentar el “tráfico web” permite que sus páginas obtengan más popularidad y se posicionen mejor en los buscadores.

Además, existe la posibilidad de crear estadísticas basadas en las visitas logradas para poder mejorar el contenido según qué y cómo lean sus lectores. Es por eso que el uso de clickbait suele ser necesario, aunque su uso desmedido puede ser contraproducente: si las personas no se encuentran con el contenido que les ofrecía un titular, y esto se repite constantemente, es muy probable que dejen de confiar en el medio y ya no vuelvan a interesarse en leer.

Existen espacios, más allá de compartir algunas estructuras periodísticas, que se vinculan cada vez más con el entretenimiento más que con propósitos informativos. Lo peligroso no es su existencia sino el uso excesivo del clickbait y la redacción de fake news en medios periodísticos serios que tienen gran alcance popular.

El uso de este recurso es mucho más notorio en algunas secciones, como en las notas policiales, donde suelen destacarse detalles escabrosos o polémicos de un hecho, apelando al morbo y prejuicios de las personas, como «“Niño” fumando en estadio NO era lo que parecía; TE SORPRENDERÁ» o «Perturbadores detalles acerca del bombardeo en Ucrania».

Otro caso es el de las noticias que se adecúan a cierta línea editorial asociada a un determinado posicionamiento político, de modo que la verdad es contada según los lineamientos que correspondan, creando un “anzuelo” no solo para conseguir clics sino también para manipular la opinión pública.

A veces, la búsqueda desenfrenada por captar la atención provoca que los hechos sean narrados desde un enfoque que desdibuja la información central. Por ejemplo, en un portal de noticias conocido se lee “Femicidio en Rusia: una modelo que llamó psicópata a Putin apareció muerta dentro de una maleta tras un año desaparecida”. El titular parece proponer una relación entre la muerte y el presidente ruso, cuando en realidad la noticia es el hecho de que otro hombre, ex novio de la víctima, confesó haberla asesinado. Se sugiere un vínculo sospechoso entre su muerte y algunas declaraciones que realizó en contra del presidente, pero de todas formas el contenido de la nota no coincide con el tono polémico y la vinculación directa con Putin que sugiere el titular.

El buen uso de clickbait en los titulares podría referirse a una redacción breve y concisa, el empleo de números y fechas (haciendo referencia a eventos o efémerides recientes) y el uso de preguntas que generen curiosidad y cuya respuesta realmente se desarrolle en el cuerpo del texto. Se trata de encontrar un punto medio entre generar interés en un tema y moderar las expectativas de los y las lectoras para evitar que salgan de la página web disconformes con lo que obtuvieron.

Y sí, el título de esta nota es un clickbait de los malos.