Reportajes

Nicolás Hernán Duarte-03-04-2022

Mi nombre es Nicolás Hernán Duarte, nací el 16 de noviembre de 1993 en Burzaco, provincia de Buenos Aires. Me vine a San Luis a los catorce años, aquí terminé el secundario. En el barrio donde vivía, mis actividades eran ir al colegio y volver a casa, no había mucho más. Durante la semana estaba siempre en casa, a la tarde algún que otro partido de fútbol pero nada más. Practicaba natación, hice fútbol en una escuelita de fútbol poshora de la escuela y después me iba a mi casa. Nos vinimos con mi familia buscando un cambio de aire, de vida. Mi viejo que trabajaba en una empresa pidió el trasladó a San Luis, así que con toda mi familia nos vinimos de un mes para el otro.

Al principio estaba súper enojado, como era adolescente tenía mis amistades, mis primeros amores, estaba muy enojado con la decisión que tomaron mis padres, poco tiempo después me di cuenta lo que era vivir aquí, me convencí de lo hermoso que era, después disfruté a pleno de la provincia. Me puse de novio con quien hoy es mi señora y madre de mi hijo y de la hija que viene en camino. Poco después mi suegro me invitó a correr la carrera de Día San Luis, terminé destruido pero con esa sensación que nunca antes la había sentido, la de querer mejorar. Me presentó la agrupación con la que entrenaba, que era la Tropa dirigida por Aníbal Schlottke, invitándome a correr el fin de semana. Desde allí no lo dejé jamás, desde 2010 hasta ahora. Fue una motivación de seguir entrenando para competir, compitiendo en otras provincias, entrenando para dar lo mejor y rendir siempre al máximo.

Actualmente soy profesor de Educación Física, trabajo en dos escuelas, soy entrenador, head coach que dirige la agrupación de corredores que hoy tiene mi nombre, “Nicolás Duarte, entrenamiento inteligente”, donde somos setenta personas, miembros de una hermosa familia de locos que viven la misma pasión, así que trato de transmitirles eso. Desde chico quería ser profesor de Historia, me fascina, soy un lector apasionado de historia tanto universal como argentina. Recuerdo un asado que hicimos con los chicos en La Tropa, me dijeron que tenía que ser profe. Al principio no estaba muy convencido pero yo quería transmitirle esto a todo el mundo para contagiárselo y mejorar la calidad de vida de las personas, de ahí salió lo el profesorado y me fui por ese camino.

Durante el tercer año de estudio comencé a armar mi grupo de corredores, siempre buscando el camino y formado por las enseñanzas de Aníbal en La Tropa quién fue mi máximo referente. Comencé con una alumna Erika Wohning, y después el grupo se fue expandiendo a cinco, ocho, quince y hoy somos setenta integrantes, con quienes estoy muy feliz por lo logrado, y del espíritu que tiene el equipo.

El equipo se mueve con una dinámica muy individualizada, a la vez se trabaja muy en equipo porque cada uno de mis corredores tiene su planificación mensual, donde tienen detallado qué tienen que hacer cada día, esa planificación va en busca de un objetivo que es lo primero que planteo, qué quieren ellos buscar con el entrenamiento, a veces puede ser implícito o no. Quizás viene alguien que quiere mejorar su calidad de vida o su rendimiento, entonces ese es el objetivo, no necesariamente correr una carrera o competencia.

Actualmente nuestro punto de encuentro es el Parque de Las Naciones, los martes y jueves a las 18 horas, los fines de semana entrenamos desde las siete de la mañana en horario de verano, en un lugar fuera de la ciudad, busco que los entrenamientos sean en lugares poco habituales, sacarlos un poco de su zona de confort. Hay muchos de mis alumnos que compiten, ellos tienen otra carga de entrenamiento ya sea psicológica o física pero no dejan de ser parte del equipo. La planificación que yo les doy es meramente física y de rendimiento, lo que sí tengo un grupo de kinesiólogos y nutricionistas con los cuales hacemos constantemente un feedback para que ese entrenamiento sea lo más integral posible.

Hace quince años que estoy en la provincia y el crecimiento de los últimos siete años es muy grande. La realización de La Vuelta del Porvenir nos llena de orgullo a uno que está en el rubro del deporte porque no se da en otros puntos del país, yo que tuve esa chance, estadios como el Ave Fénix, el campus de la ULP, la pista de atletismo, no se ven en otras provincias. Tenemos un gran lugar para desarrollar grandes deportistas, solo hay que trabajar duro.

Mi familia está conformada por mi señora, Sofía Pagliarusa, tenemos un hijo que se llama Valentín y estamos esperando a nuestra primera niña, Amparo. Mi señora es fana del vóley, estuvo en los seleccionados que nos representaron en los binacionales así que también está muy adherida al deporte. Es Licenciada en Ciencias y Tecnologías de los Alimentos. Mi aporte es buscarle la vuelta a la actividad física, hoy la gente tiene opciones. Es una buena salida para que la cabeza tome aire y estar en forma, que en estos tiempos es muy importante.